30 de junio de 2011

¿Crisis del modelo agrícola o crisis alimentaria?

Alicia Tejada

Nos encontramos hoy frente a esta pregunta en Bolivia. Para intentar algunos elementos de acercamiento, a algunas de las múltiples respuestas, es inevitable contextualizar este análisis en dos estrategias[1] globales que aún, en pleno siglo XXI, se relacionan con el modelo que nos está planteando la agro industria cruceña, en tanto, expresan postulados similares para abordar un mismo fin: Combatir el hambre del mundo con las mismas medidas.
Las dos estrategias para combatir el hambre del mundo a las que haré referencia fueron: La Revolución Verde (Cuyo auge abarcó desde los sesenta a mediados de los ochenta, aunque para muchos autores, continúo hasta los 90 aún continúa) y El Consenso de Washington (Que se implementó desde los ochenta a los 90, década en la que surgen los paradigmas de nuestro futuro común y del desarrollo sostenible, expresados en las estrategias de la Agenda XXI de la ONU).
Hay quienes afirman que hoy nos encontramos frente a una tercera Revolución Verde” que viene aparejada nuevamente con políticas del BM, el bio comercio, y esta vez orientadas por la era de los agro combustibles y las transnacionales como la Monsanto, DuPont, Novartis y otras compañías.
Revolución verde-1960-1980:[2]
La revolución verde incrementó los niveles de producción agrícola en Europa y en los llamados países desarrollados pero también en países del Asia, África y América.
Tuvo una fuerte influencia en los ejidos en Méjico y en sus políticas agrarias de los 60. De hecho el primer experimento de exportaciones de la revolución verde se lo realizó el año 1967, en Puebla. (Importante recordar este dato para evaluar los efectos hoy).
El objetivo de la revolución verde fue:
“Terminar con el hambre del mundo, logrando cosechas abundantes e independientes del clima o del suelo en el que se cultivase”.
La esencia de la revolución verde fue el uso de Variedades de Alto Rendimiento de dos cereales básicos, arroz y trigo, (semillas VAR) con todos los insumos necesario para ello; pesticidas, fertilizantes, modificaciones genéticas, (en un segundo momento), regadío, abonos especiales, maquinaria, aeronáutica agrícola, etc.).
El rol de los Estados debía ser fuerte, no solo con subsidios, entidades financieras y de investigación, sino también con grandes inversiones en infraestructura (carreteras, vías férreas, marítimas, aéreas, hidroeléctricas, centros de investigación, comercializadoras, silos y empresas mixtas).
La revolución verde no fue un mito, la producción se incrementó en millones de toneladas, pero aquí se nos plantea la primera pregunta, puesto que este es el tema que nos convoca, ¿Resolvió el problema del hambre en el mundo la Revolución Verde?.[3]
El costo de este modelo de producción, alto para el consumo de los países pobres, lo fue también para la producción de los pequeños campesinos, por tanto gradualmente se evidenció que sus productos, no estarían destinados al consumo interno sino a los países ricos, consecuentemente el hambre del mundo no sólo no disminuyó sino que continúo incrementándose.[4]
Efectos negativos:
Se aumentó la dependencia externa, por cada dólar gastado se produjo la mitad del producto agropecuario que antes se destinaba al consumo interno; se dio paso a la crisis agrícola con subsidios insostenibles y tierras cultivables altamente salinizadas, desertizadas y con pérdida absoluta de su capacidad de uso agrícola. Se detectó la utilización de agro tóxicos altamente nocivos a la salud humana y presencia de agro tóxicos clorados en bebés y en mujeres gestantes.
Surgió lo que se llama hoy el círculo vicioso de los plaguicidas; cada vez plagas más resistentes y cada vez mayor dependencia de nuevos plaguicidas, y la crisis de este modelo agrícola se inició con cada vez más tierras demandadas, menores rendimientos y menor diversidad de alimentos.
Hasta el 2010 no solo se habían empleado las tuierras de uso agrícola. Se destruyeron 13 millones de bosques. para nuevos cultivos.
Se extranjerizó la tierra en los países menos desarrollados, pues los capitales internacionales, frente a la crisis agrícola evidenciada en 1970, se vieron obligados a ir por más tierras cultivables que reemplacen las degradadas que dejaron tras de sí.
La mayor parte de la población rural dejó de estar ligada a la tierra y a la agricultura y se produjeron oleadas de migraciones rurales hacia centros urbanos que no estaban preparados para recibirlas.
No se resolvió el problema del hambre en el mundo pero sí se constituyeron entidades privadas internacionales que iniciaron el negocio de los paquetes completos de las semillas VAR. Las modificaciones genéticas, supuestamente beneficiosas, no contribuyeron a disminuir estos niveles de dependencia ni la destrucción de suelos aptos incluso para agricultura.
Tras la crisis de la revolución verde, se plantearon algunas propuestas acerca de cómo evitar repetir errores similares:
