30 de noviembre de 2012

CASO OSTREICHER: NINGUNA NOVEDAD COLONIAL

Max Murillo Mendoza.
Los medios de incomunicación coloniales de Bolivia, sobre todo los escritos, se rasgan las vestiduras con la corruptela desatada con los funcionarios del estado, todos de apellidos exóticos coloniales y de familias probablemente ligadas al MIR, ADN, MNR, NFR y UCS. Es decir, nada novedoso. Hace años insinué en un artículo titulado: Vino nuevo en Odres Viejos, donde reflexioné sobre estos asuntos de corrupción estructural. Recapitulo algunos asuntos, y luego paso a otros.
Siguiendo la ruta de Zavaleta, la herencia colonial más importante es la corrupción estructural del estado republicano. Invento que estuvo en manos de familias conocidas, coloniales. Quiénes construyeron un instrumento llamado estado, para estructuralmente saquear nuestros recursos naturales, y absolutamente a espaldas de nuestras culturas y en contra de nuestras culturas. Y fueron un puñado de personas, a nombre de Bolivia, los que hasta hace muy poco resolvían dizque nuestros problemas. Estos grupos son los inventores del llamado estado republicano, especializado en corromper estructuralmente a grupos, dirigentes, empresas y sobre todos clases altas y medias. La famosa iniciativa privada en Bolivia surge del estado corruptor. Estado omnipotente y muchas veces invisible; pero absolutamente mágico en la creación de riquezas paralelas y familiares. Esas estructuras complejas especializadas en corrupción, no se han desmontado ni por asomo. En varios de los casos se han fortalecido. Y los grupos de poder clásicos, coloniales, que se inventaron también partidos políticos por sus especialidades en manguear y esquilmar al estado (MIR, ADN, MNR, NFR) pues se metieron e hicieron entrismo al MAS. Los vemos en los medios de incomunicación. Incluso hay representantes “campesinos” que son corruptos prontuariados, pero hoy son los más legítimos representantes del proceso de cambio. Sólo la ingenuidad o el triunfalismo de Evo Morales se creen en esas mágicas reconversiones de diablos a santos. Los ministerios están llenos de “conversos”, y son estos los que están deslegitimando desde dentro al proceso de cambio.
Estas mafias son grupos oligárquicos y de clases altas. Familias españolas que vienen desde hace siglos, a los que se incorporaron colonias más nuevas en el siglo XX (alemanas, japonesas, italianas, turcas, árabes, croatas), que siguieron nomás en la conveniencia del negocio corrupto de asaltar al estado, como costumbre y norma cotidiana: coima, aceiteo, charla, prostitución política. Clases altas sin costumbres liberales ni mentalidades liberales o modernas, sino provincianas e ignorantes. El poder de estas castas oligárquicas no se ha minado. Siguen vigentes, y muchos de ellos ya son masistas y sus empresas hacen jugosos negocios en la construcción de caminos, y otros proyectos a nombre del proceso de cambio. Qué más da: no hay problema en ser hoy masista, a cambio de generar riqueza y seguir engordando las arcas familiares oligárquicas. Los discursos pueden ser nomás rojos y anti-imperialistas, no hay problema. Lo más importante es mantener los negocios a flote.
Pueden rasgarse las vestiduras, como lo hacen los periodistas de los medios coloniales, es parte del juego político. Porque la hipocresía es también la especialidad más prudente de las oligarquías, para no quedar mal en sus farras ante sus tribunales y cuates. Su camaleónico sentido de acción política colonial les impulsa a sentirse cada vez parte de estos “procesos de cambio”. Los negocios son lo más importante. Hoy no pueden asaltar impunemente las arcas del Banco Central, tienen nomás que convertirse en masistas y representantes de campesinos e indígenas. Todo es posible para seguir generando ganancias ilícitas.
Las lecciones en nuestra historia siempre son las mismas. Las traiciones de los mandarines y dirigentes políticos son una constante. Como una constante es el fortalecimiento de las organizaciones sociales, y la sociedad civil. Hoy seguimos con nuestros sueños de cambio, precisamente porque tenemos experiencia suficiente en mandarinatos y traiciones, y corruptela estatal colonial. Solo que ahora hay más show comunicacional, hay más prostitución televisiva y periodística. Hay más bulla y basura virtual. Y el objetivo de este show mediático es el mismo desde el neoliberalismo: meterle miedo a la población. Así intentan adormecer y domesticar en su acción y reacción legítima. La mayoría de los escribidores de estos medios de incomunicación son familiares de estas colonias de apellidos exóticos, ni siquiera en eso disimulan sus formas de ocupación territorial y simbólica en sus ansias coloniales.
Mientras no se desmonte realmente el corrupto y corruptor estado republicano, no será posible sueño alguno. Ese monstruo de mil cabezas está hoy corrompiendo a alcaldes indígenas, campesinos, dirigentes medios y altos de las estructuras políticas. Porque su esencia y sentido de existencia, como molde y criatura colonial oligárquica, es corrupta y saqueadora de nuestras riquezas. Sólo su destrucción y desmantelamiento es la única garantía de algún proceso de cambio.
Cochabamba, 29 de noviembre de 2012.

