Ya que estamos en el pozo, hablaremos del pozo।
Hace muchos años, viajando por Argentina, tuve que meterme en un pueblo llamado Junín, a buscar mecánico. Mientras arreglaban el auto, un cartel en la casa de al lado del taller me llamo la atención. Decía: “Se hacen pozos a domicilio”. Le pregunté al hombre de la casa como era eso y me dispuse a divertirme. El hombre respondió con cara de obviedad: “Si usted quiere un pozo, voy a su casa y se lo hago, si su vecino quiere un pozo…pues lo hago en casa de su vecino, depende quien pida el pozo, se le hace a domicilio…” se dio media vuelta y se metió en su casa convencido de que no valía la pena hablar con alguien tan ignorante.
Me quede pensando que en realidad había distintos tipos de pozos. Pozos depresivos, pozos financieros, pozos de la discordia, pozos petrolíferos. Y en bolivia estos dos últimos pueden, inclusive, ser sinónimos.Por ejemplo, leemos hace semanas que “La asamblea constituyente cayó en un pozo”. Claro que no fue cualquier pozo, fue un pozo cavado por los cívicos de Santa Cruz para que el empantanamiento “parezca un accidente”. Cuando los cívicos cruceños se cansaron de buscar “indios hermanos” descubrieron a los “hermanos chuquisaqueños”. Ahora bien, hablando de cuestiones de familia, a los hermanos indios le dejaron en claro que esos lazos de sangre no incluyen la herencia, algo así como “hermano indio…juntos pelearemos por esta tierra que es nuestra, pero la seguiré administrando yo, ya?”.
Ahora este nuevo lazo sanguíneo con Sucre, nacido en un pozo, viene con otro pozo a cuestas, el Pozo Incahuasi. Menudo quilombo de familia tenemos aquí. Porque según el ex presidente de YPFB, Jaime Barrenechea, el pozo esta en Santa Cruz, a 1.600 metros de la frontera con Chuquisaca. O eran 16 metros?. Los estudios muestran que la excavación está en Santa Cruz, pero el 90% del mega campo esta en Chuquisaca. Y no es una cloaquita. Se habla de 54 kilómetros cuadrados y 4.000 metros de profundidad. Los estudios preliminares dicen que muy posiblemente Incahuasi sea el mega campo más grande de Bolivia. Tan grande es, que cuando el entonces presidente Mesa dijo que Santa Cruz y Chuquisaca deberían compartir las regalías, el Comité pro Santa Cruz hizo lo que sabe hacer cuando le tocan la plata: Se llamó en emergencia y alerta “por el total despropósito en que ha incurrido el Presidente de la República al afirmar que el pozo gasífero Incahuasi pertenece tanto a Santa Cruz como a Sucre y cuyas regalías serían compartidas. Por lo tanto el Comité pro Santa Cruz, rechaza y advierte que sus regalías jamás serán divididas”.
Claro que esto fue mucho antes de que la asamblea constituyente convirtiera a los “Collas sucrenses” en “Hermanos chuquisaqueños”। Al menos tenemos otra típica cuestión de familia: “Bien me quieres, Bien te quiero, no me toques el dinero.”
Dicen que para que exista un sádico, tiene que haber un masoquista। Los cívicos cruceños no hablan del Incahuasi y por suerte en Sucre están tan ocupados cavando el pozo de la Asamblea que nadie se acuerda del pozo que daría verdadera riqueza a Chuquisaca। Y del pozo no se habla hace mas de cuatro años, mientras las malas lenguas dicen que es el tiempo que necesitan para mostrar con “mapas nuevos” que el pozo esta íntegramente en Santa Cruz. O sea, parece que este ruido de cohetes contra la Asamblea Constituyente, creado por los líderes cruceños, y con quien tan eficientemente colaboran los sucrenses, sirve también para disimular los golpes de pala de un pozo que los cívicos de Santa Cruz se están haciendo “a domicilio”.
2 comentarios:
Un elemento mas que refuerza, que lo que esta detras de todo esto son interes mezquinos de unos cuantos.
Dedicado a Gabriela Montaño y a Fabian Restivo:
Pelando capucha a los criminales
Por: Yoyo Pando Laguna
Igual que el holocausto hitleriano contra los judíos, tenía que consumarse el asesinato masivo contra los pueblos orientales y del sur de Bolivia.
Sin necesidad de que lo digan los profetas, estaba escrito que se tenía que atentar contra todos los que viven en la Media Luna, porque son una tropa de oligarcas, terratenientes, racistas, divisionistas y gente de lo peor.
Había que quitarles sus tierras y entregarlas a los “hermanos” de occidente, a los del Movimiento Sin Tierra, a los que les dijeron que tumben el monte con hachas y machetes y luego le prendan fuego, para después sembrar lo que quieran, coca inclusive.
No les dijeron que el tiempo seco el fuego lo quema todo y por esa causa aparecieron los incendios.
En Santa Cruz desde hace más de 514 años se chaquea los montes, pero a los chaqueados se les hace una circunvalación de terreno limpio para que el fuego no pase más allá de los límites del chaqueado, los “hermanos” de occidente no saben de eso y lo quemaron todo como quemó Nerón la ciudad de Roma.
Ellos no son culpables de nada porque son ignorantes de lo que hicieron, los culpables son quienes con su odio sempiterno contra el oriente, los trajeron “para sentar la mano a los cambas”.
Pero no es solo incendios lo que han originado, junto con el fuego, vino la quema de la flora que es el ecosistema de la región, la desaparición de centenarios árboles, la muerte de miles de animales silvestres y también domésticos como bovinos, porcinos, caprinos, ovinos y aviares.
El exterminio de lo cruceño, pandino, beniano, tarijeño, chuquisaqueño y cochabambino no termina aquí, porque al quemarse todo, los habitantes de estas tierras, nacidos y traídos, se han quedado sin alimentos, todo está quemado y el suelo, la tierra que los depredadores llaman pachamama, ha perdido con el fuego gran parte de su fertilidad.
Pero eso no es todo, hasta que todo se reponga vendrán siete años de vacas flacas y a eso se suman las enfermedades bronquiales, oftalmológicas de todos los habitantes especialmente niños.
No cabe duda que se ha consumado un crimen de lesa humanidad que debe ser castigado en forma drástica, en forma ejemplarizadora se trata de un daño irreparable que no tiene perdón de Dios ni de los hombres.
Hay culpables y están identificados, no son culpables los hombres y mujeres traídos de occidente a los que no los enseñaron a chaquear, los culpables tienen nombres y son la Ministra de Agricultura Susana Rivero, el Viceministro de Tierras Alejandro Almaraz el Director Nacional de Tierras Cliver Rocha, las autoridades del INRA y los testaferros de la ONG CEJIS que se creen dueños de vidas y haciendas del Oriente Boliviano.
A esos hay que pelarles las capuchas y obligarlos a dar la cara, cuando los montes arden, están callados, agazapados, ocultos como las ratas que se esconden cuando sale el sol.
Ellos son los criminales de lesa humanidad, los que por tanto odio a lo oriental, han matado la flora y la fauna, pero lo que es peor han enfermado a miles de niños y jóvenes de daños irreparables en los órganos respiratorios y han causado daños en la vista de inocentes criaturas.
Este daño realizado contra los pueblos trabajadores de oriente y Sur, solo puede ser reparado con la cárcel y es allí donde deben ir a parar los depredadores.
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