19 de octubre de 2011

Bolivia: el karaoke de Evo

por Flavio Dalostto

Que el Pueblo a través de sus representantes pueda elegir a sus jueces, me parece una medida acertada, original, justa y revolucionaria, sin precedentes en el mundo; y és, sin duda un logro del Proceso de Cambio encabezado por el presidente boliviano Evo Morales. No conozco a los candidatos al poder judicial, así que me es imposible juzgar si son honestos o idóneos. No me corresponde, pero la idea en sí misma que el Pueblo elija a quien lo juzga es buena.

El problema es que Evo no alcanza a entender que el Proceso de Cambio o la Constitución Nacional que él tanto contribuyó a consagrar son más grandes que un individuo, incluso si ese individuo es Evo Morales. Evo promovió una Constitución que se ha vuelto ¡gracias a Dios! mas poderosa que él. El presidente, más de una vez, ha quedado entrampado en su propia Ley Madre. La Constitución establece que toda megaobra que pase por territorio indígena (la reserva Tipnis es una de ellos) debe tener la aprobación de los Pueblos Indios; pero Evo trata de torcer la letra y el espíritu de la Ley extendiendo esta consulta a los departamentos (provincias en Argentina) donde está incluido el TIPNIS, con lo cual pobladores por fuera del territorio indígena decidirían sobre las megaobras.

No se debe amañar la Constitución, esquivarla o buscarle atajos, según convenga. La Constitución debe ser respetada y sus leyes cumplidas; porque no es una Constitución Idiota que se la pueda llevar para donde le de ventaja al gobierno de turno. Ya no es el Pueblo el que se confunde, sino el mismo Evo el que está confundido. Solo él ató el resultado de las elecciones judiciales a su propia gestión ejecutiva. Solo él, dijo que "ganaría" esta elección judicial por casi el 70% de los votos válidos. Solo él promovió la idea de Plebiscito sobre su gestión de gobierno que representarían estas elecciones pasadas, donde el 62% de los bolivianos rechazó a los candidatos judiciales del MAS. Lógicamente, a plato servido, plato comido: La derecha oligárquica y los sectores más conservadores, toda la caterva de criminales que se han servido de Bolivia como si fuera una vaca particular a exprimir eternamente, salió a respaldar la idea "plebiscitaria" sobre el gobierno de Evo. El presidente ¡les organizó a la oposición de derechas un revocatorio sobre su gestión! que a la oligarquía le costó nada, pero que pagó el Pueblo Boliviano. Nuevamente Evo le regaló un triunfo contundente a la Anti-Patria. El colmo de la ridiculez lo representan las recientes declaraciones del vice Alvaro García Lineras, quien al enterarse del fracasado resultado de las elecciones judiciales, pidió no atar esta derrota a la "popularidad" de Evo. ¿Cómo? Si convenía, esto era un plebiscito sobre Morales. Si no conviene, no tiene nada que ver con Morales. Un insulto a la inteligencia del boliviano medio.

Además de ésto, Evo transformó su derrota judicial en un triunfo para los indios amazónicos apaleados "imperdonablemente" por su policía, el 25 de setiembre pasado. Como Evo dijo que la intencionalidad de la marcha indígena a La Paz por la defensa del TIPNIS era perjudicar la elección judicial; ha logrado instalar la idea que su derrota se debe a la terquedad de esos 1.000 indios "pagados por el imperialismo". Por lo tanto, menos Evo y su gobierno, todos han ganado con la derrota judicial del oficialismo. Los indios por su lado ganaron porque según el gobierno querían "perjudicarlo". La derecha ganó aún sin tener candidato, porque aceptaron la idea plebiscitaria de Evo. El ex-aliado del gobierno, el MSM ganó perfilándose como alternativa de gobierno centro-izquierdista.

El proceso de elecciones judiciales, que debía mantenerse al margen del utilitarismo del gobierno, fue, precisamente ensuciado por éste. El más del 60% que votó negativamente, tal vez no lo hizo en contra de esos candidatos, muchos de ellos seguramente personas honorables y de gran mérito; sino que encontró en esta elección la manera de enviar un mensaje claro y contundente de desaprobación en ciertas áreas del gobierno de Evo, empeñado en escuchar a alto volumen, únicamente su propio Karaoke. Es como si la gente hubiera dicho: Si Evo no escucha por los oídos, tal vez escuche por los números.

Es el Virus de Altura, el Soberbium Collis que ataca el entendimiento de quienes gobiernan. Parece que nadie permanece inmune, ni siquiera el Comandante. Hay que rescatar urgentemente el Proceso de Cambio, refundándolo, antes que continúen fundiéndolo quienes lo fundaron. "Los-de-Antes", "Oportunistas-de-Ahora", se refriegan las manos de gozo cada vez que Evo les regala gratis un nuevo desacierto. Los monstruos no pueden ganarle a Evo. No necesitan hacerlo, porque él se derrota a sí mismo.

Venceremos porque ya vencimos.

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