29 de abril de 2020

La pregunta es, entonces ¿Cómo se toman las decisiones de política pública desde el Gobierno Nacional para enfrentar el Covid 19?



Desde enero de 2.020, la mayor preocupación de los países es como combatir mejor al flagelo del Coronavirus (COVID-19) y preservar la salud pública. Una de las medidas más extensamente aplicada ha sido la implantación de cuarentenas; que han disminuido la velocidad del contagio a expensas de casi paralizar la economía mundial. Aunque se anuncia una recesión global por esta causa, para el período post pandemia, por lo pronto la atención se concentra en salvar vidas.

El secretario general de la OMS, Tedros Ghebreyesus, ha señalado que: “No se puede combatir un incendio a ciegas, y no se puede detener una pandemia si no sabes quién está infectado”. En esta línea, la prioridad de los países es identificar a los portadores del virus, aislarlos y cortar así la cadena de transmisión de la enfermedad. A mayor cantidad de testeos, y seriedad en la identificación de los contactos de los contagiados, se puede establecer mejores parámetros de control y definir acciones para preservar mejor la salud pública y establecer condiciones para reanimar la economía.

Latinoamérica

En esta carrera, Latinoamérica compite con desventaja por: la dificultad que implica conseguir las pruebas para diagnosticar el virus y adquirir el equipamiento e insumos para atender los casos más críticos. Un balance rápido de la tarea realizada en la continente muestra en los extremos a dos países: Chile como el país con más pruebas realizadas, 8.690 por millón de habitantes (pmh) y Bolivia con solo 513 pmh, El resto de los vecinos Perú, Brasil, Argentina y Paraguay tienen respectivamente 7.260, 1.590, 1.270 y 1.180 pmh. En este contexto, la situación en Bolivia es precaria y compleja, porque al no disponer de tests suficientes carece de información relevante para apoyar la toma de decisiones para controlar la expansión del covid 19.

Las acciones emprendidas por el Gobierno para la gestión de la crisis, con excepción de las declaraciones de cuarentena y el pago de bonos, han sido, por decir lo menos, algo erráticas, por ejemplo, cuando, el 6 de marzo pasado, el ex ministro de salud Aníbal Cruz declaraba a los medios: “el coronavirus nos está tocando la puerta, pero estamos preparados”. La realidad fue distinta. Las pruebas y reactivos para realizar esta tarea son tan limitados en el país, que solo se aplican a quienes presenten claramente síntomas de la enfermedad. El actual Ministro de Salud, Marcelo Navajas, informó días atrás que: “la demanda mundial de estos insumos es alta y que Bolivia está al final de la cadena de compras y que dentro de un mes se dispondrá de mayor cantidad de pruebas”. Es decir, nunca estuvimos preparados.

Insuficiente

El pasado 21 de marzo el Gobierno dispuso la cuarentena en todo el país. Pero, con carácter previo, gobernaciones y alcaldías de cuatro departamentos declararon la misma medida. La pregunta es: ¿hubo una línea de coordinación entre los niveles nacional y subnacional? La impresión que quedó es que el nivel nacional reaccionó tardíamente. En el ámbito externo medidas similares las habían tomado días antes Perú, Argentina y Chile. El 14 de abril se amplía la cuarentena en Bolivia, en un contexto en que se repiten similares hechos previos a los acaecidos antes del 21 de marzo.

Si bien la aplicación de la cuarentena ha funcionado ralentizando la cantidad de contagios, se ve que la medida ya no es suficiente, porque el incremento del universo de contagiados está en franco crecimiento (60%, si se compara entre las dos últimas semanas). Este 28 de abril, Bolivia ha reportado un acumulado de 1.053 contagios con la aplicación de aproximadamente 6.300 tests de corononavirus. Para determinar similar número de contagios Perú aplicó 15.500 pruebas y Chile 29.000. Es decir, que la escasa medición realizada en nuestro país está encubriendo un probable universo no identificado de entre 2 y 3 veces más de contagios existentes, que los que se declara oficialmente. De otra manera no se explica la situación de los departamentos de Oruro y el Beni, que pasaron del estado de silencio epidemiológico a tasas de contagio 10 veces mayores, en un lapso de dos semanas; además de la cuarentena, ¿cuál era la estrategia para contener el virus en estos departamentos?.

La pregunta es, entonces ¿Cómo se toman las decisiones de política pública desde el Gobierno Nacional para enfrentar el Covid 19? La respuesta probable es que la decisión es una combinación entre los escasos datos estadísticos que se disponen, las recomendaciones genéricas de la OMS, las acciones que encaran los países vecinos y la presión ejercida por los niveles subnacionales que toman sus propias decisiones, prescindiendo del rol coordinador del nivel central.  

Esfuerzos de articulación

En el fondo, el problema de atender solventemente la crisis está más allá del sistema de salud y tiene que ver con construir esfuerzos de articulación, entre todos los niveles del Estado y las representaciones de la sociedad civil. Muestras visibles que algo anda mal son:  el conflicto del 11 y 12 de marzo de 2020, suscitado entre la Dirección Departamental de Educación de Oruro y el Ministerio de Educación, por la decisión del primero de suspender clases y la oposición del segundo; la poca coordinación entre los municipios rurales y el gobierno nacional que no define una estrategia clara de abastecimiento de alimentos a las ciudades y pone en riesgo la frágil economía campesina; la inauguración de laboratorios para la detección del covid 19, en prácticamente todo el país, que no funcionan; y la reciente intervención de los SEDES de los departamentos de La Paz y Cochabamba, por fallas de coordinación.

