Por: Andrés Gómez V.
“Este golpe era para el propietario”, grita enardecida una señora y zarandea a una reportera de un canal televisivo. “Pero también para los periodistas que mienten, no sé si por encargo de sus patrones o por sí solos”, apostilla un ciudadano que observa la trifulca desde la acera sin intervenir. De entrada condeno la cobarde violencia, pero analicemos las causas de ésta, proponiendo algunas hipótesis:
1. Ya no son respetados.- “Antes éramos respetados, ahora nos insultan, nos agreden, hemos perdido el respeto”, decía un nostálgico periodista en una reunión de su organización, que no aglutina a todos los que son, sólo a algunos que quisieron ser. ¿Por qué ya no son respetados? Porque entre sus filas hay mercenarios de la información, ex jefes de inteligencia, ex candidatas fracasadas o ex relacionistas públicos, ex políticos y una larga lista de ex que toman el teatro mediático para superar su derrota. A este grupo les encanta llamarse “prensa independiente” o “independientes” para borrar lo que fueron.
2. Públicos inteligentes.- Algunos periodistas tratan a los públicos como si éstos fueran niños, niñas o como si estuvieran chupándose los dedos. Las audiencias aprendieron a convivir con los medios y a divisar sus intereses y a diferenciar a los mercenarios de la comunicación de aquellos que se esfuerzan por ser periodistas en toda la dimensión de la palabra. Un público maduro requiere profesionales de talla ética.
3. Propietarios invisibles.- Estos seres son los más hábiles, a excepción de algunos pocos. No reciben palazos ni insultos porque se escudan en sus empleados, quiénes sufren los escupitajos y el desprecio. Aquellos se camuflan muy bien detrás de la Ley de Imprenta, de la Libertad de Expresión y del Derecho a la Información y siempre quedan impunes. Algo más, esconden su palabra y su ideología en la imagen institucional del medio y transmiten sus pensamientos políticos y ambiciones, filias y fobias, vía Editorial, como si la empresa hablara, como si gozara de las libertades y derechos de una persona natural.
4. Poder absoluto.- “El poder político tiene una oposición –estamos hablando en países democráticos-, el poder empresarial tienen un contrapoder que son los sindicatos. Pero el poder mediático no admite contrapoder porque cualquier crítica con respecto al funcionamiento mediático es inmediatamente acusada de atentado contra la libertad de expresión; y trata de desacreditar cualquier reflexión, que ponga en causa el funcionamiento mediático”, escribe Ignacio Ramonet. Por si fuera poco el pensador alemán Karl Popper compara el poder de la TV con el poder de la voz de Dios y advierte que “ninguna democracia puede sobrevivir si no se pone fin a esta omnipotencia”. Nada más cierto, los todopoderosos no admiten contrapoder por eso desde la fila de propietarios (Asociación Nacional de la Prensa) se opusieron al nuevo proyecto de Constitución Política del Estado que regula la actividad periodística y empresarial, y garantiza el acceso igualitario de los públicos a los medios y a la apertura de éstos.
5. Medios peligrosos.- Algunos periodistas y propietarios creen que el único peligro para la libertad de expresión es el gobierno de turno y confunde a éste con el Estado. No se dan cuenta que hay medios, periodistas y propietarios ultra peligrosos para el sistema democrático. No perciben que el mercado es el principal peligro para la función social de los medios y tampoco quieren aceptar que los negocios extraperiodísticos de algunos empresarios atentan cotidianamente contra el derecho a la información de las personas, que con todo el respaldo jurídico del mundo deben exigir a los periodistas la verdad.
6. ¿Elegidos? José Luis Sánchez Noriega dice que “los medios se convierten en instrumentos de dominación al arrogarse con facilidad la representatividad popular (el Parlamento de papel, pero también la judicatura de papel) en momentos de crisis de la democracia y sus instituciones”. ¿Quién los eligió para desempeñar ese rol? Se creen los perros guardianes de la democracia, pero el perro es el animal más dócil y fácil de domesticar por los poderes económicos. Actúan como si hubieran ganado una votación o un referéndum revocatorio, obviando las aspiraciones de la comunidad.
