15 de agosto de 2008

¡Dos tercios, con yapa!

Jenny Ybarnegaray Ortiz
La Paz, 14 de agosto de 2008


Aunque sigo pensando que la legitimidad de la Presidencia jamás debió ponerse a prueba, los resultados del Referéndum Ratificatorio/Revocatorio son por demás elocuentes: 2.052.522 electores y electoras le dijeron SI al Presidente, lo que representa el 67,78% ¡dos tercios, y con yapa!
¿Ahora, qué dicen quienes argumentaban con tanto “espíritu democrático” que la Asamblea Constituyente no podía tener legitimidad sin la mágica proporción de los dos tercios? ¿Harán otra huelga de hambre? ¿Qué nuevas argucias inventarán para poner al gobierno en jaque? ¿Dirán que hubo fraude? Entonces ¿cómo explicarán que dos prefectos de la “media luna” también hubieran alcanzado proporciones mayores al 60% de la votación? ¿Eso también fue fraude? ¿De quién? ¿Que el padrón electoral tiene errores? ¿No confiaron en ese mismo padrón para sus ilegales referéndums de aprobación de los “estatutos autonómicos”? “¿Hasta cuándo, pues?”
Dos tercios, con yapa, señoras y señores, más de dos millones de electores y electoras aprobaron la gestión del gobierno del Presidente Morales. Por lo tanto ¡ya, ¡basta! La majadería ya no tiene lugar en este escenario donde dos tercios –insisto, ¡con yapa! – de la población le dijo al Presidente: “siga no más, termine su mandato Señor Presidente”.
Hagamos cuentas: el Presidente hoy alcanzó la aprobación del 53,88% en Chuquisaca, el 83,21% en La Paz, el 70,90% en Cochabamba, el 83,00% en Oruro, el 84,64% en Potosí, y el 52,50% en Pando. En Tarija le faltó una “nadita” para el 50% (49,83%), en Beni logró 43,70% y en Santa Cruz 39,43%, y en estos dos departamentos sigue subiendo, cuando todavía falta el 20% y el 15% de mesas por reportar respectivamente.
Por su parte, los prefectos de la” media luna” fueron ratificados con 78.170 votos en Tarija (58,06%), 14.841 votos en Pando (56,21%), 64,593 votos en Beni (64,27%) y 400.874 votos en Santa Cruz (67,10%). Los dos prefectos “oficialistas” también fueron ratificados, el de Potosí con 167.880 votos (78,77%, batió el record) y el de Oruro “pasó raspando” con 167.880 votos (%50,86%). Los dos prefectos que estaban medio en la luna fueron revocados, el de La Paz con 64,42% de los votos y el de Cochabamba con el 64,81% de los votos.
Estos datos, ¿no son suficientes? No, para algunos/as no son suficientes. Los prefectos medialuneros ayer primero rechazaron la invitación del Presidente a sentarse a conversar al rededor de una mesa de diálogo “sin condiciones y sin agenda”, para luego aceptar la invitación –excepto Costas que se quedó en Santa Cruz para continuar la huelga de hambre por el IDH (dizque) – y finalmente llegaron a La Paz, quizás más por el “qué dirán” que por convicción democrática, ya que no mostraron señales de apertura al diálogo, entercados en sus provincianas posiciones.
A los señores prefectos no les hace mella los datos de la Corte Nacional Electoral, dicen que “no hay peor ciego que el que no quiere ver”, y estos señores no quieren ver que, mientras que el Presidente cuenta con el respaldo de más de dos millones de ciudadanos y ciudadanas, ellos cuentan con algunas centenas de miles de votos de una porción del país. Pero su soberbia no tiene límites, pretenden “igualarse” al Presidente, colocarse como rivales, cuando todos juntos, sumados tienen 558.478 votos a su favor, de los cuales más de cuatrocientos mil corresponden a Santa Cruz, es decir son “reyes chiquitos” (bien chiquititos) y dudo de que si se pusieran en competencia por la Presidencia de la República lograrían mucho más de lo obtenido.
Al parecer ha llegado la hora de llamar las cosas por su nombre. Hasta ahora, el propio gobierno ha caído en la trampa de colocar dos asuntos de diferente nivel en debate “paritario”: el proyecto de país que propone Morales vs. la autonomía departamental. El primero es un asunto de orden estructural, es una propuesta de construcción de un “nuevo Estado” que tiene un núcleo claramente identificado: la “descolonización” del país, un propósito que se expresa en el Plan Nacional de Desarrollo, como plan de gobierno para este quinquenio, y en el proyecto de nueva Constitución Política del Estado aprobada en Oruro en diciembre pasado, pero que en prospectiva implica un cambio que llevará generaciones, ya que se sabe que para cambiar el modelo económico basta un decreto supremo (21060), pero para cambiar la cultura, la ideología, los sentimientos, las actitudes de las personas, se requieren generaciones. El segundo, en cambio, es un asunto de orden administrativo del Estado, supone la profundización de la descentralización, la configuración de un país con mayor desconcentración del manejo de los recursos. En ese sentido es, a todas luces, un asunto secundario, subsidiario del primero.