Este 25 de abril, la Alcaldía de Santa Cruz comunicó la intención de ampliar la cuarentena al mes de mayo, iniciativa absolutamente racional ante la falta de más información que permita asumir otras medidas y es probable que en los próximos días otras alcaldías y gobernaciones hagan pronunciamientos similares, con el resultado, también previsible, de un anuncio del Ejecutivo de ampliación de la cuarentena.

La ciudadanía encerrada en casa, con cansancio espera medidas que mejoren su situación y permitan un paulatino arranque de la economía. Se le demanda al Gobierno lucidez, realismo y ante todo transparencia, no impostura.

Todos esperamos que este trance se supere al final. Pero por hoy, una vez más, el país está al borde del precipicio. Las evidencias del manejo de esta crisis arrojan más dudas que certezas sobre sus conductores; tanto, que sus acciones parecen más una declaración de fe, que un hecho de gestión pública ¿ante la realidad del abismo, haremos un salto de fe?.

Juan de Dios Fernández es investigador en gestión pública y desarrollo rural. Es MSc en Gestión y Políticas

Ayunar con hambre

Por Miriam Suárez Vargas

El último mandato de la presidenta interina: “ayunar y orar con fe para vencer la pandemia”, el pedido de la presidenta nos remonta a tiempos medievales cuando el argumento de la salvación divina era la oración, mientras se castigaba a las supuestas pecadoras, buscando evitar cualquier “contagio”, se las persiguió, se las humilló, se las torturó y se las quemó. Miles de mujeres (brujas) en aquel entonces, tuvieron el coraje de denunciar el hambre que sentían sus hijos, la explotación y los excesivos tributos que pagaban a la aristocracia y los gobernantes de turno; sépase que la hoguera nos privó de sus sabidurías, de los conocimiento naturales de la medicina, entre otras cosas valiosas.
El pedido de la presidenta se hace después, de más de 40 días del encierro sanitario, que tiene a las familias entre súplicas y reclamos para compartir un pan entre los suyos. Hace pocos días, una niña se suicidó por hambre en Montero, me pregunto: cuál será el dolor que siente una madre al ver inmolarse a una hija, quien sentía estrujones en su barriguita porque llevaba días sin comer.
Este fin de semana, se vio en Roboré a la hija de la presidenta, Carolina Ribera Añez, llegando  en un avión de la Fuerza Aérea Boliviana a descansar y  des-estresarse en las Aguas Calientes de ese municipio, cuántas veces habrá ayunado Carolina, cuántas veces habrá sentido hambre, habrá tenido pan para llevar a la boca y distraer su barriga. Total, la gente anoticiada del aterrizaje del avión de la FAB, pensando en ayudas que llegaban desde el gobierno, se aproximó al hotel donde descansaba, sin conseguir una honrada respuesta. Cómo explicará doña Jeanine el uso de un avión oficial para un viaje de placer, será que el ministro Murillo caerá con el mismo rigor de ley que aplica a las mujeres de las ollas vacías o a quienes se animan hacer pública y manifestar su hambre? Tenemos en la memoria sus medidas draconianas contra la población de Riberalta. 
Señora presidenta transitoria, deje de fingir, sus pedidos de oración sólo nos recuerdan tiempos inquisitoriales, curas con la cruz y la espada que ayudaron a someter y desplazar a los verdaderos dueños de este territorio. La gente no necesita ayunar,  es comer lo que necesita y usted tiene la obligación de garantizarles el derecho elemental al alimento y en consecuencia, el derecho a la vida.
Quien escribe estas líneas trabaja en Casa de la Mujer y le cuento que allí llegan mujeres con hijos/as que no saben cómo alimentarlos, también llegan pedidos de auxilio inmediato porque las madres se niegan a ver morir a sus hijos/as sin que ellas hagan algo, podría usted ayunar y orar tranquilamente, ignorando el hambre de sus hijos, no mienta, si usted es madre lo sabe tan bien como yo.
Otro dato que parece Usted desconocer, es que en este país de diversidades, la indocumentación es una expresión de la pobreza, vivir en los márgenes de los pueblos o en la periferia urbana es otra cara de la pobreza, mientras usted saca a las calles a sus militares que nunca supieron cuál es su rol, quienes viven en esos márgenes son apresadas/os como delincuentes cuando caminan creyendo ser merecedores de sus bonos. Tanta confusión con unas medidas poco efectivas y discriminatorias que no entienden que este Estado es Plurinacional y Laico.
Con tal razón, Casa de la Mujer con pequeños esfuerzos, distribuyó alimentos a las Promotoras Comunitarias y a las mujeres quienes cumplen el rol de madre y padre de sus hijas/os y no lo hace para sustituir su labor, tampoco con un sentido asistencialista, es un acto de rabiosa solidaridad ante el dolor y la ausencia de un Estado que cada día nos miente más, desde las noticias hasta la jornada de ayuno que Usted y sus hijos no cumplirán.

