2 de abril de 2020

Ocho errores que hacen que los mejores trabajadores dejen su puesto

Imponer normas ridículas. Las empresas tienen que seguir unas normas, eso está claro, pero no tienen por qué ser medidas a corto plazo o vagos intentos de mantener un orden. Una política de horarios exagerada o un par de normas innecesarias pueden hacer que la gente se vuelva loca. Si un buen empleado siente que le están vigilando demasiado, se irá a trabajar a otro sitio.
Tratar a todos por igual. Esta táctica funciona en el colegio, pero el lugar de trabajo debería funcionar de manera distinta. Tratar a todos por igual implica que tus mejores trabajadores crean que se les tratará igual que al más vago de la oficina por muy bien que trabajen.
Tolerar un rendimiento bajo. Se suele decir que los grupos de jazz son tan buenos como su peor músico; independientemente de lo buenos que sean los demás, todos oyen al peor. Cuando se permite la presencia de un eslabón débil sin ningún tipo de consecuencias, estos contagiarán al resto de empleados, especialmente a los más competentes. Esto suele pasar cuando los jefes no tienen la suficiente inteligencia emocional como para lidiar con los problemas de rendimiento de la plantilla.
No reconocer los logros. Resulta muy fácil infravalorar el poder de una palmadita en la espalda, sobre todo con los mejores trabajadores que ya están intrínsecamente motivados. Todo el mundo quiere reconocimiento, y nadie lo necesita más que alguien que se esfuerza y lo da todo. Si recompensas los logros personales estarás demostrando que prestas atención. Los superiores tienen que comunicarse con sus subordinados para descubrir qué es lo que les hace sentirse bien (un aumento de sueldo o reconocimiento público) y para recompensarles por el trabajo bien hecho. Es algo que pasará a menudo con los trabajadores más competentes.
No preocuparse por la gente. Más de la mitad de los trabajadores que dejan sus puestos lo hacen por la relación que tienen con su jefe. Las empresas con una filosofía inteligente se aseguran de que los jefes sepan ser humanos a la par que profesionales (realizar un test de inteligencia emocional es una buena manera de empezar). Este tipo de jefes son los que celebran los éxitos de sus empleados, muestran empatía por los que lo están pasando mal, los motivan y los desafían, aunque duela. Los jefes que no se preocupan por la gente tienen más probabilidades de que sus trabajadores abandonen su puesto. Es imposible trabajar más de ocho horas al día para alguien que no se involucra y que no se preocupa nada más que por los resultados.
No informar del panorama general. Puede que asignar tareas sin más a los trabajadores parezca mucho más efectivo, pero si no se informa del panorama general a los mejores trabajadores, estos lo tendrán en cuenta. Los empleados estrellas cargan con más responsabilidades porque se preocupan de verdad, así que su trabajo debería tener una finalidad. Si no saben cuál es, se sienten alienados y desmotivados. Si no se les presenta un objetivo, lo buscarán en otra parte.
No dejar que los empleados persigan sus pasiones. Google exige a sus empleados que pasen al menos un 20% de la jornada haciendo "algo que crean que beneficiará a Google al máximo". Estos proyectos movidos por la pasión contribuyen a Google, como es el caso de Gmail y AdSense, pero el mayor beneficio es conseguir que sus empleados estén a gusto con la empresa a la que pertenecen. Los trabajadores con talento son personas apasionadas. Hay que proporcionarles oportunidades para que hagan lo que les apasiona, eso aumentará la productividad y la satisfacción laboral, pero la mayoría de los jefes quieren que sus empleados trabajen sin distracciones. Estos jefes tienen miedo de que se produzca un descenso en la productividad si dejan a los trabajadores expandir su foco de atención y perseguir sus intereses. Hay estudios que demuestran que los empleados a los que se permite entregarse a sus pasiones en el trabajo experimentan un estado de euforia que les hace ser cinco veces más productivos de lo normal.
No hacer divertido el trabajo. Si uno no se lo pasa bien en el trabajo, es que las cosas se están haciendo mal. La gente no lo da todo si no se divierte y la diversión es uno de los factores más importantes si quieres mantener a tus mejores trabajadores. Las mejores empresas para un trabajador saben lo importante que es permitir que los empleados se diviertan un poco. Por ejemplo, Google hace todo lo posible para que el lugar de trabajo sea divertido: comidas gratis, boleras y gimnasios, entre otras cosas. La idea es muy sencilla: si el trabajo es divertido, no sólo rendirás mejor, sino que también trabajarás más y te quedarás más tiempo en ese puesto de trabajo.

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