Por: Max Murillo Mendoza
Existe una “extraña” coincidencia a lo largo de nuestra historia contemporánea, en el comportamiento de la ultraizquierda (con los “maestros” troskistas) y la ultraderecha. En el gobierno de Villarroel (1.946) fueron los grupos de ultraizquerda quiénes iniciaron y fueron los mercenarios de los intereses de la rosca minero-feudal, para derrocar ese gobierno que iniciaba un proceso interesante y popular en el país. En el gobierno del general Torres (1.971), fueron los troskistas los principales opositores y complotadores contra Torres, en sus típicas lecturas ortodoxas condenaron al presidente al fracaso, y se prestaron entonces al juego de la ultraderecha que tuvo alfombrado el terreno para el golpe de estado a la cabeza del coronel Banzer. En el gobierno de la UDP (1.985), a pesar del MIR, también se inició un proceso que parecía ser prometedor; pero, otra vez, fueron los grupos de la ultraizquierda los principales culpables del fracaso, para luego servirle la fiesta a la derecha: MNR, ADN y MIR.
En esta coyuntura presente, se inicia un particular parecido histórico. Son los grupos de ultraizquierda (dirigentes troskistas de la COB, o ex –troskistas que es lo mismo), incrustados en los sindicatos de maestros urbanos, sindicatos de salud y ramas afines (de los sectores más improductivos del país), los que se prestan al juego de la ultraderecha. Su miopía, mezquindad y chatura política simplemente le hace el enorme favor a la ultraderecha, que ya parecía estar arrinconada pero que se siente aliviada por el oxígeno que le proporciona la ultraizquierda. El objetivo es claro: impedir el referéndum revocatorio. En Cochabamba, a Manfred le está costando algunos millones de pesos esta aventura, ya que son bastantes a los que hay que corromper.
No existe otra salida, sino la de la movilización popular. Pero en este caso también en contra de la ultraizquierda, en contra de esos sindicatos amarillos del magisterio y de los trabajadores de salud. Que no les interesa en absoluto el pueblo, es decir la salud de la gente y el derecho a la educación de los niños y jóvenes. Sus consignas “revolucionarias” las conocemos hace décadas y sus consecuencias también. Se debe identificar claramente estas situaciones, para saber quiénes son quiénes a la hora de construir procesos más sostenidos y sostenibles.
La alerta debe ser generalizada, los sectores de la ultraizquierda y ultraderecha otra vez coinciden sus objetivos para destruir este proceso। Que la historia nos enseñe a no cometer errores, es decir a no dejarles la iniciativa a estos sectores peligrosos y reaccionarios। Sectores egoístas y mezquinos. Por lo que las calles deben poblarse de gente que defienda este proceso de cambio, contra los enemigos internos que en esta coyuntura son los más peligrosos (troskistas y compañía), y los externos abanderados de los susodichos croatas de Santa Cruz. Sólo las movilizaciones de los sectores más concientes y progresistas garantizará la continuidad del proceso, y eso hoy en día es definitivamente un imperativo categórico.
Cochabamba, 30 de julio de 2008
2 comentarios:
Lol... A pesar del MIR. ¡Notable!
Omar, creo que te falta algo que comúnmente se denomina LIBERTAD. Libertad de opinión, de credo político, religioso, etc. etc.
Cuando uno empieza a mirar las cosas con mayor libertad, cuando no se es ni se ha sido dependiente de nadie y sólo ve las cosas desde fuera, casi siempre ve mejor.
Puede que tengas mucha razón en tu frondozo apoyo a Evo, es tu ideal y estas en tu derecho, pero no ataques a los que no vemos en él las virtudes que tu le dibujas.
Lo de la Autonomía Departamental, no es sólo de Costas, bien pudo ser cualquier otro ciudadano y no tengo porque defenderlo nunca he tenido ni siquiera un saludo personalmente con él, ni con Evo, solo que, como cruceño de buena honda (provinciano más concretamente) siempre he anhelado la descentralización y por supuesto la Autonomía.
Tu bien sabes que eso no tiene nada que ver con la supuesta división del País, la verdadera división se la marcó el el referendum revocatorio que era justo lo que se quería evitar, antes había una supuesta división teórica, ahora es real ¿o no?.
En cuanto a tu artículo sobre la huelga de hambre, creo que te equivocas y mucho, no se trata de cómo se hace la medida ni quién la hace o quien lo visita, debes mirar el hecho mismo no el modo.
Yo siempre he sostenido que lamentablemente no es verdad aquella frase que dice que "todos somos iguales", por el contrario, somos un mundo de desiguales, nacemos, crecemos y morimos desiguales y no hay modo ni método para corregir eso, salvo aalgunas teorías leguleyas al respecto.
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