Por: Miguel García Angelo
El ejercicio del periodismo es una actividad noble y de servicio a la sociedad; informar, opinar e interpretar hechos de la sociedad deben ser actos democráticos que garanticen el derecho a la información y a la comunicación, tanto de quienes codifican los mensajes como de aquellos que decodifican los mismos. Ese acto de organización y difusión de los hechos deberán, siempre, estar enmarcados en normas en la Ley de Imprenta y los diferentes Códigos de Ética Periodística vigentes a nivel nacional e internacional.
La objetividad, la imparcialidad, la veracidad, la investigación periodística y la ética en su ejercicio deben ser siempre una práctica cotidiana de todo buen periodista. Sin embargo, en los últimos años, particularmente en la gestión del actual Presidente de la República, lamentablemente se observa un rompimiento entre el ejercicio del periodismo mismo y la influencia de quienes son propietarios de los medios de comunicación social en el país. La hipótesis que manejo es que lamentablemente se observa un periodismo sensacionalista, carente de investigación y ahistórica porque existe una influencia de los propietarios, muchos de ellos políticos, en el ejercicio del periodismo en varios medios.
¿En qué se basa dicha hipótesis?, veamos algunos ejemplos a partir del libro “Análisis del comportamiento de los medios de comunicación”. Bolivia Siglo XXI” (2007): uno, la familia Rivero Mercado es propietaria del Periódico El Deber, prensa que en sus contenidos refleja permanente apoyo a la posición “autonomista” de la élite cruceña, y comparte acciones en los periódicos La Prensa (La Paz), El Alteño (El Alto), Los Tiempos (Cochabamba), El Potosí (Potosí), Correo del Sur (Sucre) y Gente (La Paz); dos, la Familia Kuljis Fuchtner es propietaria de la Red Televisiva UNO, accionistas del Banco Económico, propietarios de la papelera Empacar y de la Universidad Cruceña Mateo Kuljis; como se sabe Ivo Kuljis fue Director del Comité Pro Santa Cruz y representante de la Cámara de Industria, Comercio y Turismo (CAINCO), además de Candidato a Presidente por la UCS en 1997 y Candidato a la Vicepresidencia junto a Manfred Reyes Villa por la Nueva Fuerza Republicana en el 2002; tres, la Red Televisiva ATB y el Periódico La Razón tienen entre sus accionistas a las familias Garáfulic Guitérrez vinculadas a gobiernos de Acción Democrática Nacionalista ADN, a Jesús de Polanco (ciudadano español) accionista, también, del Periódico El Juguete Rabioso, y a Tito Hoz de Vila ex-militante de ADN y actual Senador Nacional por la Agrupación Ciudadana opositora PODEMOS; cuatro, la familia Asbún Gasaui es propietaria de la Red Televisiva Bolivisión, además de accionista del Shopping Norte (La Paz), Cervecería Taquiña (Cochabamba), Colegio Privado AIS-B (Cochabamba) y ex-propietaria del Lloyd Aéreo Boliviano; cinco, la familia Dueri Antonmaria es accionista de la Red Satelital Radio Panamericana, además del Hotel Presidente (La Paz), disquera Discolandia y de Criaderos de Trucha en el Lago Titicaca; Miguel Dueri fue embajador de Bolivia en los Emiratos Arabes durante la presidencia de Hugo Bánzer Suárez (1997-2002); seis, la familia Durán Saucedo es accionista del Periódico El Mundo, Canal 18 Megavisión y Radio El Mundo, todos tienen su centro de operaciones en la ciudad de Santa Cruz; para nadie es desconocido que Juan Carlos Durán fue militante del Movimiento Nacionalista Revolucionario MNR y ocupó cargos públicos gracias a dicha militancia en los gobiernos de Victor Paz Estensoro y Gonzalo Sánchez de Lozada respectivamente; y siete, finalmente se tiene a la familia Monasterios Añez, quienes son propietarios de la Red Televisiva Unitel, además de accionistas del Banco Ganadero, gaseosas Mendocina, Zona Franca de Puerto Suárez, Heladerías Frigor, empresa Ceibo productora de alcohol y derivados y Estancias Monasterio con la cría de ganado de raza Nelore; Osvaldo Monasterios fue senador por el MNR (1993-1997) y tiene parentesco político (consuegro) con el Alcalde de Santa Cruz Percy Fernández, desde donde dirigen el mayor ataque mediático contra el actual gobierno, en donde lamentablemente el rol del periodista se reduce a un mero instrumento de reproducción de ese sistema.
Con los siete ejemplos descritos, y algunos más que todavía merecen mayor investigación, ¿cómo se puede garantizar un periodismo imparcial, objetivo, responsable y transparente?, solamente quienes ejercen esta noble tarea pueden responder a ello.
Cochabamba, mayo de 2008
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