Por: Omar Quiroga Antelo
En la jerga forestal, se le llama “piratero” a la persona que extrae madera de manera ilegal y la comercializa en el mercado negro. De esos hay muchos en la provincia Guarayos, quizás una de las regiones más ricas en recursos forestales de todo el país.
Después de año y medio, el pasado fin de semana estuve por esa región y pude advertir una actividad febril en torno al “negocio” de la madera. Quedé impresionado por la cantidad de aserraderos que han aparecido de la noche a la mañana y como informaban los personeros de la Superintendencia Forestal, estos han crecido de 21 (hace dos años) a 40 aserraderos en la actualidad. Habrá que recordar que hace 4 años atrás, solo existían 4 aserraderos, entonces el crecimiento ha sido vertiginoso. Varios de ellos están implementando hornos secadores de madera, lo que significa que están con proyectos a largo plazo y con fuertes inversiones en este rubro.
¿Pero que es lo que ha hecho incrementar el movimiento económico en esta actividad?. Por datos de la Superintendencia Forestal, sabemos que desde el año pasado, después del bloqueo protagonizado por un sector de indígenas apoyados por los dueños de aserraderos de la zona, se logró que la Superintendencia acepte y apruebe Planes de Manejo Forestal de superficies menores a 200 hectáreas. Quienes conocemos la dinámica de esta actividad, sabemos que esas superficies a largo plazo no son sostenibles, pues implica que anualmente (estimando un ciclo de corta de 20 años), se tendrían que aprovechar 10 hectáreas que a razón de un promedio de 10 m3 por hectárea, significan 100 m3 por año que se podrían aprovechar y a un precio de 8 $us/ m3, significan 800 $us/año para quien tenga un manejo de estas características. Por otro lado, por datos de la Asociación Forestal Indígena Guarayos (AFIG), aproximadamente 56.000 m3 era la oferta de dos años (2005 y 2006) de 8 Planes de Manejo Forestal de igual número de Organizaciones Forestales Comunitarias afiliadas a dicha asociación, pero solamente 13.000 m3, se habían vendido.
Por lo general un aserradero asierra como promedio 10.000 m3 al año y si consideramos que son aproximadamente 40 aserraderos, se necesitan 400.000 m3/año para tener satisfecha la demanda. Para cubrir esa demanda, se requieren de 40.000 hectáreas de aprovechamiento anual, lo que implica que se deberían tener 800.000 hectáreas bajo manejo.
Según datos de la Superintendencia Forestal, en la gestión 2006 se autorizaron 2`025.393 m3 en rola en todo el país. Habría que averiguar qué porcentaje de ese volumen se ha autorizado tanto para concesiones forestales, planes de manejo en la TCO, planes de manejo menores a 200 hectáreas y planes de desmontes en todo Guarayos.
Si se demuestra que la oferta no alcanza a cubrir esa demanda, la pregunta que surge es ¿De dónde sale tanta madera para satisfacer la demanda de los aserraderos? ¿No será más bien que se está incumpliendo la normativa y se están aprovechando en poco tiempo el 100% de la superficie de los planes menores a 200 hectáreas y sacando de áreas sin manejo?.
Por testimonio de personas que están inmersas en el “negocio”, dicen que son las autoridades municipales las que avalan que se haga este aprovechamiento ilegal de la madera y cuentan con el respaldo de los cívicos y autoridades prefecturales. Se saben nombres y apellidos de esas personas, pero dicen, “tienen el poder político” y nadie les puede hacer nada. Los campesinos protestan porque algunos dirigentes indígenas se han aliado con estos grupos y los avalan en sus “negocios”, a cambio de migajas. Incluso comentan que la Superintendencia Forestal está con amenazas si es que entran al municipio de Urubichá a controlar, es decir, a cumplir con su labor. Esto nos hace pensar que en vez de “autonomía al andar” se estaría haciendo “autonomía al piratear”, ¿no les parece?.