7. Periodistas de papel.- “La dependencia de fuentes gubernamentales y oficiales llega a contaminar el lenguaje de los periodistas que, con facilidad, adoptan los eufemismos del poder para disfrazar los hechos y, de ese modo, publicitan la realidad política del poder, alineándose con su tesis”, dice el gran pensador estadounidense Noam Chomsky. Más cierto no podía ser, por eso llaman resistencia regional a una revuelta de ricos terratenientes con capacidad y eficiencia para movilizar gente; bautizan a todos que no comulgan con ellos o con los cívicos-fascistas como movimientos afines al MAS como si el 67 por ciento que ratificó al gobierno fuera afín a Evo; dicen enfrentamiento, cuando en realidad fue una matanza; se indignan por la muerte de un pastor, pero no por todos los indios masacrados; titulan que la mitad del país odia a la otra mitad por razones raciales cuando en realidad ese odio parte de las filas que han convertido la política en una modo de vida. Repiten lo que les dicen, así vean que no es así. Casi nunca escuchan a las voces clandestinas que quieren existir
8. Mimados por el poder.- Umberto Eco, en una de sus tantas reflexiones, señalaba que “no hace mucho, para adueñarse del poder político en un país era suficiente controlar el Ejército y la Policía. Hoy un país pertenece a quien controla sus medios de comunicación”. Por esta razón es que se creían intocables, pero la nueva realidad política demuestra que periodistas, propietarios y medios dejaron de ser cuarto poder y cada día pierden terreno ante el quinto poder: las audiencias.
9. Sólo derechos.- Ciertos periodistas y propietarios creen que son los únicos beneficiarios de la libertad de expresión. Se olvidan que los ciudadanos son los titulares del derecho a la información, a la comunicación y, por supuesto, a la libertad de pensamiento y palabra. Sólo exigen sus derechos, pero se olvidan que la democracia también otorga obligaciones. ¿Cuál la obligación de los periodistas y propietarios con los públicos? ¿Cerrar el paso a ideas contrarias? ¿Llamarles afines al MAS o a los cívicos, así sean voces independientes, para descalificar sus ideas? Es necesario escuchar sus quejas, sus demandas, sus exigencias, más aún cuando los periodistas se creen depositarios de la fe pública.
10. Fascismo.- Este apartado tiene otra connotación. La muerte del periodista Quispe en Pucarani tiene otra connotación, no tiene nada que ver con ninguno de los puntos anteriores. Fue un acto criminal de una comunidad autoritaria contra una persona inocente. También se adscribe en este marco algunos actos de grupos masistas (pero no de una gran parte de la sociedad crítica) y de fascistas cívicos que han estado acostumbrados a los mimos y reverencias de periodistas. Si la derecha fascista hubiera visto más allá de la realidad mediática, no hubiera sufrido la derrota que masculla estos días.
11. ¿Cómo parar la violencia? Es un trabajo de largo aliento que debe partir de periodistas, propietarios y de la propia comunidad. “Sencillo amigo, no nos golpeen con mentiras, sino quieren ser golpeados, respetos guardan respetos”, me dice amenazante un estudiante de comunicación de la Universidad Pública de El Alto que participa en una de tantas manifestaciones que termina en agresiones a reporteros de medios. “Amigo, lo que hacen es una cobardía, no es de valientes golpear entre todos a una persona”, le respondí y se quedó mirándome en silencio como diciendo en algún lugar vi a este tipo. Los palazos, las patadas, los sopapos no son buenos argumentos para criticar a los periodistas, tampoco la generalización es correcta porque mete a todos en una bolsa, cuando hay periodistas, propietarios y medios meritorios. Por ahora, la credibilidad de Evo Morales está frente a la credibilidad de algunos periodistas y propietarios. Los resultados están demostrando quién va ganando si hablamos en términos de competencia política.
10 de octubre de 2008
10 golpes al periodismo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
¡Excelente la nota! Los medios televisivos de comunicación en Santa Cruz siguen pautas "de manual" y harían las delicias de cualquier investigador o estudiante responsables. Como novedad en meses recientes, algunos de esos medios han llegado incluso a la fase poco frecuente de provocar hechos para convertirlos de inmediato en noticias de corte sensacionalista(algunas cámaras locales parecerían haber logrado el don de la ubicuidad, o el de la premonición...). Para ello cuentan con la complicidad de energúmenos/as que funcionan como provocadores/as y completan la dinámica.
Capítulo aparte merece la pléyade de misses convertidas en politólogas, y de opinólogos convertidos en incendiarios.
Martín Suso
muy interesante las notas, con todo respeto quiero solicitarle anexarle a mi blog algunas de sus notas, claro con la aclaracion correspondiente de su autoria. de antemano felicito y agradezco su actitud.
blog: presidenteevomorales.blogspot.com
Estimado Rodrigo,por supuesto que puedes utilizar las notas de este blog.
Publicar un comentario