24 de marzo de 2012

La ley Marcelo

Ubaldo Padilla Pérez*
La Ley 004, de Lucha Contra la Corrupción Enriquecimiento Ilícito e Investigación de Fortunas, más conocida como Ley Marcelo Quiroga Santa Cruz, promulgada el 31 de Marzo del 2010, es una Ley para prevenir la corrupción, investigar, procesar y sancionar a los corruptos con el fin de proteger el patrimonio del Estado y la sociedad.
Como antecedente tenemos a la Ley SAFCO (1178), que establecía 4 tipos de responsabilidades (Administrativa, ejecutiva, civil y penal) para quienes administran los recursos del Estado. Pero la Ley SAFCO no era una Ley que estuviera hecha para luchar frontalmente contra la corrupción; porque más que eso era un modelo de administración de los recursos públicos, basada en un enfoque sistémico y no porque la Ley fuera mala, sino porque no tenía un instrumento de aplicación práctica; la Ley Marcelo es ese instrumento que le faltaba a la Ley SAFCO.
La Ley Marcelo se vincula con la Ley SAFCO en lo que hace a la responsabilidad Penal por el ejercicio de la función pública establecida por esta; para ello:
En lo institucional, crea el “Consejo Nacional de Lucha Contra la Corrupción, Enriquecimiento Ilícito y Legitimación de Ganancias Ilícitas” integrado por el Ministerio de Transparencia Institucional y Lucha Contra la Corrupción, el Ministerio de Gobierno, el Ministerio Público, la Contraloría General del Estado, La Unidad de Investigaciones Financieras, la Procuraduría General del Estado y representantes de la Sociedad Civil Organizada (Control Social)
En lo Judicial, Crea 8 nuevos tipos de delitos penales denominados de corrupción (Uso indebido de bienes y servicios públicos, Enriquecimiento Ilícito, Enriquecimiento Ilícito de particulares con afectación al Estado, favorecimiento al Enriquecimiento Ilícito, Cohecho Activo Transnacional, Cohecho pasivo Transnacional, Obstrucción de la Justicia y Falsedad en la declaración jurada de bienes y rentas); agrava las penas, modifica el procedimiento estableciendo que no se suspenderá el juicio por rebeldía; que no habrá suspensión condicional de la pena ni perdón judicial y en concordancia con el Art. 112 de la Constitución Política del Estado establece que “No procederá la prescripción de la pena bajo ninguna circunstancia en delitos de corrupción”.
Además califica como delitos de corrupción a otros 25 delitos tipificados ya por el Código Penal (Peculado, malversación, cohecho pasivo propio, uso indebido de influencias, beneficios en razón del cargo, negociaciones incompatibles con el ejercicio de funciones públicas, concusión, exacciones, resoluciones contrarias a la Constitución y las leyes, incumplimiento de deberes, nombramientos ilegales, receptación proveniente de delitos de corrupción, prevaricato, cohecho pasivo de la jueza, juez o fiscal; consorcio de jueces, fiscales y/o abogados; negativa o retardo de justicia, legitimación de ganancias ilícitas, contratos lesivos al estado, incumplimiento de contratos, conducta antieconómica, infidencia económica, contribuciones y ventajas ilegítimas, contribuciones y ventajas ilegítimas de la servidora o servidor público,sociedades o asociaciones ficticias, franquicias liberaciones o privilegios ilegales)
En lo operativo,Establece la obligatoriedad de denunciar y un sistema de protección a los testigos y denunciantes; crea los Tribunales, Juzgados y Fiscales Especializados anticorrupción y al interior de la policía crea la división especializada de investigación para el apoyo a los Fiscales anticorrupción.
Desde Luego que la Ley por si sola no va a lograr nada; las leyes son instrumentos de gestión; su conocimiento nos previene que es lo que se debe y que es lo que no se debe hacer, es decir nos ayuda a hacer bien las cosas, pero también nos sanciona si la violamos por acción u omisión. Por eso el Estado tiene al frente un gran desafío, para que se pueda hacer efectiva su implementación en cuanto al funcionamiento de los organismos que la Ley crea; es más, la ciudadanía tiene también otra misión; primero tomar conocimiento de su contenido y su alcance hasta crear una cultura anticorrupción que para mi creo que sería el fin último de esta Ley.
*TS en petróleo, Comunicador y Abogado

