La Crisis Suprime encuentra a la región en una posición macroeconómica favorable
Por: Alfredo Arias
PDE ESADE
Información privilegiada
El terremoto financiero nace en Estados Unidos en agosto de 2007, la denominada “crisis suprime” cuyo epicentro es el sector inmobiliario americano. Después de un año de réplicas por todo el mundo, los expertos se preguntan hasta cuándo permanecerá la crisis. La luz a final del oscuro túnel de la crisis no aparece. Mientras tanto el terremoto sacude a las grandes corporaciones multinacionales. Según la escala de “Rich-per” el fenómeno es de 4.0 grados, situación en la que se desploman compañías y algunas quiebran.
Los bancos norteamericanos son los primeros en verse afectados por el impacto de las profundas ondas. Los valores de los bancos con inversiones en el sector inmobiliario se desploman en las bolsas y anuncian pérdidas por miles de millones de dólares. El terremoto financiero se ha cobrado ya sus primeras víctimas: quiebran compañías inmobiliarias y bancos.
Las réplicas llegan muy pronto a Europa. Bancos ingleses y suizos son los más afectados negativamente en sus valores y declaran millonarias pérdidas relacionadas a sus inversiones en Estados Unidos. En España caen las primeras víctimas con la quiebra de grandes compañías en el sector inmobiliario y, por otro lado, crece la mora en los bancos. En Asia los valores de las grandes compañías disminuyen y se publican millonarias pérdidas relacionadas a sus valores en Estados Unidos.
Los bancos centrales de Estados Unidos, Europa, Gran Bretaña, Japón, Australia y Canadá salen al auxilio de los mercados en medio del terremoto, inyectan a los mercados financieros miles de millones de dólares a corto plazo para darles liquidez y disminuyen o mantienen los tipos de interés interbancario para estimular la demanda o abordar la inflación. Las medidas salvan a la mayoría de las empresas del desastre, otras quedan dañadas y algunas quedan sepultadas en el polvo de la quiebra.
En el terremoto financiero no todo es pérdidas. Hay compañías y estados que están ganando miles de millones de dólares. Con los precios internacionales altos de las materias primas como minerales, cereales como el maíz para biocombustible y petróleo hay mercados a los que el terremoto ha llegado de manera beneficiosa, sobre todo la del “oro negro”.
En este panorama global con incertidumbre para las economías de Norteamérica, Europa y Asia, Latinoamérica tiene ventajas ante el terremoto financiero, debido a su escasa exposición al epicentro del sector inmobiliario norteamericano. Si se trata de oportunidades en medio de la crisis, Latinoamérica en el presente es la oportunidad.
Las tendencias económicas son por demás positivas. Se estima que el crecimiento económico en Latinoamérica sea del 4,2 % el presente año y del 4 % el 2009. Seguirán en positivo el valor de las exportaciones sobre todo materias primas como minerales, cereales, petróleo y gas. También ascenderá la acumulación de reservas en los bancos centrales y la reducción de la deuda externa. Asimismo por mejor oportunidad se incrementarán las inversiones del exterior.
Las consecuencias de la “crisis suprime” ponen, por unos 4 años, el contexto de la economía mundial favorable para América Latina. Para los protagonistas gubernamentales, empresariales y sociales es la oportunidad para construir un bloque económico Latinoamericano. Juntos acordar el nuevo modo de generar riqueza en la oportunidad y acumularla con vista al propio continente. Construir las bases para empezar un desarrollo sostenible con los recursos generados y atraer recursos adicionales del mercado internacional.
Es la oportunidad para despertar la dignidad del continente, reconociéndose. Lograr la independencia económica, cooperándose. Y volverse en protagonista para el equilibrio mundial, armonizándose.
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