27 de abril de 2020

Reflexiones Post-Coronavirus

                                                                                                    Max Murillo Mendoza

Es por supuesto un riesgo enorme pronosticar conjeturas, o resultados, después de la pandemia; pero asumo dicho riesgo. Sin embargo, hay aspectos en los cuáles existen similitudes respecto de crisis anteriores del sistema. Sucede que la civilización occidental, inventora del sistema capitalista, siempre tuvo las ventajas de las reglas de juego de dicho sistema. Hoy ese sistema está en jaque por un virus, en jaque terrible que el mundo gringo otra vez descarga las pérdidas sobre las espaldas del mundo pobre. Dicho sea de paso, la historia nos enseñó que la pobreza es obra y gracia del sistema colonial, primero, y después capitalista. Entonces desde siempre, sobre todo desde la expansión de la modernidad allá en el siglo XVI, el mundo occidental gringo tiene las ventajas de sus reglas de juego que impuso al mundo entero a sangre y fuego.

El fenómeno del capitalismo chino es un punto a parte. El capitalismo clásico y tradicional gringo, creció sobre trampas modernas bien estructuradas, por ejemplo el proteccionismo de sus mercados. Es un cuento chino eso del libre comercio. El mundo gringo siempre hizo trampas, porque son dueños de las reglas de juego capitalista. Mucho después lanzaron la moda de la globalización, con el discurso de la libre competencia. Con ese cuento inundaron nuestros mercados con sus productos, porque imposible que podamos competir con semejantes poderes mundiales e industriales. Sin embargo nos convencieron de las bondades de la globalización para destruir las pocas industrias del sur del mundo. Es decir, destruir millones de puestos de trabajo.

Ese capitalismo tradicional no contó con las competencias de mercados emergentes, como China, Rusia o India. Que intentan ingresar a esos monstruosos clubes de ricos a pesar de los riesgos que eso conlleva. Entonces reniegan de la globalización; empiezan a cerrar sus fronteras poniendo aranceles, como Trump, o definitivamente cerrando totalmente sus fronteras incluso para personas extranjeras. En esa locura llega el virus asiático para demostrarles que los mercados mundiales siguen globalizados, y no hay frontera alguna ni siquiera para detener un virus.

La civilización occidental, que siempre exporta sus títulos en tono de superioridad: tan culta, educada, civilizada y desarrollada, tiene en su haber dos guerras mundiales, asesinato de millones de judíos, destrucción de culturas enteras en los procesos coloniales de siglos. Todo esto sin contar que su modo de desarrollo y progreso ha destruido el mundo: cambio climático y destrucción del hábitat animal y vegetal. Esta civilización “tan culta y educada”, sigue hoy bombardeando países como Irak, Siria o Afganistán, demostrando su barbarie congénita y cavernaria, sin siquiera entender los  momentos que el mundo pasa con el coronavirus.

La civilización occidental tiene la excusa perfecta para salvar lo poco de interesante de su sistema capitalista destructivo, cerrando sus fronteras por todo el mundo. Pues tan educados y civilizados son que nunca les interesó la vida al sur del mundo, donde miles de millones de humanos se debaten en la pobreza y miseria, resultado histórico de un modo de desarrollo y progreso que sólo crea y genera miseria, pobreza, desigualdad y falsa competencia entre pobres. Esas son las verdaderas paradojas de fondo: que los espejitos de la modernidad siguen siendo las trampas mortales para las mayorías del mundo. Porque desde siempre son los dueños de las patentes del sistema, y nunca nos entregarán al menos un pequeño espacio de sus periferias económicas, nunca. Esa es la experiencia de nuestras historias en estos siglos de modernidad; aunque nuestras oligarquías se tragan todo el cuento entero y sin crítica alguna.

La civilización occidental no aprende de sus fracasos. Después de la segunda guerra mundial, iniciaron otras guerras como la de Corea o Vietnam. No les interesa el mundo, sino sus ganancias cavernarias de su sistema económico. La crisis mundial del 2008, generada por ellos y sus sucios negocios bancarios, destruyó al mundo entero. Y no aprendieron. Por tanto, la crisis actual la tomarán como otra crisis más. Dejarán al mundo destruido, para salvaguardar sus propios intereses: financieros, bancarios, especulativos e industriales.

Los resultados de ese sistema son tan evidentes, que siguen siendo invisibles para las oligarquías tercermundistas y atrasadas como subdesarrolladas. Hay que aclarar que occidente es por igual capitalista como socialista, vienen de la misma vertiente cultural y civilizatoria. Los resultados de ese sistema sólo les favorece a ellos, porque sólo ellos disfrutan de sus ganancias: un puñado de millones sobre los miles de millones de hambrientos y pobres. Sólo ellos disfrutan de sus inventos destructivos: contaminación mundial y destrucción del hábitat humano y animal. Porque eso es el desarrollo y progreso, sus resultados son muy claros y  concretos.

El fenómeno del coronavirus es la punta del iceberg del sistema capitalista. Detrás de ese fenómeno se ocultan poderosos intereses económicos, que están en crisis y decadencia total. Sus Estados están ya lanzando salvavidas al sistema, como lo hicieron también el 2008. Miles de millones de dólares, que son de las sociedades civiles y del público, irán a parar a los bolsillos de los banqueros y financistas corruptos del sistema. Como fue el año 2008. Ni siquiera salvarán a sus sistemas de salud que colapsaron, sino a quiénes son los dueños verdaderos del sistema capitalista. Ese es el occidente culto, civilizado y educado, que prefiere la muerte y la tragedia de sus propios ciudadanos, a matar al sistema e inventar otro al menos más humanos y justos.