7 de febrero de 2012

Regla ortográfica

En español, el plural en masculino implica ambos géneros. Así que al dirigirse al público NO es necesario ni correcto decir "bolivianos y bolivianas", "compañeros y compañeras", "hermanos y hermanas", etc., como algunos verbosos presidentes pusieron de moda y hoy en día otros ignorantes (políticos y comunicadores) a nivel nacional por TV continúan con el error.
Decir ambos géneros es correcto, SOLO cuando el masculino y el femenino son palabras diferentes, por ejemplo: "mujeres y hombres", "toros y vacas", "damas y caballeros", etc.
Ahora viene lo bueno: Detallito lingüístico ¿Presidente o Presidenta?
Aprendamos bien el español y de una vez por todas:
NO ESTOY EN CONTRA DEL GÉNERO FEMENINO, SINO DEL MAL USO DEL LENGUAJE. POR FAVOR, DÉJENSE YA DE INCULTURA, DESCONOCIMIENTO U OCURRENCIA: ¿Presidente o Presidenta?
En español existen los participios activos como derivados verbales: Como por ejemplo, el participio activo del verbo atacar, es atacante; el de sufrir, es sufriente; el de cantar, es cantante; el de existir, existente; etc.
¿Cuál es el participio activo del verbo ser?: El participio activo del verbo ser, es "ente". El que es, es el ente. Tiene entidad. Por esta razón, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se le agrega la terminación 'ente'.
Por lo tanto, a la persona que preside, se le dice presidente, no presidenta, independientemente de su género.
Se dice capilla ardiente, no ardienta. Se dice estudiante, no estudianta. Se dice adolescente, no adolescenta. Se dice paciente, no pacienta. Se dice comerciante, no comercianta. Se dice cliente, no clienta.
La Sra. Cristina Fernández de Kirchner, para aquellos que andan atrasados de noticias, es la actual presidente de Argentina. Dilma Rousseff ha recibido las felicitaciones del Presidente García y su Gobierno, como "Presidenta electa", no por motivos ideológicos, sino por ignorancia de la gramática de la lengua española.
Un mal ejemplo sería: La pacienta era una estudianta adolescenta sufrienta, representanta e integranta independienta de las cantantas y la velaron en la capilla ardienta ahí existenta.
Que mal suena ahora Presidenta, ¿no? Es siempre bueno aprender de qué y cómo estamos hablando.
Pasemos el mensaje a todos nuestros conocidos latinoamericanos, con la esperanza de que llegue a la Casa Pizarro, para que esos ignorantes por lo menos hagan buen uso de nuestro hermoso idioma.
Atentamente,
V. Molina
Licenciado en Castellano y Literatura (y no en Castellana y Literaturo)