“Es que las maderas que antes no tenían mercado ni valor alguno, ahora valen, entonces hay que aprovechar el momento”, dicen otros. A los Certificados Forestales de Origen, les dicen CFOs, y esos son fáciles de conseguir. Se camuflan aprovechamientos de madera de desmontes que son aprobados por la Superintendencia Forestal y con esos mismos CFOs se piratea madera de otros lados. Los que no aprovechan esta oportunidad, que se frieguen!!, parecen advertir los pirateros.
Hay grandes y tradicionales madereros, pero han surgido nuevos madereros que de la noche a la mañana se han fortalecido económicamente. Ambos son acusados de piratear madera, como lo denunciaron los campesinos del municipio de Ascensión de Guarayos ante las autoridades forestales, a las que obligaron a que intercepten algunos camiones que a la vista de ellos circulaban por la comunidad Laguna Corazón, donde se desarrollaba su congreso. Las autoridades forestales procedieron a interceptar a los camiones y por supuesto, se trataba de madera ilegal!!!. “Ojalá que las presiones no les hagan soltar a los camiones y a la madera incautada”, les advirtieron los campesinos a los funcionarios de la Superintendencia Forestal.
Lo preocupante de todo esto, es que hay un sector de los propios indígenas guarayos que están favoreciendo la ilegalidad, lo que deslegitima ante la sociedad en su conjunto su derecho al acceso y aprovechamiento exclusivo de los recursos maderables y por supuesto, surgen cuestionamientos de los campesinos en sentido de ¿por qué los indígenas guarayos tienen “privilegios” en el acceso a los recursos forestales y a la tierra?, sin son ellos los que están “negociando” madera y tierras con empresarios venidos de fuera.
“Este es un territorio minado- los dispositivos de la conflictividad han sido montados y cualquier detonante los puede activar. Cuidado, porque guarayos no solo es un espacio de lucha política, sino de negocios, negociados y oportunidades económicas. En río revuelto, ganancia de pescadores”, escribía Alcides Vadillo, ex Director Nacional del INRA, en un documento de hace un año atrás.
“Con el nuevo régimen forestal, se ha intentado normativizar el aprovechamiento forestal maderable de tal manera que se instituya el concepto de sostenibilidad en el aspecto económico, social y ecológico, sin embargo, con el transcurso del tiempo, a través de resoluciones administrativas y otros instrumentos normativos, además de la incapacidad logística del órgano rector y de control ejercido por el Estado a través de la Superintendencia Forestal y falta de voluntad política de instancias gubernamentales como la Prefectura y el municipio; se ha ido generando un sistema productivo forestal extractivista que beneficia al sector maderero intermediario y empresas privadas en desmedro del Estado y los productores forestales indígenas - campesinos organizados y no organizados. La reducción de la patente forestal que las concesiones debían pagar por superficie total de su plan de manejo a 1 $us/ha, implica una reducción enorme de ingresos al Estado, en consecuencia su rol de control a través de la Superintendencia Forestal es muy débil; la flexibilización de requisitos para hacer aprovechamiento forestal en áreas de chaqueo de 3 ha y/o en superficies menores a 200 ha y permitir que algunos consultores forestales continúen desarrollando sus servicios profesionales pese a no cumplir con la presentación de informes de aprovechamiento e incurrir en prácticas que contravienen la sostenibilidad del bosque; son algunos factores que caracterizan al actual régimen forestal”, afirmaba la Asociación Forestal Indígena Guarayos en un documento de diagnóstico elaborado en septiembre de 2007.
¿No será que este tipo de ilegalidades son las que se pretenden socapar cuando se quiere autonomías?, cuando se propone tener el control de los recursos naturales y la tierra desde el departamento.
Santa Cruz de la Sierra, 7 julio de 2008.
15 de julio de 2008
Vivan los “pirateros” de Guarayos!!!
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