11 de noviembre de 2010

"Empelotamiento" y rendición de cuentas

Escribe: anibal jerez lezana
Ninguna mala palabra ni mal pensamiento, se dice que se está “empeloto” cuando se está “chutingo” -sin ropa- es decir y se le puede ver hasta el alma como diría un extremista; “calanchito” diría un cochalo…se trata de que se le vea todo, de que no se esconda nada, que sea una vitrina transparente, claringa; que la gestión pública con toda su información y documentación este abierta oportunamente al escrutinio público para respaldar los actos de rendición de cuentas de las autoridades.

La rendición de cuentas es una obligación legal de todo servidor público y fácilmente cumplible como acto formal de la Máxima Autoridad Ejecutiva de una entidad pública, lo hacen cientos de Alcaldes en las famosas reuniones “cumbres” que se inventaron, lo han hecho muchos ex prefectos y de eso han realizado libros y sendas publicaciones en diarios y revistas gastando más recursos públicos.

La rendición de cuentas para que sea un acto transcendente, transparente, de fortalecimiento democrático, de respeto al mandante, de responsabilidad personal e institucional de la autoridad, debe observar una línea de base cualitativa que le de la más amplia consistencia a los actos –información y documentación- que decidió la autoridad y como llevo las operaciones hasta los resultados que obligatoriamente debe mostrar. Veamos mínimamente en qué consiste esa cualidad:

1.- El DS No. 23318ª – Reglamento de la responsabilidad por la función pública define la TRANSPARENCIA de la siguiente manera:

-Generar y transmitir expeditamente información útil, oportuna, pertinente, comprensible, confiable y verificable, a sus superiores jerárquicos, a las entidades que proveen los recursos con que trabajan y a cualquier otra persona que esté facultada para supervisar sus actividades;
-Preservar y permitir en todo momento el acceso a esta información a sus superiores jerárquicos y a las personas encargadas tanto de realizar el control interno o externo posterior, como de verificar la eficacia y confiabilidad del sistema de información;
-Difundir información antes, durante y después de la ejecución de sus actos a fin de procurar una comprensión básica por parte de la sociedad respecto a lo esencial de la asignación y uso de recursos, los principales resultados obtenidos y los factores de significación que influyeron en tales resultados;
-Proporcionar información ya procesada a toda persona individual o colectiva que la solicite y demuestre un legítimo interés.

2.- La Constitución Política del Estado en su Art. 8. PRINCIPIOS, VALORES Y FINES DEL ESTADO, capitulo trascendental de todo texto constitucional, en su numeral II precisa que el Estado se sustenta en los valores (entre otros) de TRANSPARENCIA.
El Art. 242 de la misma CPE en su numeral 4 precisa que la participación y el control social implica la obligación de generar un manejo transparente de la información y del uso de los recursos en todos los espacios de la gestión pública, aclarando que la información solicitada por el control social no podrá denegarse y será entregada de manera completa, veraz, adecuada y oportuna; seguidamente en el numeral 6 se refiere como una competencia del control social “conocer y pronunciarse sobre los informes de rendición de cuenta de los gobernantes”, rematando en el numeral 8 la obligación de denunciar los actos irregulares para la investigación y procesamiento
3.- Finalmente, el Art. 4 de la Ley No. 004 establece –entre otros- los principios de la ETICA: como el “comportamiento de la persona conforme a los principios morales de servicio a la comunicad, reflejados en valores de honestidad, transparencia, integridad, probidad, responsabilidad y eficiencia” y el principio de la TRANSPARENCIA como la práctica y manejo visible de los recursos de Estado por las servidoras y servidores públicos, así como personas naturales y jurídicas, nacionales y extranjeras que presten servicios o comprometan recursos del Estado.
En la mayoría de los casos la rendición de cuentas se ha convertido en acto litúrgico de autoalabanza del jefe, vertical, unilateral, acrítico, insensible y no satisfactorio ni de respeto al interés social, para superar lo observado, en la gestión pública se debe desarrollar una voluntad política y acciones efectivas de transparencia y, con toda la tecnología adecuar la estructura técnico organizacional y capacitar al personal para la oportuna y permanente respuesta a la necesidad y obligación de la transparencia (Santa Cruz – Bolivia, 10 de noviembre del 2010)
En mi opinión, el excedente de producción no está basado únicamente en la explotación, sino también en el conocimiento y en el saber hacer, a parte de circunstancias geográficas y otras que favorecen (o desfavorecen). El modo de producción asiática, por ejemplo, en el caso de las civilizaciones agrarias (Mariategui) viene de las condiciones geográficas que impedían una agricultura sobre terreno plano y requerían una colaboración comunitaria. El caso boliviano es claro: la parte oriental puede permitirse un modo de producción capitalista en extensión dado el avance tecnológico en equipos, maquinas e instrumentos, semillas, herbicidas, pesticidas, etc. Incluso en el caso del Beni y su ganadería de corte, la ventaja competitiva es aún mayor debido al pasto natural que crece más si llueve en abundancia. Lo que quiere decir que para lograr excedentes no es necesaria tanta mano de obra, ni tampoco alimento balanceado, como es el caso de la soya que obliga a desmontes de grandes extensiones, fatiga la tierra si no existe rotación adecuada, lo que conduce al encarecimiento de terrenos aledaños y por ende aumenta el problema de la tenencia de la tierra, así como atenta contra el medio ambiente.

