26 de marzo de 2008

Por la liberación de un pueblo tan pobre

POR LA LIBERACIÓN DE UN PUEBLO TAN POBRE…

ENTREVISTA DEL PERIODISTA RENZO AYARDE A ENRIQUE DUSSEL

Extractado del programa radial “Hilo y Aguja”, de la Fundación UNIR Bolivia emitido por la Radio ERBOL.

Esta entrevista realizada al Filósofo argentino Enrique Dussel se realizó en La Paz el pasado 22 de marzo de 2008.

Las opiniones de este connotado filósofo no pasan desapercibidas, sobre todo cuanto hinca opinión sobre la coyuntura política y social que afecta a Bolivia y su lectura desde cierto flanco intelectual internacional.

Enrique Dussel, nacido en Mendoza Argentina en 1934, es doctorado en filosofía en la Universidad Complutense de Madrid y doctorado en historia en La Sorbona de París. Hasta la fecha ha publicado 44 libros, ha sido responsable de 17 obras conjuntas y ha publicado más de 250 artículos (*)

¿Cómo esta viendo el mundo los cambios políticos sociales que se están viviendo en Bolivia?

ED.: Bolivia tiene que arreglar un problema que lleva 500 años. Desde el proceso de la conquista, toda una gran población con una gran cultura -que no eran indígenas nómadas como los guaraníes o los caribes, sino que era una cultura agrícola-urbana- fue conquistada a sangre y fuego y fue sometida. En la época colonial fue reducida a una clase subalterna que formó parte de las haciendas; al comienzo de la encomienda y después de la mita que trabajó en las minas y luego en el proceso de la emancipación también los criollos, muchas veces blancos, dejaron una población indígena no integrada al sistema del estado nacional -mas o menos liberal-. De tal manera que hoy Bolivia debe arreglar un problema histórico de 500 años y hacer participar políticamente a la totalidad de la población. Esto es un cambio muy profundo y no es de esperar que sea tan fácil.

¿Cómo se puede tender puentes entre lo popular y los sectores más conservadores de la sociedad boliviana?

ED.: Lo que pasa es que hay intereses muy fuertes y la gente que ha tenido los privilegios no los pierde tan rápido, pongamos ahora mismo un ejemplo. Hay un problema con el aceite, del cual se exporta un 80 por ciento. Entonces sería lógico que una élite, una clase social burguesa y propietaria del aceite hiciera un gesto disminuyendo el precio interno y ya bastante ganancia tienen con sus exportaciones. Pero ellos quieren ganar tanto dentro como afuera y todavía achacar al gobierno la inflación. Es decir es una posición de intransigencia por parte de los grupos que han tenido estos privilegios por tantos siglos. No es que no haya intención de diálogo. Yo veo que se ha propuesto aún a la Iglesia Católica, lo cual a un gobierno popular y hasta de izquierda se entiende fácilmente que no le saldría tan fácil esa propuesta. Esa propuesta más bien debería venir del otro lado y sin embargo es el grupo cruceño el que no acepta esa mediación. Se ve que hay una actitud de ruptura para escalar la confrontación.

¿Cómo pueden convivir estas dos visiones en Bolivia?

ED.: No son sólo formas de ver la realidad sino grandes intereses, ya que hay gente que es muy rica y tiene propiedades enormes y gente muy pobre que no tiene nada. Pero además, hay gente que tiene una cultura y tradiciones que no han sido respetadas y sobre todo no han sido respetadas con igualdad de ciudadanía. El voto de un indígena no vale lo que vale el de un criollo blanco. Es así que hay un profundo racismo. No solo es un problema ideológico y no es sólo de Bolivia sino de toda América Latina, pero siempre oculto. Decimos que los norteamericanos son racistas y nosotros no. Sin embargo eso es mentira. Quizá nosotros somos más racistas que los norteamericanos. Lo que pasa es que lo ocultamos. Entonces se debe reflexionar para que haya cambios profundos de actitudes y un poco de solidaridad nacional con Bolivia y no con los intereses de ciertas familias y cierta clase.

¿De qué manera la experiencia boliviana puede aportar a las diferentes disciplinas como la filosofía y la sociología?

ED.: Es realmente un laboratorio político, social y cultural enorme. Yo creo que es un acontecimiento volcánico para toda América latina y también para las ciencias sociales. Aquí se está produciendo algo muy trascendental. Lo que pasa es que los mismos actores a veces no comprenden y querrían seguir viviendo la vida tranquila de antes. Pero esa vida de antes no podrá sostenerse más. Con los cambios, el país crecerá enormemente y dejará de ser el país colonial que era. Y yo veo con optimismo todo esto porque aun aquellos que son los más pudientes van a estar en mejores condiciones con un país más rico y con un pueblo que se integre a un trabajo más inteligente y desarrollado. Esperamos que Bolivia dentro de unos 15 o 20 años sea un gran país.

¿Cómo ve usted el hecho de que este tipo de fenómenos políticos-sociales estén ocurriendo en esta parte del continente?

ED.: No es sólo en América Latina sino en la América Latina Andina y yo diría de las montañas que son México, Guatemala, Centro América, Ecuador, Perú, Bolivia. Es decir, son las regiones de las grandes culturas amerindias y urbanas de antes de la invasión -llamada descubrimiento de América pero que fue una invasión-. Estas regiones, justamente las más cultas, las más desarrolladas y las más habitadas son al mismo tiempo las que fueron más sometidas y donde se produjo una especie de dualismo social muy enfrentado que hay que solucionarlo de una vez por todas. Esto no sólo pasa en Bolivia, está en la India, en la China, en Sudáfrica y en muchas partes del mundo. Así que esto nos ayuda a pensar un nuevo mundo más dialogante pero a partir de la solución de los conflictos y no de ponerle un poco de aceite para que nos tranquilicemos. Hay que ir a la causa.

¿Cómo se crea diálogo en una sociedad tan polarizada como la boliviana?

ED.: Quizá la Iglesia pudiera ser un elemento de diálogo si es que ambas partes aceptaran esa posición, es necesario un juez externo a la bipolaridad que pueda mostrar una posición externa como arbitro. La solución puede dejar doliendo a alguno, pero ese dolor al final es de crecimiento. Ojala que los grupos de la autonomía asistan proponiendo las cosas y que entiendan que hay una Bolivia unida y posible. El estado boliviano debe ser uno y no debe escindirse y todos deberían colaborar para que esto se pueda realizar, sobre todo para la liberación de un pueblo tan pobre y tan excluido de la vida política como ha sido hasta ahora.


(*) Ultimas publicaciones de Enrique Dussel

1990: El Marx definitivo (1863-1882). Un comentario a la tercera y cuarta redacción de "El Capital", Siglo XXI, México.
1992: 1492: El encubrimiento del otro. Hacia el origen del mito de la Modernidad, Nueva Utopía, Madrid.
1993: Las metáforas teológicas de Marx, El Verbo Divino, Estalla (Navarra).
1994: Apel, Ricoeur, Rorty y la Filosofía de la Lieración, Universidad de Guadalajara, Guadalajara.
1994: Historia de la Filosofía Latinoamerica y Folosofía de la Liberación, Editorial Nueva América, Bogotá.
1994: E. Dussel (Ed.), Debate en torno a la ética del discurso de Apel. Diálogo filosófico Norte/Sur desde América Latina, Siglo XXI, México.
1998: La Ética de la liberación ante el debate de de Apel, Taylor y Vattimo con respuesta crítica de K. O. Apel, Universidad Autónoma del Estado de México, México.
1998: Ética de la Liberación, Editorial Trotta/UAM .I/UNAM, México.

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