Max Murillo Mendoza
Está muy claro y personalmente alerté hace unas semanas que las mentalidades señoriales simplemente están ganando tiempo. La ingenuidad de los gobernantes, les hizo pensar en “la buena voluntad” de los separatistas terratenientes. Y estaba claro que después de la respuesta del gobierno a los golpistas de Pando, estos retrocedieron. Hoy es absolutamente nítido, meridianamente claro que estas mentalidades del siglo XIX no firmarán ningún acuerdo nacional. Están reorganizando sus fuerzas, al amparo de la tregua otorgada por el gobierno y los movimientos sociales. Sus medios de comunicación, radios, televisiones y periódicos, están bombardeando de “noticias” contra la “imposición del gobierno y sus huestes masistas”. No descansarán en sus tramas en contra del país, sus intereses no les permiten pensar en la colectividad, en la nación.
Los movimientos sociales deben estar alertas contra la nueva arremetida que se viene. Estos señoriales están buscando gobiernos que les reconozcan a su movimiento separatista, es decir se viene su aventura en cuestión de días. Terminarán con su feria de Santa Cruz, y entonces será el momento.
El mundo debe entender que los pueblos indígenas han tenido demasiada paciencia con sus patrones. Estos no quieren tenderle la mano a la historia. Se creen los dueños de la historia, los amos y señores del devenir histórico. Entonces no existe más remedio que seguir adelante sin su consentimiento, sin sus acuerdos. No quisieron ser parte de esta colectividad y de este sueño. No quieren compartir un mismo baile nacional. Sus traumas históricos pesan más que los desafíos y los sueños. Su colonialidad les impide ver más allá de sus calles y parques. No les interesa y no les conviene, por cierto, crear una Nación, un Estado. Porque no serían ellos los dueños y los amos.
Los movimientos sociales tienen todo el derecho y la legitimidad histórica de seguir adelante, no necesitan pedir permiso a nadie, peor a sus ex patrones que han perdido toda la legitimidad y la carrera por el futuro. Y los que creemos que por fin podemos construir algo distinto y nuevo, pues debemos seguir los pasos a los movimientos sociales, por un mínimo sentido de unidad y colectividad. Errores hay; pero eso arreglaremos en casa.
Cochabamba, 26 de septiembre de 2008.
Está muy claro y personalmente alerté hace unas semanas que las mentalidades señoriales simplemente están ganando tiempo. La ingenuidad de los gobernantes, les hizo pensar en “la buena voluntad” de los separatistas terratenientes. Y estaba claro que después de la respuesta del gobierno a los golpistas de Pando, estos retrocedieron. Hoy es absolutamente nítido, meridianamente claro que estas mentalidades del siglo XIX no firmarán ningún acuerdo nacional. Están reorganizando sus fuerzas, al amparo de la tregua otorgada por el gobierno y los movimientos sociales. Sus medios de comunicación, radios, televisiones y periódicos, están bombardeando de “noticias” contra la “imposición del gobierno y sus huestes masistas”. No descansarán en sus tramas en contra del país, sus intereses no les permiten pensar en la colectividad, en la nación.
Los movimientos sociales deben estar alertas contra la nueva arremetida que se viene. Estos señoriales están buscando gobiernos que les reconozcan a su movimiento separatista, es decir se viene su aventura en cuestión de días. Terminarán con su feria de Santa Cruz, y entonces será el momento.
El mundo debe entender que los pueblos indígenas han tenido demasiada paciencia con sus patrones. Estos no quieren tenderle la mano a la historia. Se creen los dueños de la historia, los amos y señores del devenir histórico. Entonces no existe más remedio que seguir adelante sin su consentimiento, sin sus acuerdos. No quisieron ser parte de esta colectividad y de este sueño. No quieren compartir un mismo baile nacional. Sus traumas históricos pesan más que los desafíos y los sueños. Su colonialidad les impide ver más allá de sus calles y parques. No les interesa y no les conviene, por cierto, crear una Nación, un Estado. Porque no serían ellos los dueños y los amos.
Los movimientos sociales tienen todo el derecho y la legitimidad histórica de seguir adelante, no necesitan pedir permiso a nadie, peor a sus ex patrones que han perdido toda la legitimidad y la carrera por el futuro. Y los que creemos que por fin podemos construir algo distinto y nuevo, pues debemos seguir los pasos a los movimientos sociales, por un mínimo sentido de unidad y colectividad. Errores hay; pero eso arreglaremos en casa.
Cochabamba, 26 de septiembre de 2008.
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