19 de noviembre de 2007

Miente, quien renuncia a la memoria

ALAI, América Latina en Movimiento2007-11-09

Por: Antonio Peredo Leigue

“Lo que olvidó la Asamblea General de la ONU” titula el periodista Samuel Mendoza un artículo que publicó el domingo 4 de noviembre। Pero, desde su primera afirmación, no dice la verdad o, lo que es peor, dice una verdad a medias, que es otra forma de mentir.

Decir que 184 países de los 192 miembros de Naciones Unidas votaron pidiendo el fin del bloqueo contra Cuba y no decir cuáles países no votaron, es ocultar la descarada posición de quienes se oponen a ese voto y la vergonzosa actitud de quienes se ausentan de la sesión para no votar।

De ahí en adelante pierde la memoria, se equivoca en las fechas, tergiversa los hechos y, en definitiva, miente।

“El embargo (contra Cuba) fue una de las medidas impuestas por EEUU tras la crisis de los misiles”। ¿A quién quiere engañar? El embargo comenzó cuando, en febrero de 1959 –sólo un mes después del triunfo de la Revolución- Washington se negó a devolver los 424 millones de dólares que, los cómplices de Batista, que salieron de estampida a Miami, se robaron del Banco Nacional de Cuba. Por supuesto, ese dinero es la base económica de la mafia que se organizó en el estado de Florida y que orquestó el fraude que hizo presidente a George W. Bush.

El mismo año 1959, el gobierno norteamericano suprimió la cuota azucarera cubana. ¿Qué debía hacer el gobierno de La Habana?, ¿pedir que le restituyan la cuota prometiendo portarse bien?
Por si fuera poco, casi de inmediato comenzaron a organizar la invasión que fracasó estruendosamente en Playa Girón। Recordemos: el plan fue preparado por la CIA durante el gobierno de Eisenhower y se ejecutó cuando John F. Kennedy era presidente.

Sólo después de estos atentados, en febrero de 1962, el mismo Kennedy firmó una proclama presidencial que prohibió la importación a Estados Unidos de los productos cubanos y de cualquier mercancía que llegara de la isla।

La crisis de los misiles ocurrió en octubre de ese año, ocho meses después de iniciado el criminal embargo contra Cuba।

Hay que recalcar: no fue un embargo contra el gobierno de Fidel Castro, sino contra Cuba, contra todo el pueblo cubano। Washington sabe, precisamente, que Estados Unidos es el mejor mercado para los productos cubanos y la mejor fuente de artículos industriales, comerciales, alimenticios, medicinales y de toda índole para el consumo del pueblo cubano. Y es la prohibición de ese comercio, lo que supone el embargo.

De modo que, los gobiernos de Estados Unidos, desde 1959 hasta la fecha, han tratado que el pueblo cubano se rinda ante la imposición norteamericana para tener acceso a ese mercado। Que acepte el retorno de los mafiosos que prostituyeron la isla. Pero el pueblo cubano ha resistido y seguirá haciéndolo, por una razón muy simple: tiene garantizadas sus derechos fundamentales. Estos derechos son: a la vida, a la salud, a la educación, al trabajo, a la vivienda. En cuanto a elecciones, ¿no son válidas porque no participan los mafiosos de Miami? ¡Vamos, señor! Eso es querer que el fraude sea la norma electoral en Cuba y, por más que se busque en la Declaración de los Derechos Humanos y la Carta de la ONU, no se encontrará esa figura como un derecho; al contrario, es un delito.

El artículo que comentamos reclama porque en Cuba no hay libertad de expresión। Lo dice con gran desparpajo. Quien ha estado en Cuba sabe que, en cualquier lugar público se arman grandes discusiones sobre temas políticos, con opiniones diversas. Otra cosa distinta es que, quienes complotan contra el gobierno pretendan actuar impunemente, financiados por la Oficina de Intereses de EEUU.

Sigue y suma: reclama porque en Cuba se prohíbe o restringe la salida de quienes quieren hacerlo। El gobierno cubano, en difíciles negociaciones, ha acordado con Estados Unidos que, la Oficina de Intereses que tiene en La Habana, otorgue hasta 20 mil visas anuales. Pues bien. Para crear la imagen de que hay tales restricciones, no concede ni 5 mil y algunos años, menos de 1 mil. Pero, claro, estamos hablando de Estados Unidos, que construye un muro a lo largo de su frontera con México para impedir el ingreso de los latinoamericanos ilusionados con “el sueño americano”.

Luego de haber despotricado contra Cuba y su gobierno, dirige su artillería a varios lugares: China, Corea del Norte y Vietnam, países que este periodista quisiera ver alineados detrás de Washington। Pero no se contenta con ello, arremete también contra Venezuela donde, según su memoria extraviada, “las libertades ciudadanas han sido y siguen siendo pisoteadas y totalmente conculcadas”. ¿Cómo?, ¿no valen ocho consultas populares? O es que ¿democracia sólo es válida cuando votan los pro norteamericanos?

Por supuesto, para este tipo de mentalidad, en Bolivia ya no hay democracia, porque no son presidentes Goni ni Tuto।

En realidad, lo que hace el articulista es preparar baterías contra el proceso de cambios que comenzó en enero de 2006। Que no le guste, es de esperar. Que pretenda tergiversar, deja de ser serio. Y eso es lo que ha hecho al referirse al voto de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas.

Como faltan otras cosas por decir, las guardamos para una próxima oportunidad।

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