Por ahora no hay otro sistema alternativo; al menos debemos tener claro en la crítica que hay culpables de todo esto, que vienen desde atrás en la historia y no han cambiado en su esencia destructiva, pirata, poco democrática y poco humana. Ese occidente que ufana ser culta y civilizada, sólo demuestra que es todo lo contrario y peligroso para ellos mismos. El mundo necesita otros modos de vida, otros modelos más humanos que los que nos ha mostrado la “culta y civilizada” occidente.

                                                                                                 La Paz, 29 de marzo de 2020

13 de abril de 2020

El día después

Por: Luis Fernando Vincenti

"El día después" es un abstracto lleno de profundas interrogantes para todo el mundo. Se entremezcla en esa nebulosa un puñado de incertidumbres: bien fundados temores, angustia, tenues esperanzas.... Es un grito contenido cuyos tonos varían desde la desesperación hasta el júbilo; desde la risa hasta el llanto.

Nos endiosamos, creímos que el universo se hizo a nuestra imagen y semejanza. Nos inventamos dioses, "padres nuestros", que nos regalaron el universo para nuestro abusivo albedrío y apropiación discrecional. Hasta que vino un bichito microscópico, invisible, y nos reventó en la cara nuestra fragilidad, arrinconó nuestra soberbia y nos puso de rodillas ante nuestras propias miserias.

Miremos, solo como un ejemplo, uno de los graves problemas contemporáneos: la sobrepoblación humana. Hace 200 años escasamente superábamos los 1.000 millones de habitantes. Hoy, apenas 200 años después, somos 7.000 millones de habitantes. La pregunta es: ¿existe en el planeta (u otro accesible) con la cantidad suficiente de medios de subsistencia básicos para la sobrevivencia de nuestra especie tales como agua, comida, energía, abrigo, medicinas? Y si los hubiera (que no lo creo) ¿en qué manos están?. ¿Quién los tiene?. ¿Son accesibles para los 7.000 millones, actuales, y más aún. considerando que en 30 años esa población alcanzará los 10.000 millones?.

Ese es apenas uno de los inmensos y diversos  problemas que amenazan la sobrevivencia de la especie.

Tengo fundados temores sobre el alto grado de degeneración al que ha llegado el ser humano en los tiempos corrientes. Hemos diseñado un modelo de sociedad que resulta insostenible en el cortísimo tiempo.

Otro gran problema es la hiper concentración de la riqueza global. El 1% de la población mundial se ha apropiado, en el último siglo, del 80% de la riqueza de todo el planeta. El 20% de la riqueza restante se distribuye entre el "restante" 99% de la población. Y cada vez aumenta esa concentración de la riqueza. ¿Hasta cuándo?. ¿Es eso sostenible?.

Históricamente, el ser humano jamás ayudó a la naturaleza. Por el contrario, es de muy lejos, con mucha distancia respecto a cualquier otra especie, su mayor depredador.

El Homo Sapiens es el mayor depredador de naturaleza que ha existido en la historia, y no veo ni una brizna de intenciones de cambiar esa tragedia. Por el contrario, nuestro egoísmo y endiosamiento están llevando a nuestra especie, y muchas otras que aún no logramos depredar, a su propio holocausto.

Se agota el agua dulce. Ya Estados tan importantes como California, padecen desde años su déficit, así como suena. El agua, en el más importante Estado productor de alimentos y el más poblado de EEUU, ya no alcanza. Su litoral está sembrado de pueblos fantasmas abandonados por el irreversible agotamiento del agua dulce. Sus reservorios, sobre explotados a caudales mayores que la capacidad de reposición de sus acuíferos, fueron inundados por agua salada. Y algo semejante sucede en varios otros lugares del mundo, Australia y Sudáfrica, entre ellos. ¿Cómo resolvemos eso?.

La sabiduría de la naturaleza no es, lamentablemente, mayor que la estupidez humana.

Aunque nadie habla del tema, y muchos miran al costado cuando se lo nombra, ese virus es mucho más letal que el Covid19. Se llama "sociedad de consumo". Tiene siempre velas prendidas en muchos altares, sus templos mayores son el sistema financiero global y sus bolsas de valores.

Santa Cruz, 13 de abril de 2020.

9 de abril de 2020

Propuesta para mejorar la Ley de Pensiones

Por: Omar Quiroga Antelo

La actual Ley de Pensiones vigente en el país, no ofrece una buena jubilación a los aportantes a las AFPs, por eso se presenta esta propuesta, que responde a ese gran problema que se tiene en la actualidad.

La propuesta ofrece dos alternativas concretas para resolver las dificultades, a saber:

I.  ADQUISICIÓN DE ACCIONES EN EMPRESAS ESTRATÉGICAS:

Abrir la posibilidad de que los aportantes decidan que hasta un monto de 120 cuotas de sus aportaciones a la AFP, sean invertidas en acciones de empresas estratégicas del país.

¿Cómo funcionaría?
a)      Si, por ejemplo una persona tiene 20 años de aportaciones, de los cuales suman 240 cuotas, podría decidir que 120 cuotas se destinen a la adquisición de acciones en empresas como ENDE, ENTEL, YPFB, YLB (Litio), Mutún, etc.
b)      De sus acciones y de acuerdo a su rentabilidad de las empresas, anualmente recibirá un monto de dinero como parte de las utilidades de la empresa o empresas en las que adquirió acciones.
c)       Lo más probable que esa persona termine aportando durante 30 años de modo que de las 240 cuotas restantes, se le calcularía su renta vitalicia, una vez se acoja a la jubilación.
d)      Como resultado se tendría una renta fija mensual y un ingreso adicional, resultado de la participación de las utilidades de la o las empresas en las que adquirió acciones.
e)      Una vez fallece el titular de las acciones, las mismas son heredadas por una o más personas que el titular defina mediante una declaración jurada. Pueden ser la esposa, los hijos, los hermanos, etc.