29 de enero de 2012

Los ricos también se benefician cuando los pobres dejan de serlo

"El expresidente de Brasil contó durante su visita a Colombia detalles de la política social que hoy es ejemplo en el mundo. Le recomendó a Colombia no dejar en manos de intermediarios la administración de los recursos públicos.
A Luiz Inácio Lula da Silva no se le olvida que lo que hizo el primer día de su gestión como presidente de Brasil fue reunir a todos sus ministros, subirlos a un avión y llevarlos a los lugares más pobres del país.
Quería que el presidente del Banco Central o su ministro de Hacienda “vieran a ese país que no se queja, que no hace manifestaciones, pero que está ahí, que es real y verdadero. Eso quizá haya ayudado a cambiar las cosas”.
Da Silva conocía muy bien esos sectores. Salió de una de esas zonas donde es común que los niños vayan a la cama sin comer o pasen un domingo sin almuerzo. “Conocí el pan por primera vez a los 7 años" –recordó el exmandatario–. Hasta esa edad, el café que me tomaba por la mañana era con harina de yuca. Sé lo que es la desesperación de una madre que está delante de un fogón sin gas y sin lo más elemental para hacer una comida para sus hijos”.
Durante su visita al país, el expresidente de Brasil compartió no sólo su historia de vida, sino los resultados de su política social que sacó a 28’000.000 de brasileros de la pobreza y que redujo drástricamente los niveles de desnutrición y desescolarización de los niños y jóvenes de su país.
Brasil es una de las diez economías más importantes del mundo, pero para Lula esto de poco ayuda si no hay democracia ni políticas de distribución del crecimiento para evitar que el dinero siga en manos de pocos “y el pueblo siga pobre y desnutrido”.
“Cuando empecé mi gobierno, el 10 por ciento de la población más rica cogía la mitad del dinero del país y le dejaban a los más pobres apenas el 10 por ciento”, recordó el exmandatario quien logró cambiar estas cifras aumentando el salario mínimo en un 62 por ciento en cinco años, aún con voces en contra que le advertían que lo único que lograría era el crecimiento de la inflación.
“Y la inflación no aumentó”, dice ahora con satisfacción. Esta sola decisión sacó a millones de brasileros de la pobreza. Es más, asegura que con la crisis del 2008 Brasil salió adelante gracias a esta población. “El consumo creció siete veces más, sobre todo en los sectores populares. Los pobres comenzaron a ser tratados como ciudadanos”.
Para Luiz Inácio Lula da Silva hubo varias estrategias clave para lograr los resultados. Una fue bancarizar la población pobre: en un año 45’000.000 de brasileros tenían cuentas bancarias activas, y esto ayudó a hacer viable la segunda estrategia: no dejarles a intermediarios la administración ni la entrega de estos recursos públicos.
“No creo que deba existir la figura del intermediario, porque la mitad de la plata se queda con él.
En Brasil las personas que reciben beneficios del gobierno no tienen contacto con intermediarios. Reciben una tarjeta magnética con la que puede ir al banco y sacar el dinero. Eso es sagrado”, recalcó el expresidente.
Y una tercera estrategia que garantiza el éxito es tener registros de calidad y hacer seguimiento a los programas y beneficiarios. Equipos del gobierno viajaron a lugares remotos en donde encontraron habitantes que ni siquiera tenían actas de nacimiento; eran ciudadanos que no existían. Ellos son hoy beneficiarios del programa bolsa familia, que entrega tarjetas a las mujeres del hogar para que cuenten con el dinero para la alimentación y la educación de su familia.
“Son 13 millones de tarjetas. Las personas van al banco y no les deben favores a alcaldes ni a gobernadores ni al presidente.
Me decían que estaba desperdiciando el dinero, que estaba creando vagabundos que no trabajaban. Había personas que criticaban que los pobres compraran lápices o zapatos para los niños y no comida.
Eso es fácil decirlo para alguien que los tiene, pero no para los que nunca lo han tenido.
Quienes nunca han pasado hambre ni necesidades no saben qué son 80 dólares en manos de una madre de familia”.
Combatir el hambre fue una prioridad del gobierno de Lula da Silva, al punto de crear un ministerio dedicado exclusivamente para esta tarea. En seis años la desnutrición de Brasil se redujo un 73 por ciento y la mortalidad infantil en un 45 por ciento.
La política es ejemplo en el mundo. Esta apuesta incluye restaurantes populares, programas de lactancia materna, promoción de la agricultura familiar, distribución de alimentos a los más pobres, la entrega de microcréditos y fomento de la economía local a través de la compra al pequeño productor para abastecer los programas de alimentación del gobierno, entre otros.
“La garantía para la buena alimentación de la población debería ser la prioridad de todos los hombres públicos y de los ciudadanos de buena voluntad. No es normal –dijo– que un gobernante del mundo no ponga la lucha contra el hambre como una prioridad de sus presupuestos, así como en sus políticas”.
La generación de millones de empleos formales para padres de familia buscó reducir el trabajo infantil y por el contrario, llevar a estos niños y jóvenes a las 214 escuelas de educación básica nuevas, así como a las 14 universidades federales construidas durante su periodo. Hoy hijos de albañiles estudian carreras como medicina en estas universidades.
Estos resultados, aseguró, son una muestra de que “no hay nada más barato que invertir en los pobres” y deja atrás la teoría de que hay que esperar al desarrollo para ser inclusivos. En el caso de Brasil, la inclusión llevó al desarrollo. “Los ricos también se benefician cuando los pobres dejan de serlo”, dijo.
“Hasta le pagamos la deuda el Fondo Monetario Internacional. Después de dos años de gobierno le devolvimos 16.000 millones de dólares que le debíamos. Hoy el FMI nos debe 14.000 millones de dólares que les prestamos para ayudar a la crisis de los países ricos”.

