Por: Omar Quiroga Antelo
Estuve intentando encontrar obras de envergadura iniciadas por las Prefecturas del país y debo confesar que no encontré ninguna digna de resaltar. Por eso se me ocurre que habría que preguntarle a los Prefectos ¿qué obras de impactos tienen en sus Departamentos?, sabiendo que desde el año 2005, cuando se aprueba la nueva Ley de Hidrocarburos, sus ingresos por Regalías e Impuestos Directo a los Hidrocarburos se han triplicado.
El 28 de enero de 2005, con bombos y platillos los cívicos cruceños en su primer cabildo, anunciaron que se pelearía por AUTONOMIA y TRABAJO. Hasta ahora, después de dos años que están con el control de la Prefectura, no se han generado empleos y es más la palabra TRABAJO hace rato que la sacaron de sus discursos. Los únicos 10.000 empleos anunciados en el Departamento de Santa Cruz, son los que generará en el futuro la explotación de El Mutún.
En Tarija se sabe por denuncias públicas, que el Prefecto ha procedido al pago de anticipos a empresas por obras que aún ni siquiera tienen puesta la piedra fundamental. Sus ingresos por concepto de regalías e IDH subieron de 80 millones de dólares a más de 200 millones de dólares y sin embargo el impacto de las obras que emprende dicha Prefectura no son visibles, aunque se sabe que estarían proyectado varias represas.
Sería importante conocer a detalle en qué están gastando sus recursos las Prefecturas del país. Lo más probable es que nos encontremos con la sorpresa de que los salarios de los funcionarios son desorbitantes, especialmente de los departamentos donde ganó la Autonomía, como ya ha sido denunciado en el caso de la Prefectura de Santa Cruz y Tarija o que las obras están sobre dimensionadas y por tanto sobre valuadas. En Pando, que es un departamento que a través de su Prefectura tiene el ingreso per cápita más alto del país (857 dólares por persona por año!!!, es decir 40 veces más el ingreso que reciben los municipios por coparticipación tributaria), seguida de la de Tarija, tampoco podemos percibir que se esté desarrollando una gestión que muestre un impacto positivo para la región. ¿Qué es lo que está fallando?.
En el Beni encontré una obra de impacto, el anillo de protección de la ciudad de Trinidad, pero para mi sorpresa, se trata de un proyecto financiado por el gobierno de Venezuela, seguramente con contraparte de la Prefectura y el municipio.
Se de fuentes fidedignas que la Prefectura de Oruro ha conseguido desarrollar un Plan de Desarrollo con una visión de planificación basada en regiones, recuperando la antigua territorialidad de los pueblos originarios del Departamento, y respetando las vocaciones productivas. Hace unos meses atrás, la Prefectura realizó un evento en el que invitó a diferentes agencias de cooperación, embajadas, ONGs y empresarios privados para plantear un “apthapi” de proyectos. Por ejemplo, se ha logrado concretar un proyecto, además de otros, para apoyar a las comunidades manejadoras de vicuñas, para que hagan un aprovechamiento sostenible de esta especie silvestre e industrialicen la fibra recolectada.
Si en los hechos tienen autonomías para decidir e invertir sus recursos, que no son pocos, ¿Cómo es posible que no hayan resultados visibles?. Cuidado que a quienes les encomendemos manejar nuestros recursos con esos niveles de autonomías, a la postre nos defrauden y luego estemos echando la culpa al modelo de autonomías, siendo que en la práctica quienes se aplazarán serán los operadores y no el modelo. Solamente analicemos lo que pasa con el manejo discrecional de recursos en las universidades autónomas y en los gobiernos municipales autónomos y veremos que esta tesis se confirma.
Santa Cruz de la Sierra, 19 de Diciembre de 2007.
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