II.    EMPRENDER UN NEGOCIO PARTICULAR:

Abrir la posibilidad de que los aportantes decidan disponer un monto de 120 cuotas de sus aportaciones, para invertir en un negocio particular, en el que se demuestre que tendrá un ingreso fijo mensual que mejore su renta vitalicia.

¿Cómo funcionaría?
a)      Una persona aportante a la AFP, propone disponer de 120 cuotas de sus aportaciones en un negocio. Por ejemplo, en la compra de un vehículo tipo taxi, que genere una renta diaria en favor del propietario, o la compra de una casa que pueda ser alquilada o uno o más lotes, que generen plusvalor en un tiempo determinado.
b)      De igual manera, esta persona cuando esté en edad de jubilarse, se le hace el cálculo de la renta vitalicia mensual y adicionalmente tiene ese otro ingreso directo.
c)       El vehículo, inmueble, equipo, etc., que se haya adquirido para el negocio, podrá ser heredado por la o las personas que el titular defina.

III.  VENTAJAS DE LA PROPUESTA:

1.       Se fortalece a las empresas estratégicas, garantizando su estabilidad y mayor capacidad productiva y por tanto mejores utilidades,
2.       Se dinamiza la microeconomía, generando demanda agregada.
3.    Se fortalece la economía nacional contribuyendo al mejoramiento de los niveles de desarrollo del país.
4.     La sensación actual de que la jubilación no permite a los jubilados a acceder a una renta vitalicia que le reporte ingresos suficientes para vivir dignamente, se disiparía, pues la gente sentiría que se está beneficiando de manera directa de sus propios aportes.
5.     Se profundizarán los cambios del proceso de transformaciones que se está viviendo en la actualidad.
6.     Se tendría una respuesta rápida y real a las necesidades que están surgiendo por la crisis sanitaria que en este momento vive el país.

Santa Cruz de la Sierra, 10 de abril de 2020.

5 de abril de 2020

Actitudes ante la cuarentena por el Coronavirus

Por: Omar Quiroga Antelo

1.    La gente lo asume como una joda más. Como una experiencia nueva. Todo es broma, chistes.
2.   Empieza el aburrimiento, la gente empieza a buscar qué hacer en casa. Mirar películas, leer libros, ver las noticias, jugar cartas, jugar por internet.
3.  La preocupación por la falta de alimentos, obliga a tomar medidas disciplinarias para distribuir los recursos y para proveerse.
4.  Las noticias cada día son más preocupantes, la gente empieza a desesperarse porque ven que la enfermedad crece, son más los afectados y puede entrar a sus hogares.
5.   La gente más pobre empieza a manifestarse porque ya no tiene de qué echar mano. El gobierno responde con mano dura, con detenciones de personas.
6.  La solidaridad es un valor importante, que logra responder en una mínima parte a esas necesidades. Hay grupos de personas que ayudan a los más necesitados, pero no es suficiente.
7.  Personas que están enfermos, con la presión de no saber qué comerán en los próximos días, del aumento de los casos de infectados, bajan sus defensas y se exponen más fácilmente a ser contagiados.
8.  Las peleas conyugales, las peleas entre hermanos, empieza a descomponer el ambiente del hogar.
9.  La gente de los barrios más pobres se rebelan y salen a protestar porque el hambre los ataca inexorablemente. Las fuerzas del orden son rebasadas.
10.  La mayoría se acuerda de Dios y empieza a mandar cadenas de mensajes para orar, arrepentirse de sus pecados, pedir perdón. Las iglesias aprovechan y reclutan adeptos.
11.  Circulan videos de otros países, con imágenes fuertes de casos de infectados que han muerto y que no se da abasto para enterrarlos.
12.   El pánico empieza a cundir en las personas. Algunas empiezan a delirar y alucinar. Tienen sueños macabros. La salud de muchos se ve afectada y bajan las defensas. Imploran a Dios que los salve de esta situación. El gobierno no sabe cómo responder al incremento de infectados.
13.  Se han distribuido recursos económicos para las personas de la tercera edad, embarazadas y discapacitados, pero no se ha resuelto el problema del abastecimiento de los productos. Estos escasean, suben de precios. Tener dinero pasa a ser secundario, porque no alcanza para adquirir los productos básicos de la canasta familiar.
14. La gente pobre no aguanta la situación y sale a las calles a protestar contra el gobierno. Se provocan enfrentamientos entre la gente movilizada y las fuerzas del orden. Hay muertos y heridos y muchos detenidos. Las movilizaciones se incrementan cada día más y más.
15. El gobierno colapsa, renuncia y pide que un gobierno colegiado se haga cargo de la crisis.
16. El país queda devastado, las fábricas, los bancos, las instituciones, deben buscar formas creativas para enfrentar el estado de situación.
17. Valores como la solidaridad, la complementariedad, la racionalidad, son más importantes. Entre pobres se ayudan para resistir a la terrible situación. Y nuevamente Bolivia debe buscar su estabilidad económica.