23 de enero de 2012

Nuevo reporte sobre la concentración corporativa en las industrias de la vida

Los más poderosos actores industriales de la economía verde
¿Quién controlará la economía verde? da información sobre los jugadores corporativos más poderosos en control de 25 sectores de la “economía real”. Es el único reporte totalmente gratuito que incorpora las listas de las 10 compañías (según su participación en el mercado) más importantes de los 18 sectores industriales relevantes para la economía verde. Estas listas incluyen los diez más grandes jugadores en los negocios de agua, energía, semillas, pesca y acuacultura, procesamiento y comercio de alimentos, químicos, fertilizantes, plaguicidas, minería, farmacéutica, biotecnología, el comercio de granos y más. El informe también identifica a los jugadores líderes en un puñado de sectores industriales emergentes como la biología sintética, el manejo de datos, la producción derivada de algas y microalgas y la genética animal (pág. 1-2).
La red de control corporativo
El Grupo ETC lleva 30 años monitoreando fusiones y adquisiciones empresariales y la tendencia se mantiene: cada vez más monopolios en cada sector y en cada lugar. Por ejemplo, las 10 compañías multinacionales de semillas más poderosas del planeta controlan hoy el 73% del mercado comercial de semillas. En 1995 tenían apenas el 37% (pág. 25). Las 10 empresas de plaguicidas más importantes controlan ahora un 90% del mercado global de plaguicidas con valor de 44 mil millones de dólares (pág. 29). En la farmacéutica veterinaria, 10 empresas controlan en 76% de las ventas (pág. 40). 10 compañías de alimento para animales controlan el 52% del mercado global de comida para animales (pág. 39), 10 firmas químicas dan cuenta del 40% del mercado global de químicos (pág 13), 10 compañías forestales tienen el 40% del mercado de papel y derivados (pág 37), 10 empresas mineras manejan una tercera parte del mercado de extractivos (pág 34) y las 10 compañías de energéticos más grandes del mundo controlan una cuarta parte de todo el mercado de energía (pág. 15).
¿Energías alternativas? ¡Para nada!
Al escuchar “economía verde” pensamos en imágenes lacónicas de paneles solares y turbinas de viento, pero de hecho las multinacionales no están enfocando allí sus actividades. Si bien las energías renovables no nucleares o derivadas de hidrocarburos representan sólo el 1.8 % del consumo global, casi toda esa energía proviene de la cosecha y quema de biomasa para convertirla en combustibles y en compuestos químicos. Este reporte muestra cómo los reagrupamientos más significativos de empresas en la “economía verde” ocurren en torno al aprovechamiento de la biomasa vegetal. (pág. 10-15)
Nuevos oligopolios verdes
Este reporte descubre las nuevas convergencias corporativas entre los diversos sectores industriales, y cómo los jugadores más poderosos se posicionan para dominar la economía verde. Un caso es el de la compañía DuPont, la segunda empresa semillera más grande del mundo, la 6a más importante compañía química y la 6a de plaguicidas, que ahora emerge como jugador mayor en la biotecnología, biocombustibles y bioplásticos, esí como en biología sintética, producción de algas, diversos ingredientes y enzimas, al mismo tiempo que se asocia con la tercera empresa petrolera más grande del planeta, BP (pág. ii-iii)
El gasto en alimentos rebasa el gasto en energéticos
Es común escuchar que el tamaño del mercado global de energía es inmenso, con valor de 7 mil billones de dólares y que en comparación, cualquier otro sector industrial es pequeño. Sin embargo, según nuestra investigación el mercado mundial de alimentos al menudeo es más grande que el de la energía, incluso cuando se toman en cuenta los subsidios de los gobiernos a los productores de energía y agricultura. (pág. 43).
Ascenso meteórico de la biología sintética
A principios de la década de los noventa, la comercialización inicial de las tecnologías de ingeniería genética promovió una reorganización masiva de los sectores de semillas, agroquímicos y farmacéutica y la emergencia de gigantes en las “ciencias de la vida”, tales como Monsanto y Novartis. Hoy las nuevas tecnologías como la biología sintética están detonando otra ola de fusiones frenéticas, adquisiciones y empresas de capital compartido en torno a la economía de la biomasa, promoviendo nuevas alianzas entre jugadores tales como Dow, DuOont, BP, Shell, Exxon, Chevron y Total con los megagigantes de los granos, la silvicultura y las semillas como Monsanto, Cargill, Bunge, Weyerhaeuser y ADM. En el centro de esas nuevas alianzas sorprende encontrar a las nuevas empresas de biología sintética como Life Tecnologies Inc., Amyris, Solazime y Evolva —todas están escalando rápidamente hacia papeles estratégicos en la producción global de alimentos, energía, fármacos y químicos. (Pág. 16-20).
La economía azul, también bajo control
La biomasa que se encuentra en los océanos y ecosistemas acuáticos representa el 71% de la superficie del planeta. Es por ello que corporaciones de energía y químicas como DuPont, Statoil, DSM, Exxon, Mitsubishi, Monsanto, Chevron y el gigante de los astilleros Stolt Nielsen están enfocándose hacia la frontera salvaje y mojada para producor nuevos azúcales y combustibles que sirban a la economía de base biológica, para lo cual proponen la explotación en gran escala de las algas, microalgas, leces y toda la biodiversidad acuática que hay en los lagos, riberas y estuarios costeros. (Pág.

