6 de abril de 2011

Un canciller para el cambio que quiere Bolivia

*Por Luis Camilo Romero Los más y los menos, que desde fue posesionado el primer gabinete de Evo Morales, no dieron ni diez centavos por el nombramiento del actual canciller indígena, David Choquehuanca, que llegó al gobierno más por un bombardeo mediático tratando de descalificar su propia imagen y ridiculizando las frases que en algún momento habría expresado. Recordamos esas frases célebres que las dijo en un contexto diferente y que fue motivo de ese ataque mediático como: “Las piedras hasta sexo tienen para nosotros. Hasta edad tienen; o "Cuando voy a reuniones internacionales, les digo que el Presidente Morales es esperanza para el mundo, que hay que cuidarlo", frases que después de cuatro años, nos predecían algo y, las mofas y burlas ya quedaron atrás. Los medios en su clásico estilo de buscar banalidades o sólo mirar la cáscara, no penetraron en el espíritu de un líder indígena que nos hizo cambiar los esquemas de nuestros paradigmas viejos y nos colocó con visión certera, que la propuesta del “vivir bien”, dice más que el “vivir mejor”. "El pueblo no quiere vivir mejor, sólo quiere vivir bien", manifestaba el canciller indígena en las ocasiones que le tocó sentar las bases de una filosofía que rompe los esquemas de lo tradicional y como respuesta a los que siguen encasillados al discurso occidentalista y nos señala la nueva forma de vivir plasmada en la práctica cotidiana del respeto, de la relación armónica y el equilibrio con todo lo que existe. Un ministro sin “carrera diplomática” Choquehuanca, es cierto, llega al gobierno de Morales sin hacer carrera “diplomática” como muchos hubieran querido, pero es sincero consigo mismo al reconocer que, en ese entonces, tuvo también problemas con su entorno, porque más allá de la “incapacidad” de sus profesionales, no encontró gente que “calce” con este proceso, con este momento histórico y se ponga la “camiseta” del cambio que él les pidió. Lo mismo pasó con Evo, es más, de forma anecdótica se conoce que Morales al nombrar a Choquehuanca como Canciller, le dijo que tampoco había “aprendido a ser presidente” y que, Choquehuanca debería ver ese cargo como un desafío y le acompañe en la práctica cotidiana, asimilando juntos el trabajo con sus ministros. Lamentablemente hoy, lo sabemos, tampoco una buena parte de su gabinete se identificó con el proceso, se exhiben sus tremendas debilidades y los vemos haciendo “chambonadas”. Choquehuanca, desde el otro lado, ve que se ha roto esa visión ortodoxa del servicio exterior, como servicio personal que se ha conocido como el “exilio dorado” o la “diplomacia del coctel” y que los embajadores de ahora, ya no están en cenas y, que si quieren trabajar, primero tendrían que conocer su país y trabajar sin pestañar por sus hermanos que viven dramas diversos. También reconoce que, los primeros cuatro años, han sido de aprendizaje, de nuevas experiencias, de conocimiento de la realidad nacional e internacional, de manejo de temas relacionados con la política exterior y que no se estaba improvisando un ministerio como, curiosamente los desesperados del poder, desde dentro, pretenden asestar un duro golpe a Choquehuanca. Los incrédulos de la política exterior tendrán que saber que con un ministro indígena, se ha logrado posesionar a diferencia de los otros gobiernos una agenda con temáticas serias en las relaciones bilaterales y multilaterales. Los anteriores gobiernos invisibilizaron los derechos de los pueblos indígenas, no respondieron a las demandas y necesidades reales de los pueblos indígenas de Bolivia. Jamás trabajaron para revalorizar y dignificar la hoja de coca, apoyar su promoción histórico-cultural-ancestral y fomentar la investigación e industrialización de sus propiedades benéficas. Tampoco le dieron importancia al mercado interno mediante la Reforma Arancelaria que ha eliminado la apertura unilateral y han restablecido la soberanía en materia de Comercio Exterior. En el escenario de las relaciones y propuestas a las Naciones Unidas, el gran logro en política internacional de la gestión de Evo Morales es la Resolución de la ONU que reconoce al planeta como la Madre Tierra. De igual modo, se conoce de una resolución para que el Agua y el Saneamiento Básico sean reconocidos como Derechos. Las relaciones con los Estados Unidos El canciller indígena después de las expulsiones de sus embajadores a raíz de su injerencia de los EEUU en política interna (caso separatismo), ha logrado armar un buen equipo y ha concretado una relación de respeto mutuo. En el pasado tuvimos lamentablemente una relación de sometimiento hacia ese país; si miramos ese pasado comprobamos cómo desde la Embajada se definían quiénes iban a asumir las tareas de ministros en las diversas áreas. También sabemos que, “en esos tiempos”, no había un control sobre la cooperación y, advirtiendo