Santa Cruz de la Sierra, 5 de abril de 2020.

2 de abril de 2020

Un secuestro…de los buenos!!

Un secuestro…de los buenos!!

Por: Omar Quiroga Antelo

Esta es la anécdota de un secuestro que pudo tener un desenlace fatal. Recuerdo que a pesar de las advertencias que les dieron a mis padres algunos de mis familiares, en sentido de que no debería mandarme a estudiar al Juan XXIII, porque dizqué allí se entrenaban guerrilleros y eran “comunistas”, en 1981 me fui becado a estudiar.

Quien iba a imaginar que después de unos meses, un 21 de abril de 1981, fuerzas paramilitares y militares en una acción conjunta, ingresan al colegio en busca de uno de los compañeros que en aquella época habían fundado el MIR. No lograron su objetivo y nuestro compañero de colegio tuvo que salir de emergencia hacia las europas. El colegio por muchos meses estuvo vigilado para conocer “nuestros movimientos”.

Cada año, el curso de primero medio (segundo de cultura en lenguaje juancho), se ausentaba del colegio por espacio de una semana a realizar un campamento. Era un momento en el que les ayudaba a nuestros educadores, a conocernos mejor en nuestras actitudes y aptitudes.

En 1982, en Bolivia gobernaban los militares. La sicosis de que nos pudiera pasar algo, obligó a que si alguien preguntaba quiénes éramos, la respuesta debía ser “boy scouts” y jamás mencionar “Juan XXIII”.

Es en este contexto que una de esas noches, ya acampando en “ch’iltupampa”, cercano a Parotani, por la carretera Cochabamba-La Paz, se estaciona una “zorrita” de la estación de trenes cercana a nuestro campamento. Gonzalo Veizaga, el más grande de mi curso, los atiende y vuelve con la noticia de que eran trabajadores del ferrocarril que ofrecían su colaboración si es que necesitábamos leña para nuestra improvisada cocina. Lo que llamó la atención y nos puso en alerta, fue que Gonzalo comentó que eran 4 hombres y que dos de ellos se bajaron y que – según él – no habían vuelto a subir. Enseguida nos organizamos para enfrentar cualquier intento de ataque de los perversos que se encontraban a nuestro alrededor. Lo primero que se debería hacer era ver si Pica, nuestro director, estaba en su carpa. Sorpresa!!, no estaba. Movilización total, sacamos a los enfermos de sus carpas, los llevamos cerca de la fogata. Nos organizamos en 4 grupos para buscar a Pica, porque en nuestra cabeza teníamos la idea de que habría sido secuestrado por los malvados que nos merodeaban. Las búsquedas fueron infructuosas, Pica no aparecía por ningún lado. Luego de evaluar la situación y de sugerir nuevas acciones, a alguien se le ocurre pedir que nuevamente se visite la carpa de Pica para ver si estaba. Nueva sorpresa!!, Pica estaba vivito y coleando, descansando apaciblemente, ausente de todo lo que alrededor sucedía. ¿Qué pasó?, como él mismo comentará al día siguiente, simplemente le vino una fuerte jaqueca y la única forma de controlarla era caminar por una de la vías de la rieles del tren, concentrándose para no caer y con esa acción bajar el dolor de cabeza que le aquejaba. Fue un buen susto el que nos dimos.

Al día siguiente, estábamos en la evaluación final del campamento, eran como las 9 de la noche. Como 8 personas hasta ese momento hablamos de nuestras impresiones, de lo positivo y negativo de la experiencia. En ese momento escuchamos que viene el tren, como todas las noches. Todos nos quedamos en silencio hasta que pasara tremenda bulla. De pronto un grito desgarrador se escucha. La piel se nos puso como de gallina y solo atinamos a mirarnos con asombro entre todos. Pica se adelantó e inmediatamente imaginó lo sucedido – “alguien se acaba de caer del tren”- dijo.

De inmediato pidió dos voluntarios para ir a auxiliar al accidentado. Se ofrecen Limbert Ayarde y Luis Martinez, el primero de Charagua y el otro de Siglo XX. Ambos se van hacia la vía férrea y 3 minutos después llegan corriendo y gritando. Luis estaba atónito y sin habla y Limbert aseguraba que vió sangre y que cuando él era pequeño, una escena de sangre le marcó de por vida. Estaba visiblemente afectado. Entonces Pica pide otros dos voluntarios y como no, me ofrecí. Se eligió a Richard Soliz y a mi persona para completar la misión de ayudar al herido. Luis no se resignaba y pidió ir con nosotros. Nos fuimos los tres en dirección a la vía férrea. Quisimos encender la linterna y era tan tenue la luz, que no servía para nada. Entonces le pedimos a Luis que regresara al campamento y pida nuevas pilas. A tiempo de pedirle este favor, escuchamos entre los matorrales movimientos extraños. Suponíamos que eran animales del monte que se movían. Aún así, nos fuimos acercando ante el infortunado que empezó a quejarse con más ahínco. Un gemido de ayyyy, ayyyy, desgarraba nuestras entrañas. Nos sensibilizamos con el dolor y a tiempo de agarrarlo para ayudarlo a pararse, Richard le decía, “caballero no se preocupe, aquí cerca tenemos nuestro campamento y ahí lo vamos a curar”. Con la claridad de la luna, se podía percibir algo y la verdad es que no podía imaginarme lo sucedido, pues el herido se agarraba el pie (usaba tenis, aguayo, chulo…), ¿era un campesino moderno?. ¿Su pie estaba unido a su pierna artificialmente?. Eran las cuestionantes que en segundos se me pasaban por la mente.