Entrevista a Manfred Max-Neef, economista chileno 06/07/11


Necesitamos de nuevo economistas cultos, que sepan historia, de dónde vienen, cómo se originaron las ideas, quién hizo qué y así sucesivamente. Una economía que entienda que es subsistema de un sistema finito más grande: la biosfera, y como consecuencia la imposibilidad de tener un crecimiento económico infinito. Un sistema que tenga claro que no puede funcionar sin tomar en serio los ecosistemas. Pero los economistas no saben nada de ecosistemas, no saben nada de termodinámica, nada de biodiversidad, son totalmente ignorantes respecto a estos temas.
Hace unas semanas, Amy Goodman entrevistó en Bonn, Alemania al reconocido economista chileno Manfred Max-Neef. Presentamos en este espacio la entrevista cuyo original en inglés se encuentra en la página de Democracy Now a quien agradecemos el permiso de traducir esta conversación. Manfred Max-Neef ganó en 1983 el Right Livelihood Award, dos años después de haber publicado su libro Economía Descalza, Señales desde el Mundo Invisible. El economista comienza por explicarnos el concepto de economía descalza.
Manfred Max-Neef: Bueno, es una metáfora, pero es una metáfora que se originó en una experiencia concreta. Yo trabajé alrededor de diez años de mi vida en áreas de pobreza extrema en las sierras, en la jungla, en áreas urbanas en distintas partes de Latinoamérica. Al comienzo de este periodo estaba un día en una aldea indígena en la sierra de Perú, era un día horrible, había estado lloviendo todo el tiempo. Era una zona muy pobre y frente a mí estaba otro hombre parado en el lodo (no en el barrio pobre sino en el lodo). Y bueno, nos miramos. Era de corta estatura, delgado, con hambre, desempleado, cinco hijos, una esposa y una abuela. Yo era el refinado economista de Berkeley, que enseñaba en Berkeley, etc. Nos mirábamos cara a cara y de pronto me di cuenta de que no tenía nada coherente que decirle en esas circunstancias a este hombre, que todo mi lenguaje de economista era inútil. ¿Debería decirle que se pusiera feliz porque el producto interno bruto había subido un 5% o algo así por el estilo?
Todo esto era completamente absurdo.
Entonces descubrí que no tenía un lenguaje para ese ambiente y que teníamos que inventar un idioma nuevo. Ese es el origen de la metáfora economía descalza que, en concreto, simboliza la economía que un economista debe usar cuando se atreve a meterse en los barrios bajos. El punto es que los economistas estudian y analizan la pobreza desde sus oficinas lujosas, poseen todas las estadísticas, desarrollan todos los modelos y están convencidos de que saben todo lo que hay que saber sobre la pobreza.
Pero ellos no entienden lo que es la pobreza, ese es el gran problema y es también el motivo por el cual la pobreza aún existe. Esto cambió completamente mi vida como economista: inventé un lenguaje coherente para esas condiciones de vida.
Amy Goodman: ¿Y cuál es ese idioma? ¿Cómo aplicas un sistema económico o haces que las circunstancias expliquen esos cambios?
Manfred Max-Neef: No, la cuestión es mucho más profunda. Es decir, no es como la típica receta que te da alguien de tu país, en donde te dicen "le garantizamos quince lecciones o la devolución de su dinero." Ese no es el punto, te lo pongo de esta manera: hemos alcanzado un nivel en nuestra evolución en el que sabemos muchas cosas, sabemos muchísimo pero entendemos muy poco. Nunca en la historia de la humanidad ha habido tanta acumulación de conocimiento como en los últimos cien años y mira cómo estamos. ¿Para qué nos ha servido el conocimiento? La esencia está en que el conocimiento por sí mismo no es suficiente, carecemos de entendimiento. La diferencia entre conocimiento y entendimiento te la puedo explicar con un ejemplo: vamos a pensar que tú has estudiado todo lo que puedes estudiar desde una perspectiva teológica, sociológica, antropológica, biológica, inclusive bioquímica y sobre un fenómeno humano llamado amor. El resultado es que tú sabrás todo sobre el amor, pero tarde o temprano te vas a dar cuenta de que nunca entenderás el amor a menos de que te enamores. ¿Qué significa esto? Que sólo puedes llegar a aspirar a entender aquello de lo que llegas a formar parte.
Como dice la canción: si nos enamoramos, somos mucho más que dos. Cuando perteneces, entiendes. Cuando estás separado, sólo acumulas conocimiento y esa ha sido la función de la ciencia. Ahora bien, la ciencia se divide en partes pero el entendimiento es completo, holístico, y eso es lo que sucede con la pobreza.
Yo entendí la pobreza porque estuve allí; viví con ellos, comí con ellos y dormí con ellos. Entonces comienzas a entender que en ese ambiente hay distintos valores, y diferentes principios — comparados con los que existen allí de donde tú provienes y te das cuenta de que puedes aprender cosas fantásticas de la pobreza. Lo que he aprendido de los pobres supera lo que aprendí en la universidad.