Creo que lo mismo sucede con la transparencia. Esta debe venir de la sistematización en todo proceso, llevada a cabo de acuerdo a funciones y momentos específicos. Hoy en día tarea facilitada con la informática que permite hardware y software adecuados a seguimientos, así como cuadros dinámicos que integren datos pudiendo ser continuamente cambiados, corregidos y complementados. Si a la transparencia se la toma sólo por el lado moral, producto de una acción que no conlleva responsabilidades que puedan ser sancionadas si sus resultados no son los esperados, conforme a etapas bien y previamente establecidas, existe el riesgo de su inexistencia y por ende de la corrupción.
El Consensus de Washington impuso estructuras que posiblemente funcionen en países con leyes y aplicaciones de las mismas, claras y adecuadas a mentalidades acostumbradas al respeto de los marcos establecidos para el bien general.
Pero en Bolivia, por lo mismo que los españoles impusieron a la fuerza su esquema de pensamiento y vida, apoyados por aborígenes que los aprovecharon para rebelarse contra otros que los tenían bajo su dominación, se estableció una relación (Pizarro Angelina Yupanqui), que termina siendo el germen de los patriotas a quienes Bolivar y Sucre les entregan la República, aquella cosa pública que se origina en una fuerte componenda de violencia y dominación, así como exclusión.
En razón de lo cual, no funcionó y hoy estamos ante un Estado Plurinacional que tiene los mismos antecedentes de la República, y éste de la Conquista, sumados a poblaciones que están saliendo de la dominación y exclusión a las que fueron sometidas, no sin por su lado, ahora ejercer imposiciones centradas en su discurso de originarios, lo que la final deviene en una diferente forma de violencia que pretenden ejercerla contra sus ex dominadores. Situación que al final es la misma del otrora racismo de cinco siglos contra ellos, basándonos en la historia escrita que conocemos. Porque las investigaciones sobre periodos anteriores a la llegada de los españoles, nos traen la información que entre los aborígenes mal autodenominados originarios (ver pruebas de ADN que demostraría que no son de donde suponen venir), también existía la violencia para explotar y excluir, como sucedió entre los aymaras venidos de Copiacó y que llegaron hasta Cochabamba, destruyendo antes a los urus.
Expuesto lo anterior, el cambio no puede venir únicamente de leyes como la Ley Marcelo Quiroga Santa Cruz, ni tampoco de actitudes de transparencia en la gestión de lo público, menos en mejores servicios públicos, sino también y en forma transcendental, en los comportamientos de cada habitante (capital social), ya no ciudadano, de las partes que les corresponde en un todo que es Bolivia y necesita proyectos de unión económica, política y social. Sin los cuales, todo se restringirá a naciones, -la mayoría en desaparición-; comunidades, -la mayoría compuesta de habitantes que pueden ser campesinos, contrabandistas, gremialistas al mismo tiempo, mientras todo eso los aventaje sobretodo en no pagar impuestos y sacar al estado cuanta ventaja puedan; municipios, -la mayoría objeto de luchas internas por sus presupuestos-; regiones, - la mayoría en conflictos por sus diferencias tanto geográficas como de recursos naturales, todas ellas peleando por más ingresos provenientes de un Estado totalmente debilitado por el juego político de intereses de grupos, los que a su vez, disputan acerbadamente los ingreso del país, aunque la propiedad del Estado crezca sobre los hidrocarburos, minas y empresas nacionalizadas.

Auditor Gubernamental, trabaja en sistemas de administración y control interno público, programas de transparencia y rendición de cuentas, control social, auditoria social y auditorias especiales / anibaljerez@gmail.com. Santa Cruz – Bolivia

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