Max Murillo Mendoza
Era por demás evidente que el brazo político de las logias y las colonias asentadas en Santa Cruz, el Comité Pro-colonial Cívico de Santa Cruz, cerraría filas en torno a los señoritos de las colonias croatas y árabes. Sus comunicadores directos son la prensa privada, televisiva y escrita. No se cansarán en sus fechorías porque financiamiento no les falta.
Esta actitud absolutamente colonial es un primer examen para la nueva constitución, y para los representantes del gobierno plurinacional. Esta gente que ahora cínicamente funge como defensora de “sus derechos humanos”, les valió un carajo de los derechos humanos de indígenas y campesinos apaleados por sus hijitos de la “juventud cruceñista”. Pues bien, insisto, entonces deben dejar definitivamente Bolivia. Se debe insistir en que alisten sus maletas para el retorno a sus países de origen. No es difícil. Tienen dinero y es cuestión que comuniquen a sus familiares de sus distintos países.
Su odio a Bolivia es una constante a lo largo de nuestra historia. El trato que siempre dieron a indígenas y migrantes, esclavizándolos y denigrándolos hasta la misma muerte. Ese odio se refleja con una nitidez probada al contratar mercenarios extranjeros, de alto poder destructivo, para provocar una orgía de sangre muy típica de mentalidades enfermas y coloniales. Bolivia no es su espejo. Simplemente somos su hacienda. Su espejo es la civilización blanca y eslava, por eso apostaron a migrantes blancos, racistas y por supuesto “productivos”. Los programas de colonización son absolutamente conocidos desde siempre: Banzer soñaba con traer rodesianos blancos desde África para colonizar Santa Cruz. Y esta enfermedad mental por supuesto tropieza con la realidad de Bolivia, absolutamente distinta, con civilizaciones también milenarias; pero distintas a sus civilizaciones de ejemplo de estos señoritos. Por estas consideraciones históricas no creo que estos grupos aprendan de convivencia con otras civilizaciones. La historia en Bolivia se ha encargado de confirmar lo que afirmo.
Las nacionalidades y naciones de Bolivia, de la Bolivia profunda, tenemos que estar atentos a esos actos antinacionales y antibolivianos. No podemos permitir, desde ningún punto de vista, semejantes insultos a nuestra dignidad, a nuestra nacionalidad. Es absolutamente ético y moral defender nuestro espacio: porque es nuestro y ellos son los inquilinos, y deben entender si quieren una convivencia realmente civilizada. Las justificaciones legales e históricas son elocuentes y evidentes, no es necesario realizar abstracciones mentales para ello. Si creen que siempre aprovecharán de nuestra inocente y amable hospitalidad, pues se han equivocado.
Exigimos, exijo, a nuestros gobernantes que sienten precedente de lo que tiene que ser el construir un Estado, por fin con un espejo interno y propio. Sin visiones ajenas a nuestras realidades, que lo único que se ha logrado con dichas visiones es empobrecer nuestras culturas y nuestras tecnologías agrícolas y administrativas. Con estas colonias no hemos conseguido sino la pobreza, la destrucción de la naturaleza, la degradación humana, ética y moral. Señores, entenderemos por fin que a estas colonias jamás les interesó Bolivia? Entenderemos por fin que hemos sido esclavizados en NUESTRA PROPIA TIERRA? QUE HEMOS SIDO HUMILLADOS EN NUESTRA PROPIA CASA? Y LO ÚNICO QUE OFRECIERON Y OFRECEN SON ESPEJITOS DESARROLLISTAS?
Cochabamba, 6 de Mayo de 2009.
8 de mayo de 2009
Las colonias árabes y croatas atacan
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