Pero pocas personas tienen esa oportunidad, ¿te das cuenta? Ellos ven la pobreza desde afuera en lugar de vivirla desde adentro.
Aprendes cosas extraordinarias. Lo primero que aprendes y que los que quieren mejorar el sistema de vida de los pobres no saben, es que dentro de la pobreza hay mucha creatividad. No puedes ser un idiota si quieres sobrevivir, cada minuto tienes que estar pensando, ¿Qué sigue? ¿Qué puedo hacer aquí? ¿Qué es esto y lo otro y lo otro?.
Así que tu creatividad debe ser constante. Además, están los contactos, la cooperación, la ayuda mutua y toda una gama de cosas extraordinarias que ya no se encuentran nuestra sociedad dominante que es individualista, avara, egoísta, etc. Totalmente lo opuesto de lo que tienes allá. Y es sorprendente porque a veces llegas a encontrar gente más feliz entre los pobres que la que encontrarías en tu propio ambiente. Lo que significa que la pobreza no sólo es una cuestión de dinero. Es algo mucho más complejo.
Amy Goodman: ¿Qué crees que debamos cambiar?
Manfred Max-Neef: ¡Oh!, casi todo. Somos dramáticamente idiotas.
Actuamos sistemáticamente en contra de las evidencias que tenemos.
Sabemos exactamente qué no debemos hacer. No hay nadie que no sepa esto, especialmente los grandes políticos saben exactamente lo que no se debe hacer. Y aún así lo hacen. Después de lo que pasó en octubre del 2008, tú pensarías que van a cambiar porque se han dado cuenta de que el modelo económico no funciona, que incluso tiene un alto nivel de riesgo, dramáticamente riesgoso. Y uno se pregunta:¿Cuál fue el resultado de la última reunión de la Comunidad Europea? Ahora son más fundamentalistas que antes. De tal modo que lo único de lo que se puede estar seguro es que ya viene la próxima crisis y que será el doble de fuerte que la actual. Pero para entonces ya no habrá suficiente dinero. Esas son las consecuencias de la sistemática estupidez humana.
Amy Goodman: Si tú estuvieras al frente de la economía ¿qué harías para evitar otra catástrofe?
Manfred Max-Neef: Primero que nada, necesitamos de nuevo economistas cultos, que sepan historia, de dónde vienen, cómo se originaron las ideas, quién hizo qué y así sucesivamente. Lo segundo, una economía que entienda que es subsistema de un sistema finito más grande: la biosfera, y como consecuencia la imposibilidad de tener un crecimiento económico infinito. En tercer lugar, un sistema que tenga claro que no puede funcionar sin tomar en serio los ecosistemas. Pero los economistas no saben nada de ecosistemas, no saben nada de termodinámica, nada de biodiversidad, son totalmente ignorantes respecto a estos temas. Un economista debe tener claro que si los animales desaparecen, él también desaparecerá porque entonces ya no habrá qué comer. Pero él no sabe que dependemos totalmente de la naturaleza ¿te das cuenta? Sin embargo, para los economistas de hoy en día la naturaleza es un subsistema de la economía, concepto que es totalmente absurdo!.
Además debemos acercar el consumidor a la producción. Yo vivo bien al sur de Chile, una zona fantástica donde tenemos toda la tecnología para la elaboración de productos lácteos de máxima calidad. Hace unos meses estaba desayunando en un hotel y al tomar un paquetito de mantequilla descubrí que ésta venía de Nueva Zelanda, absurdo ¿no te parece? ¿Y por qué sucede una cosa así? Porque los economistas no saben calcular los costos reales. Traer mantequilla desde un lugar que queda a 20.000 kilómetros a un sitio donde se produce la mejor, con el pretexto de que es más barato es una estupidez monumental porque no tienen en cuenta el impacto que causan esos 20.000 km de transporte sobre la naturaleza. Por si fuera poco, es más barata porque está subsidiada.
Es un caso muy claro en el que los precios nunca dicen la verdad.
Todo tiene su truco ¿sabes? esas artimañas causan enormes daños. Si acercas el consumo a la producción, comerás mejor, tendrás mejores alimentos y sabrás de dónde vienen. Incluso podrías llegar a conocer a la persona que lo produce. Se humaniza el proceso, pero hoy en día lo que los economistas hacen está totalmente deshumanizado.
Amy Goodman: ¿No crees que la misma tierra nos forzará a actuar de diferente modo? ¿Estaremos llegando al fin?
Manfred Max-Neef: Sí claro. Ya algunos científicos lo están diciendo pero yo aún no he llegado a ese punto. Pero muchos lo creen y piensan que es definitivo, que estamos fritos, que dentro de algunas décadas no habrá más humanos. Yo no creo que hayamos llegado a ese punto, pero sí que estamos cerca y diré que ya cruzamos el primero de los tres ríos. Y observa lo que está pasando en todos lados, es alarmante cómo la cantidad de catástrofes ha ido aumentando y se manifiesta en todas las formas: tormentas, terremotos, erupciones volcánicas. El número de eventos crece dramáticamente, es sobrecogedor y nosotros seguimos en las mismas.
