13 de septiembre de 2008

Paramilitares emboscaron a campesinos y Fernández mintió sobre la masacre


Cobija (Pando), 12 sep (ABI).- Un puente ubicado a siete kilómetros de Porvenir por donde un millar de campesinos que marchaban hacia Cobija en protesta de la violencia impulsada por el prefecto, Leopoldo Fernández, fue el escenario de la masacre que paramilitares entrenados y financiados por el "cacique" pandino desataron este jueves contra gente indefensa
Roberto Tito, uno de los trabajadores rurales que estuvo en ese puente cuando comenzó la balacera contra gente indefensa, testimonió que ellos marchaban desarmados, pero de pronto escucharon los disparos y algunas personas comenzaron a caer heridas de muerte.
Francotiradores ubicados en las copas de los árboles dispararon sobre la multitud sin importar que también se encontraban; niños, mujeres y ancianos confundidos entre campesinos, cuya únicas armas eran palos y machetes.
"Estábamos desarmados, no como dicen ellos. Nos detuvieron a unos siete kilómetros antes de Porvenir y luego nos atacaron cuando avanzamos a la altura del puente nos emboscaron y comenzaron a disparar con ametralladoras automáticas", relató Tito, apesadumbrado por la muerte de al menos 10 de sus compañeros, ya que hasta este viernes se reportó un número indeterminado de desaparecidos.
"Los compañeros tuvieron que escapar a todo lado. No perdonaban ni a niños ni mujeres. Esta fue una masacre a los campesinos, esto es algo que no debemos permitir", señaló el trabajador rural.
Ya en septiembre de 2006, la entonces ministra de Gobierno, Alicia Muñoz, denunció que el prefecto Leopoldo Fernández entrenaba en Cobija al menos a un centenar de paramilitares, bajo la fachada de conformar una fuerza "para seguridad ciudadana".
Aunque Fernández negó veracidad a esa denuncia, de la que Muñoz tenía fotografías y grabaciones de video probatorias, el jefe de Seguridad Ciudadana de la Prefectura de Pando, Alberto Murakami, admitió el entrenamiento de civiles.
Murakami alegó entonces que se trataba de un centenar de "vecinos" adiestrados para cumplir labores de vigilancia, ante el auge de la "delincuencia" y el "déficit de policías".
Muñoz hizo la denuncia como prueba de que los prefectos opositores no actuaban legalmente como aseguraban. El tiempo y la masacre de gente indefensa, lamentablemente dio la razón a esa ex Dignataria de Estado.
Porque dos años después, esos integrantes de "seguridad ciudadana" cumplieron a cabalidad su papel para el que fueron entrenados: dispararon a mansalva contra gente indefensa. No sólo eso, los paramilitares, muchos de ellos brasileños, se encargaron de secuestrar a quienes no pudieron escapar de las balas asesinas.
av/Rq ABI

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