Al colocar estos dos asuntos en el mismo nivel ¿se pone en evidencia el hecho de que detrás del propósito autonomista existe otro “proyecto de país”? Si así fuere ¿por qué la oposición no es capaz de explicar ese otro proyecto? O ¿será que resulta tan obvio que huelga discutirlo?, ¿será que ese proyecto no significa otra cosa que el statu quo? ¡Así es! Quieren que nada cambie, piensan que con autonomía departamental ¡el país será una maravilla! Nada más lejos de la verdad, los departamentos pueden ser autónomos, incluso federales, eso no cambiará el hecho evidente y lacerante de que este país se ha construido sobre la base de la exclusión y de la desigualdad, con unos cuantos “ricos” a costa de millones de pobres, y eso es precisamente lo que quieren mantener: su estructura de privilegios, por los siglos de los siglos, ¡amén!
Pero, muy a su pesar eso ¡ya no es posible! Bolivia vive el momento de la inflexión, se ha caído una barrera invisible que sostuvo por 180 años el orden colonialista interno: los y las indígenas ya llegaron, con rostro propio, con pensamiento propio, al Palacio Quemado. Nada ni nadie podrá volver la página atrás. Es posible que con el correr del tiempo se den retrocesos, pero nunca más les podrán decir “no se puede, ese es el lugar del otro, del caballero”. Ahora, toda mujer indígena parirá a sus hijas e hijos con la esperanza de que algún día llegarán a ocupar los cargos de decisión del país. Y eso, señoras y señores, no es poca cosa, no es un asunto “simbólico”, es un hecho trascendental: rompió el dique del poder.
Es precisamente por eso que hoy surgen con tanta fuerza esas expresiones racistas vergonzosas que observamos cotidianamente. Hasta ayer, el racismo estaba escondido detrás del “mestizaje” del 52, sabiéndose clase/etnia hegemónica podían disfrazar su racismo de benevolencia jesucristiana, y sentir y pensar y creer de verdad que no eran racistas. Se les cayó la mascarita carnavalera, frente al atrevimiento y la irreverencia de ese indio que se les “iguala”, no hay benevolencia posible. Y como si fuera poco, algunos sectores indigenistas les dan “papita para el loro”, con sus discursos fundamentalistas de plazuela, con sus demostraciones desatinadas y sus nostalgias de retorno al Tawantinsuyu, a sabiendas que eso ya no es posible, porque la historia no va para atrás.
Más allá de los discursos, de las pataletas, de las guardias pretorianas alrededor de las prefecturas, de las señoras peluqueadas en huelga de hambre, de los “valientes” vaqueros disparando a mansalva, es eso lo que les fastidia: la insolencia del empatronado, del sirviente, diciéndole al dueño de la hacienda “se acabó, amo, soy libre”. En occidente, ese paso fue dado el 53, en oriente se empieza a producir ahora, recién ¡después de más de 50 años!
¡Que la tierra sea de quien la trabaja, que los recursos naturales sean propiedad inajenable del Estado, que los niños y las niñas gocen de salud y educación, que ninguna mujer muera de parto, que ninguna anciana y ningún anciano muera en la calle como indigente, que la gente tenga trabajo, que a nadie se le quite el pan de la boca! Básico, elemental, nada del otro mundo, eso es lo que quiere la gente, y por eso dos tercios, con yapa, le dijeron a Evo: “siga adelante, no desmaye, gobierne señor Presidente”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jenny, parienta, aunque no te digo quién soy. (Cuando vuelva a Bolivia, te voy a buscar)

Cuando escribiste la carta en contra del racismo en Sucre, cuando ocurrió ese nefasto hecho el 24 de mayo, me gustó tanto tu carta que, además, fue súper divulgada en Europa. Ahora, con esta nota, realmente me siento tu cumpa!!! Por fin un pariente que piensa; por fin alguien que es capaz de solidaridad y de conciencia histórica. Ya estoy cansada de los mismos discursos de doñitas y de mojigatos/as. Me emocioné con tus palabras.

Un saludo cariñoso