Amy Goodman: ¿Qué has aprendido de las comunidades pobres en las que has vivido y trabajado que te de esperanza?
Manfred Max-Neef: La solidaridad de la gente; el respeto por los otros; la ayuda mutua; nada de avaricia, un valor inexistente dentro de la pobreza y uno estaría inclinado a pensar que allí es donde más está presente, que la avaricia debería ser patrimonio de los que menos tienen. No, todo lo contrario, mientras más tienes más quieres, la crisis actual es producto de la avaricia. La avaricia es el valor dominante del mundo actual. Mientras persista, estamos acabados.
Amy Goodman: ¿Cuáles serían los principios que enseñarías a los jóvenes economistas?
Manfred Max-Neef: Los principios de la economía deben estar fundamentados en cinco postulados y un valor esencial.
Primero: la economía está para servir a las personas y no las personas para servir a la economía.
Segundo: el desarrollo se refiere a las personas, no a las cosas.
Tercero: crecimiento no es lo mismo que desarrollo y el desarrollo no necesariamente requiere de crecimiento.
Cuarto: no puede existir una economía con un ecosistema fallando.
Quinto: la economía es un subsistema de un sistema mayor y finito: la biosfera. Por lo tanto, el crecimiento permanente es un imposible.
Y el valor fundamental para poder consolidar una nueva economía es que ningún interés económico, bajo ninguna circunstancia, puede estar por encima de la reverencia por la vida.
Amy Goodman: Explica lo que acabas de mencionar.
Manfred Max-Neef: Nada puede ser más importante que la vida. Y digo vida, no seres humanos, porque para mí el punto clave es el milagro de la vida en todas sus manifestaciones. Pero si predomina el interés económico, uno no sólo se olvida de la vida y otros seres vivientes, termina también ignorando a los seres humanos. Si recorres esta lista que acabo de mencionar, uno a uno, verás que lo que tenemos ahora es exactamente lo contrario.
Amy Goodman: Volvamos al tercer punto, crecimiento y desarrollo y explícalo mejor.
Manfred Max-Neef: Crecimiento es una acumulación cuantitativa. Desarrollo es la liberación de posibilidades creativas. Todo sistema vivo de la naturaleza crece y en cierto punto deja de crecer, tú ya no estás creciendo, ni él ni yo. Pero continuamos desarrollándonos, de otro modo no estaríamos dialogando en este momento. El desarrollo no tiene límites pero el crecimiento sí. Y este es un concepto muy importante que políticos y economistas ignoran, están obsesionados con el fetiche del crecimiento económico.
He trabajado durante décadas y en este tiempo se han hecho muchos estudios. Soy el autor de una famosa hipótesis: la hipótesis del límite, que dice que en toda sociedad hay un periodo de crecimiento económico —entendido convencionalmente o no— que trae una mejora en la calidad de vida pero sólo hasta cierto punto: el punto límite, a partir del cual, si hay más crecimiento, la calidad de vida comienza a decaer. Esta es la situación en la que nos encontramos actualmente.
Tu país es el ejemplo más dramático que puedes encontrar. En mi libro que saldrá publicado el próximo mes en Inglaterra, titulado La economía desenmascarada — hay un capítulo llamado "Estados Unidos, una nación en vías de subdesarrollo" la cual es una nueva categoría. Actualmente manejamos los conceptos de desarrollado, subdesarrollado y en vías desarrollo. Ahora tenemos el nuevo concepto de en vías de subdesarrollo y tu país es el mejor ejemplo, en el cual el 1% de los americanos cada vez están mejor, mejor y mejor, mientras que el 99% va en decadencia en todo tipo de manifestaciones. Hay personas que viven en sus autos, ¿sabes? ahora duermen en sus carros, estacionados enfrente de la que fue su casa. Miles, millones de personas lo han perdido todo. Pero los especuladores, los que crearon todo este problema, esos están fantásticamente bien. Para ellos no hay problemas.
Amy Goodman: ¿Entonces, cómo cambiarías las cosas?
Manfred Max-Neef: Bueno, no sé cómo cambiarlas. Es decir, solitas van a cambiar, pero de manera catastrófica. Para mí no sería raro que de un momento a otro millones de personas salieran a las calles de Estados Unidos a causar destrozos. No sé, pero podría suceder. No lo sé. La situación es absolutamente dramática y se supone que es el país más poderoso de la tierra. Y aún en estas condiciones, siguen con sus guerras absurdas gastando billones y trillones. Trece trillones de dólares para los especuladores y ¡ni un centavo se fue para las personas que perdieron sus casas! ¿Qué tipo de lógica es esa?www.ecoportal.net
Manfred Max-Neef, economista chileno. 26 de noviembre de 2010 - Traducido por: Rose Mary Salum -http://www.salsa.ecofondo.org.co