22 de julio de 2011

Crisis generacional: cambio de valores y de tiempo?

Max Murillo Mendoza
El neoliberalismo duró más de 20 años en estos lados del mundo. El en norte sigue durando, porque sus adormecidas, castradas y cómodas poblaciones no pueden hacer mucho al respecto. Pero, cuáles fueron las características “morales y éticas” del llamado neoliberalismo, es decir su marco teórico?
En nuestro caso los vientos neoliberales (resultado del consenso de Washington) entraron con fuerza a mediados de los años 80 del anterior siglo, después del rotundo fracaso de la UDP (Unidad Democrática y Popular: 1.982 – 1.985) a la cabeza del MNRI, MIR, PCB (Partido Comunista Boliviano), cuando la izquierda demostró ser más práctica con el poder que la derecha: corrupción generalizada, ausencia de sueños y planes para este país, desconocimiento de nuestras realidades y desprecio por los básicos valores generales de la vida. La moda neoliberal trajo consigo además, desde las reflexiones filosóficas, el cambio de los temas éticos (compromiso, sueños del hombre nuevo con el Ché Guevara, amor al prójimo y entrega de la vida por los demás y los valores superiores) por los valores estéticos (la apariencia es lo más importante, el dinero, el triunfo sobre los demás, lo técnico sobre el discurso y todo es relativo). Ser yuppie se puso de moda. Y los muchachones de izquierda pusieron de moda este nuevo comportamiento. Sus sacrificios (exilios y torturas) habían terminado en tragedia: UDP. Entonces había que cambiar de traje: dejar la ropa de obrero y campesino para ponerse corbatas finas, y emprender la vida de yuppie: ganar dinero, mandar a la mierda los compromisos morales y éticos, hacerse el triunfador y técnico, alejarse de los discursos y enseñar a los hijos a que no sean cojudos como ellos, sino triunfadores y busquen la excelencia técnica y mucho dinero, mucho money. Todo era relativo: daba lo mismo estar en un prostíbulo y en unas horas vivir con la familia. No había ya problemas al respecto. Los temas de calidad humana por fin estaban en el basurero: gracias al marco teórico del neoliberalismo.
Es decir, la generación fracasada de los años 70 y 80 del anterior siglo, confundida y sin brújula posible, pasó de los códigos marxistas y éticos cristianos al desparpajo de la moda neoliberal. No se hicieron problemas de ser pragmáticos y dormir en la misma cama de Banzer, Paz Estensoro, Sánchez de Lozada, Reyes Villa, Max Fernández y otros colonialistas. Se convirtieron en los consultores y técnicos de excelencia de la oligarquía y el colonialismo.
Esta generación fracasada se arrimó al MAS. Acostumbrados como están “al triunfalismo neoliberal”, no se hicieron problemas en ser ahora los técnicos, los intelectuales y los parlanchines del proceso de cambio. Para ellos da lo mismo ser mercenario de Sánchez de Lozada o de Evo Morales, en ambos casos siguen siendo triunfalistas. Además, esta generación hace mucho muchos años que dejó en el basurero de la historia y los recuerdos, los comportamientos de calidad humana. Ya no tienen calidad humana sino sólo discursos. Es decir, ya no entienden de coherencia entre las palabras y los hechos, las prácticas. Su fracaso es rotundo. Los temas del Hombre Nuevo fueron demasiado pesados para esta mediocridad de clases medias. Y son estos personajes ahora los portavoces del proceso de cambio.
Por tanto, esta generación de izquierdistas e impostores, qué pueden ofrecer en los moral, en lo ético, en calidad humana a estos procesos de cambio? Nada, absolutamente nada. Sólo discursos huecos, vacios e hipócritas. Nada pueden aportar al espíritu y filosofía del cambio. De hecho, nada se está produciendo en los temas ideológicos y cruciales: filosofía del cambio, de la renovación espiritual, cultural y de comportamientos (prácticas) en los nuevos tiempos. Por eso no me extraña los grados de corrupción generalizada o narcotráfico. Porque en las cúpulas gubernamentales siguen los mismos fracasados de la generación del 70 y 80, de izquierdas, del anterior siglo.
Los colonialistas y las oligarquías no tendrían que preocuparse mucho por este gobierno. Pero su falta de tino y claridad les lleva a cometer errores tontos políticamente, como las declaraciones del comité cívico “cruceño”, o la aventura separatistas de la colonia croata.
En cambio, desde nuestras nacionalidades debemos estar muy atentos al llamado “proceso de cambio”. Se terminará la borrachera triunfalista con los técnicos izquierdistas. Entonces, nuestros dirigentes necesitarán un marco teórico y filosófico por fin nuestro, más autóctono, más puro y coherente. Más radical en sentido de calidad humana. Nunca necesitamos modas o parafernalia discursiva. Lo nuestro es distinto y más concreto. Por ahora, lamentablemente, seguimos siendo carne de cañón; sin embargo, eso se terminará con la podredumbre humana, mezquina, discursiva y famélica desde la coherencia entre la palabra y los hechos, de esta generación de izquierda fracasada, que lo está deslegitimando por dentro al MAS.
Cochabamba, 21 de julio de 2.011.

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