esos antecedentes, podemos comprobar que se ha dado un giro muy importante; se ha cambiado de discurso y varias veces oímos decir a Choquehuanca que, la relación y la cooperación tiene que ser definida de “Estado a Estado”. La relación de Bolivia con el país mas poderoso del mundo, la ha sabido encarar de “Estado a Estado”, sin imposiciones y trabajando un nuevo Acuerdo Marco, y el título de este nuevo acuerdo entre Bolivia y Estados Unidos es de respeto mutuo, mas allá que los medios especulen con una ruptura por lo de USAID y la falsa lucha contra las drogas que decía encarar EEUU en nuestro país a través de la DEA, la relación ahora es totalmente diferente. El trabajo de la USAID en Bolivia, hoy cuestionada desde las organizaciones sociales y la propia cancillería, cubre casi todos los sectores de la vida política, se introduce en la sociedad boliviana y trata de promover un modelo político e ideológico estadounidense. Relaciones con Chile y la política marítima En este tema hay que ser serios y dejarnos de meras especulaciones. Ya han pasado más de 100 años y durante todo este tiempo no se discutió oficialmente el tema marítimo con Chile como debería ser. Apenas llega Evo Morales se incorpora de manera oficial una agenda con ese país, poniendo énfasis en que el tema marítimo pasa por hablar de soberanía y ahí, Choquehuanca, diseña otra estrategia que Evo Morales la hace pública el pasado 23 de marzo para emprender la tarea decisiva de llevar la demanda a tribunales internacionales. Pero también dice el ministro indígena, que se ha decidido construir la confianza mutua porque ya existe un espacio, un momento propicio, para abordar con confianza este tema que es tan sensible para Chile como para Bolivia y, además, sin afanes de politizar, sin generar falsas expectativas, sino trabajar responsablemente. Y si se mira el proceso con detenimiento, tanto desde la gestión con Michelle Bachellet y ahora Sebastián Piñera, la agenda con Chile sigue avanzando, contiene 13 puntos sobre la base del tema marítimo y los avances están en varios documentos, porque ya se han realizado varias reuniones con cancilleres, vicecancilleres sobre lo que se ha venido a llamar, “trabajar propuestas concretas, útiles y factibles”. El Silala Se ha dicho bastante sobre el particular, tanto que escuchamos decir: “traición a la patria”, “nos están mamando” y a “este gobierno le imponen los chilenos”. No es así pues. Ambos gobiernos han concluido un acuerdo inicial y entre ambos, el pasado año, se ha diseñado una estrategia para la socialización. Dirigentes cívicos potosinos en varias oportunidades han manifestado que estaban conformes con lo avanzado, porque lo fundamental se ha discutido en ocasiones de presentar la propuesta de la deuda histórica y la voluntad de diálogo y que se mantiene a pesar de las presiones que vienen de grupos de oposición. Y pese a los impases que se dieron en este último tiempo, azuzados por los mismos medios de comunicación de Bolivia y Chile, el canciller indígena ha señalado que la agenda marcha, que hay propósitos de reencaminar el diálogo y que “no se descarta un encuentro de presidentes” para muy pronto. Choquehuanca dijo que, a pesar de cualquier escenario, se abrirá a conversar con Chile. “Nunca vamos a cerrar las puertas del diálogo. Somos un país pacifista, somos de la cultura del diálogo. Nunca se van a cerrar las puertas del diálogo, aunque estemos en la Corte de Justicia Internacional de La Haya”, remarcó. Desafíos Uno de los temas que el canciller indígena se ha propuesto es la readecuación de los tratados internacionales a la Constitución Política del Estado, y también el adecuar los tratados de inversión; otra tarea importante es ver cómo se implementan las autonomías en torno a las relaciones exteriores y hacer conocer, difundir ampliamente la diplomacia de los pueblos, diplomacia de la Vida. Y finalmente algo muy delicado, frente a los intentos de conspiración de parte de algunos “afanados por el poder”, su respuesta ha sido muy cauta y no ha dado cuerda a lo que algunos trataron de enfrentarlo con el “entorno” de Evo Morales. Con el temple que le caracteriza, ha minimizado las expresiones de los que pretenden inclusive alejarlo del propio Presidente Morales y el baluarte del canciller indígena lo hemos admirado y reconocido por ser él quien le habría pedido a Evo Morales frenar el decreto de nivelación de los carburantes (31 de diciembre de 2010). Choquehuanca será el nuevo “willka”, el “hombre luz”, para que guie, ilumine al pueblo y con el pueblo, recorra los caminos de los andes, los valles y los llanos, que como Tupaj Katari y Bartolina Sisa, se multipliquen, sean millones y se conviertan en nuevas voces que anuncien un nuevo tiempo, un nuevo Pachakuti!! *Luis Camilo Romero, es comunicador e investigador boliviano para América Latina y el Caribe

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