5 de noviembre de 2011

El irracional modelo de consumo occidental

Max Murillo Mendoza

Está llegando a su fin apocalíptico el “Modelo de Desarrollo y Progreso” occidental? Dicho modelo es también mental e ideológico, traído a estos lados del mundo por colonias extranjeras que hasta hoy son parte del poder clasista y oligárquico de nuestro país. Modelo que les sirvió para destruir hasta donde pudieron, sobre todo en el siglo XIX, nuestras comunidades indígenas y nuestros territorios. Y en este modelo nosotros los indígenas somos un escollo, un obstáculo al desarrollo. No nos ven como desarrollados ni eventualmente capaces de pensar en términos de progreso y consumo. Por lo que desde siempre quisieron destruirnos y eliminarnos desde el llamado estado; pero no podían destruir a la gallina de los huevos de oro, porque también desde siempre vivieron a costa de nosotros. Ese modelo aparentemente ha entrado en crisis: Cambio Climático, crisis global financiera y económica, crisis política global y sistémica.
Pero a no confiarnos. Nada hay a cambio. La agonía durará muchos años todavía, y entre tanto estos grupos de poder acudirán a sus estrategias de sobrevivencia antes de convertirse totalmente. Y ya está sucediendo: se están convirtiendo en ecologistas y verdes. Se están acomodando a los tiempos cambiantes, a las modas intelectuales y al folklor de la información de consumo masivo. Empezaron con vestirse la camiseta del MAS, para entrar como ministros y de palaciegos del poder. Las mentalidades depredadoras y anti indígenas, es decir anti bolivianas, se están acomodando a los procesos de cambio. Pero sus mentalidades son las mismas, sus intereses no han cambiado, porque los hechos son los mismos a pesar de los tiempos cambiantes. Su congénito racismo y ceguera anti indígena sigue a flor de piel. Su bloqueo mental por construir un estado propio y nuestro no funciona, porque no se consideran parte de nuestras civilizaciones, y al parecer no despejarán sus traumas de seguir siendo los señoriales y los dueños de nuestros territorios. Las historias en todo esto son las mismas: nos matamos entre indios, y nos peleamos entre indios por ellos.
Los centros de los poderes, Europa y Norte América, están en profundas crisis. Pero no tienen la intención de modificar sus lógicas perversas de comercios y economías depredadoras. Y sus poblaciones agonizan en la desesperación total, y los miedos de perder sus privilegios ganados a costa de la explotación mundial. Poblaciones castradas y domesticadas políticamente, que son incapaces de generar ideas alternativas, ni procesos sociales distintos. Apenas atinan a ponerse los títulos de “indignados”, porque no son capaces de nada más. Las revoluciones han quedado en el recuerdo de sus museos mentales. Por lo que ni siquiera desde esos lares llegarán cosas alternativas.
Qué nos queda a los que somos de estos lados, desde siempre? Seguir profundizando lo nuestro: nuestras lógicas sociales y culturales, a pesar de las modificaciones y los desastres ocasionados por los agresivos ataques que hemos recibido: culturales, religiosos, ideológicos e históricos. Conocemos todos los tiempos llegados y todas las modas llegadas y venidas. Para nosotros es un tiempo más. Mientras no tengamos nuestros propios estados, nuestras propias lógicas nada cambiará, sino el folklor de quiénes desde siempre nos toman sólo como carne de cañón. Como experimentos y experiencias de laboratorio. Nuestras persistencias deben seguir siendo constantes y también agresivas. Todos los tiempos son los mismos. Y esas agresiones sangrientas y pacíficas ideológicas no nos han derrotado. Pues quizás esté cerca por fin nuestro tiempo, nuestra PACHA y por fin entonces nos encontremos con nuestros antepasados que resistieron como nosotros, con sabiduría y constancia y paciencia.
Cochabamba, 4 de Noviembre de 2011.

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