Seguimos nuestra labor humanitaria, lo alzamos, y lo empezamos a desplazar con dificultad. De pronto Richard se desprende del tipo, y empieza a correr. Intento hacer lo mismo por una cuestión de instinto de sobrevivencia, pero la reacción fue inmediata. Cuatro sombras por detrás aparecen, la persona a la que agarraba me aprisionó y en segundos estuve rodeado de personas extrañas. Ví que uno de ellos se puso en posición de ataque y me dirigió un tremendo golpe al estómago que pude neutralizar colocando mi brazo entre mi estómago y el puño certero. Días después un morete en mi brazo quedaba como recuerdo de ese ingrato momento.

Pensé que solo en la películas se gritaba socorroooooooooooo!!!, auxiliooooooooooo!!!, sin embargo fueron dos palabras que atiné a gritar. De inmediato sentí que alguien me colocaba una cinta adhesiva en mi boca para neutralizarme. Forcejeo pero sin tener resultados, mi contextura física no me ayudaba. Era un flaquingo que hasta el viento me podía llevar. Cómo estaría mi semblante, que no tienen más alternativa que develarme quiénes eran. “Somos del Juan XXIII”, me decían. Pude sacarme la cinta adhesiva y empecé a pedir nombres. “Aquí está el Ch´aska”, lo miré y no creía. “Pintuvi, Kiko”, nada, tampoco me convencían. “Está el Valdi…”, tampoco era suficiente. Enseguida me muestran a Samir, es en ese momento que me convenzo y lo abracé a tiempo de llorar desconsoladamente. Recuerdo que Samir atinó a decirme “que huevada!!…te tuvo que tocar a vos…”.

Entendía que era una broma, de mal gusto pero broma al fin. Empezaron a aparecer luces sobre la vía, eran mis compañeros que venían en mi rescate. Me convertí en cómplice de la broma y emprendimos la huida para subir luego a la carretera.

Mientras tanto, Richard que había intentado huir, fue agarrado por otro grupo de “secuestradores”. Lo llevaron al bosquecillo colindante con el campamento, lo medio amarraron (la idea era que se escape), le rociaron jugo de remolacha, al igual que a mi y Vicente Mendoza (Vix), no dejaba de sacar fotos. Mas tarde, Richard comentaría que creía que le habían echado gasolina y que el flash de la cámara eran fósforos para incendiarlo. Pedía que le sacaran una carta que tenía en su chamarra para que se la lleven “a su esposa y a sus tres hijos”. Se reían de él, porque por supuesto que les estaba mintiendo. Colocaron un aviso arriba de su cabeza y lo dejaron solo. Richard, mal amarrado, se libera, toma el papel y llega al campamento. Según lo describieron los demás compañeros, su cara estaba desfigurada, el color rojo de la remolacha interpretaban que era sangre, que alguna herida grave tenía. Histería general, gritos e impotencia era lo que vivían. Pica lo lleva a su carpa, le cuenta la historia de la broma, pero lo venda, le echa mercurio y le pida que colabore con la broma. Sale y empieza a hacer teatro, pero muy afectado aún por lo sucedido.

Leen el papel y la sentencia era clarísima. “Si quieren recuperar a su compañero, tienen plazo hasta las 6 de la mañana para entregar 50.000 pesos bolivianos”. Eran como 50.000 dólares que había que conseguir en menos de 8 horas. Entonces se organizan en 5 grupos para ir hasta Cochabamba y Parotani a pedir ayuda y coordinar la búsqueda de recursos y liberarme.

Con el grupo, decidimos bajar hasta acercarnos al campamento y disfrutar de la broma. En ese momento, llega el padre Cavanach, que manejaba su camión con el que transportaba huevos todas las semanas desde San Juan de Yapacaní hasta La Paz. Pica le cuenta el drama que se estaba viviendo e involucra al padre en la broma. Este muy preocupado saca su tremendo reflector y empieza a alumbrar hacia el bosquecillo para encontrar a mis captores. Era sensacional, nos tuvimos que ocultar detrás de los árboles de eucalipto para no ser descubiertos. La búsqueda no tuvo resultados y el padre se marchó con rumbo a Cochabamba. ¿Y no era que se necesitaba ir a Cochabamba para traer dinero para mi rescate?.

Tuvimos la osadía de llegar a acercarnos hasta 20 metros del centro del campamento. La perra no dejaba de latir y de acercarse al lugar donde estábamos. Con piedrecillas que tirábamos al río, la logramos ahuyentar. Pero la tensión, sobre todo de las mujeres que se quedaron, era tal que no dejaban de llorar y por supuesto expresar la frase trillada “…tan bueno que era…”. Me daban por muerto!!. Era una sensación indescriptible que sentía.

La broma concluye cuando los grupos que emprendieron la caminata en busca de ayuda, se encontraron con grupos de los “secuestradores” y por supuesto les develaban el plan. Llantos, risas, fuertes emociones, asombro, eran sensaciones que se mezclaban.



Nos reunimos alrededor de la fogata y me pidieron que contara lo que viví en esos minutos de terror. Mi mandíbula estaba dura, y así debí reaccionar cuando me hacían recuerdo, al menos hasta unos tres meses de pasada la broma.

