13 de abril de 2020

El día después

Por: Luis Fernando Vincenti

"El día después" es un abstracto lleno de profundas interrogantes para todo el mundo. Se entremezcla en esa nebulosa un puñado de incertidumbres: bien fundados temores, angustia, tenues esperanzas.... Es un grito contenido cuyos tonos varían desde la desesperación hasta el júbilo; desde la risa hasta el llanto.

Nos endiosamos, creímos que el universo se hizo a nuestra imagen y semejanza. Nos inventamos dioses, "padres nuestros", que nos regalaron el universo para nuestro abusivo albedrío y apropiación discrecional. Hasta que vino un bichito microscópico, invisible, y nos reventó en la cara nuestra fragilidad, arrinconó nuestra soberbia y nos puso de rodillas ante nuestras propias miserias.

Miremos, solo como un ejemplo, uno de los graves problemas contemporáneos: la sobrepoblación humana. Hace 200 años escasamente superábamos los 1.000 millones de habitantes. Hoy, apenas 200 años después, somos 7.000 millones de habitantes. La pregunta es: ¿existe en el planeta (u otro accesible) con la cantidad suficiente de medios de subsistencia básicos para la sobrevivencia de nuestra especie tales como agua, comida, energía, abrigo, medicinas? Y si los hubiera (que no lo creo) ¿en qué manos están?. ¿Quién los tiene?. ¿Son accesibles para los 7.000 millones, actuales, y más aún. considerando que en 30 años esa población alcanzará los 10.000 millones?.

Ese es apenas uno de los inmensos y diversos  problemas que amenazan la sobrevivencia de la especie.

Tengo fundados temores sobre el alto grado de degeneración al que ha llegado el ser humano en los tiempos corrientes. Hemos diseñado un modelo de sociedad que resulta insostenible en el cortísimo tiempo.

Otro gran problema es la hiper concentración de la riqueza global. El 1% de la población mundial se ha apropiado, en el último siglo, del 80% de la riqueza de todo el planeta. El 20% de la riqueza restante se distribuye entre el "restante" 99% de la población. Y cada vez aumenta esa concentración de la riqueza. ¿Hasta cuándo?. ¿Es eso sostenible?.

Históricamente, el ser humano jamás ayudó a la naturaleza. Por el contrario, es de muy lejos, con mucha distancia respecto a cualquier otra especie, su mayor depredador.

El Homo Sapiens es el mayor depredador de naturaleza que ha existido en la historia, y no veo ni una brizna de intenciones de cambiar esa tragedia. Por el contrario, nuestro egoísmo y endiosamiento están llevando a nuestra especie, y muchas otras que aún no logramos depredar, a su propio holocausto.

Se agota el agua dulce. Ya Estados tan importantes como California, padecen desde años su déficit, así como suena. El agua, en el más importante Estado productor de alimentos y el más poblado de EEUU, ya no alcanza. Su litoral está sembrado de pueblos fantasmas abandonados por el irreversible agotamiento del agua dulce. Sus reservorios, sobre explotados a caudales mayores que la capacidad de reposición de sus acuíferos, fueron inundados por agua salada. Y algo semejante sucede en varios otros lugares del mundo, Australia y Sudáfrica, entre ellos. ¿Cómo resolvemos eso?.

La sabiduría de la naturaleza no es, lamentablemente, mayor que la estupidez humana.

Aunque nadie habla del tema, y muchos miran al costado cuando se lo nombra, ese virus es mucho más letal que el Covid19. Se llama "sociedad de consumo". Tiene siempre velas prendidas en muchos altares, sus templos mayores son el sistema financiero global y sus bolsas de valores.

Santa Cruz, 13 de abril de 2020.

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