Recién nos enteramos que era costumbre que la promoción de ese año visitaba la última noche a quienes estaban de campamento. Por supuesto que eso no lo sabíamos a pesar de que nuestra compañera Marcela Montalvo nos había asegurado que Carmelo Roca le comentó que visitarían el campamento. Pero como nos mentía siempre, claro, eran mentiritas piadosas, pero la convirtió en fuente no confiable.

Increíble que parezca, la letra en el papel en el que pedían la recompensa, fue escrita por Saúl Sosa, profesor de matemática y con una escritura característica e inconfundible. No cambió para nada su forma de escribir, pero ni así se les ocurrió a mis compañeros que fuera una broma.

Esta anécdota queda en la historia del colegio, como una de las mejor logradas, tanto por el impacto, por la sincronización de las acciones y por la ingenuidad de la que fuimos presos.

Santa Cruz de la Sierra, 13 de julio de 2008.

Ocho errores que hacen que los mejores trabajadores dejen su puesto

Imponer normas ridículas. Las empresas tienen que seguir unas normas, eso está claro, pero no tienen por qué ser medidas a corto plazo o vagos intentos de mantener un orden. Una política de horarios exagerada o un par de normas innecesarias pueden hacer que la gente se vuelva loca. Si un buen empleado siente que le están vigilando demasiado, se irá a trabajar a otro sitio.
Tratar a todos por igual. Esta táctica funciona en el colegio, pero el lugar de trabajo debería funcionar de manera distinta. Tratar a todos por igual implica que tus mejores trabajadores crean que se les tratará igual que al más vago de la oficina por muy bien que trabajen.
Tolerar un rendimiento bajo. Se suele decir que los grupos de jazz son tan buenos como su peor músico; independientemente de lo buenos que sean los demás, todos oyen al peor. Cuando se permite la presencia de un eslabón débil sin ningún tipo de consecuencias, estos contagiarán al resto de empleados, especialmente a los más competentes. Esto suele pasar cuando los jefes no tienen la suficiente inteligencia emocional como para lidiar con los problemas de rendimiento de la plantilla.
No reconocer los logros. Resulta muy fácil infravalorar el poder de una palmadita en la espalda, sobre todo con los mejores trabajadores que ya están intrínsecamente motivados. Todo el mundo quiere reconocimiento, y nadie lo necesita más que alguien que se esfuerza y lo da todo. Si recompensas los logros personales estarás demostrando que prestas atención. Los superiores tienen que comunicarse con sus subordinados para descubrir qué es lo que les hace sentirse bien (un aumento de sueldo o reconocimiento público) y para recompensarles por el trabajo bien hecho. Es algo que pasará a menudo con los trabajadores más competentes.
No preocuparse por la gente. Más de la mitad de los trabajadores que dejan sus puestos lo hacen por la relación que tienen con su jefe. Las empresas con una filosofía inteligente se aseguran de que los jefes sepan ser humanos a la par que profesionales (realizar un test de inteligencia emocional es una buena manera de empezar). Este tipo de jefes son los que celebran los éxitos de sus empleados, muestran empatía por los que lo están pasando mal, los motivan y los desafían, aunque duela. Los jefes que no se preocupan por la gente tienen más probabilidades de que sus trabajadores abandonen su puesto. Es imposible trabajar más de ocho horas al día para alguien que no se involucra y que no se preocupa nada más que por los resultados.
No informar del panorama general. Puede que asignar tareas sin más a los trabajadores parezca mucho más efectivo, pero si no se informa del panorama general a los mejores trabajadores, estos lo tendrán en cuenta. Los empleados estrellas cargan con más responsabilidades porque se preocupan de verdad, así que su trabajo debería tener una finalidad. Si no saben cuál es, se sienten alienados y desmotivados. Si no se les presenta un objetivo, lo buscarán en otra parte.
No dejar que los empleados persigan sus pasiones. Google exige a sus empleados que pasen al menos un 20% de la jornada haciendo "algo que crean que beneficiará a Google al máximo". Estos proyectos movidos por la pasión contribuyen a Google, como es el caso de Gmail y AdSense, pero el mayor beneficio es conseguir que sus empleados estén a gusto con la empresa a la que pertenecen. Los trabajadores con talento son personas apasionadas. Hay que proporcionarles oportunidades para que hagan lo que les apasiona, eso aumentará la productividad y la satisfacción laboral, pero la mayoría de los jefes quieren que sus empleados trabajen sin distracciones. Estos jefes tienen miedo de que se produzca un descenso en la productividad si dejan a los trabajadores expandir su foco de atención y perseguir sus intereses. Hay estudios que demuestran que los empleados a los que se permite entregarse a sus pasiones en el trabajo experimentan un estado de euforia que les hace ser cinco veces más productivos de lo normal.
No hacer divertido el trabajo. Si uno no se lo pasa bien en el trabajo, es que las cosas se están haciendo mal. La gente no lo da todo si no se divierte y la diversión es uno de los factores más importantes si quieres mantener a tus mejores trabajadores. Las mejores empresas para un trabajador saben lo importante que es permitir que los empleados se diviertan un poco. Por ejemplo, Google hace todo lo posible para que el lugar de trabajo sea divertido: comidas gratis, boleras y gimnasios, entre otras cosas. La idea es muy sencilla: si el trabajo es divertido, no sólo rendirás mejor, sino que también trabajarás más y te quedarás más tiempo en ese puesto de trabajo.