Identificación de algunas correcciones:
La actividad agrícola debía buscar un equilibrio entre la necesaria producción de alimentos para nutrir a una población creciente, y el respeto del medio ambiente. De esta forma se evitaría la destrucción de la naturaleza, que había repercutido además en la capacidad de producir y de extraer alimentos y de la re-producción de los sistemas socio económicos locales.
La incorporación de las estrategias locales empleadas para su seguridad alimentaria, a largo plazo, debía implementarse en lugar de intentar embutir a todos en mismo paquete.
El cuidado del medio ambiente requeriría el abandono de la conversión en gran escala de bosques, fuentes de agua y hábitat naturales frágiles en tierras de cultivo.
Por primera vez los aspectos ambientales salieron de la esfera científica (bilogía) para conectarse con otras múltiples dimensiones, como las sociales, institucionales, económicas y políticas.
Aunque todavía podrían haber quedado grandes superficies que dedicar a la agricultura en África y América Latina, los elevados costos para la población que habita los bosques, así como para la pérdida de diversidad biológica y de vegetación forestal y de sabana, y la dependencia de combustibles fósiles, disuadieron a muchos gobiernos de continuar aplicando dicha estrategia.
Consenso de Washington:
Acuñado en 1990 por Jhon Willamson: es un paquete de medidas económicas (10) centrales para el apoyo del BM y del FMI a los países que tendrían que superar sus crisis económicas implementando los llamados Ajustes Estructurales:
El consenso planteó medidas como las de la seguridad jurídica, menos gastos en elefantes blancos producto de la revolución industrial, menos intervención del Estado y más inversión privada; tipos de cambios competitivos, disciplinas fiscales, desregulación, inversión extranjera directa, liberación del comercio.
El debate acerca del Consenso Washington aún no termina, pero queda claro que existen numerosas consecuencias para el sector de la alimentación y el desarrollo agrícola y rural.
La política agrícola durante los años 1980 y 1990 proviene del paradigma de ajuste estructural: Precios determinados por el mercado, eliminación de restricciones cuantitativas, promoción de operaciones del sector privado, apoyo a las producciones transgénicas, fueron temas clave en el sector alimentario, y para otros productos primarios
La pregunta es qué límites acompañaron ese proceso. El Informe sobre el Desarrollo Mundial 2000/1, por ejemplo, asegura que la liberalización del mercado requería de un apuntalamiento institucional sólido y previo, tema pendiente. La institucionalidad estatal se ha debilitado tras los ajustes estructurales y aún no supera esta crisis.
En el sector de la alimentación y del desarrollo agrícola y rural se planteó, por ejemplo, en el caso del suministro de semillas, que el sector público no podría quedar al margen del apoyo a un sector privado naciente. Pero también necesitaría jugar un rol en la protección de la diversidad de las plantas, especialmente en lo que se refiere a los derechos de los agricultores a variedades desarrolladas en explotaciones agrícolas.[5]
Cuál es el modelo que se ha implementado en Bolivia:
Sin pretender etiquetar, el modelo agro industrial en el país, sino más bien, intentado acercamiento a sus efectos, para definir algunas de sus características es que parto de otra pregunta:
Por cuál estrategia estamos transitando hoy en Bolivia. Puesto que no se trata únicamente de que si queremos semillas transgénicas o no, se trata de políticas que subyacen a estas decisiones y que a todos nos afectan, en tanto, en Bolivia han tenido efectos que hay que mencionar también:
-La ampliación de la frontera agrícola alcanza y afecta ya al 21% de los suelos forestales (bosques) de Bolivia y el vice ministro de desarrollo productivo ha anunciado que se requerirá de mayores superficies.
-El sector productivo forestal, que exporta 274 millones y ha invertido en 654 planes de manejo forestal, detenta 4.4. Millones de hectáreas de bosques, y es un sector marginal en esta política, puesto que su capital (los bosques), estaría seriamente amenazado.
-Los desmontes han afectado ya cinco millones de hectáreas de bosques, y con ello deteriorado suelos cuyo costo de recuperación hoy lo transfieren al Estado (es un modelo que privatiza las ganancias y socializa las pérdidas).
-Las quemas, gran parte de estas, originadas en prácticas de conversión de suelos a otros usos, han afectado otras cinco millones de hectáreas de bosques.
-Importamos el 40% de lo que comemos y el sector campesino solo provee el 18%. Menos de la mitad de lo que consumimos está en manos de la agro industria. Estamos produciendo menos para el consumo interno y más para las exportaciones, sino, mire lo sucedido con los cultivos de quinua también,
- Estamos ya ingresando a los cultivos destinados a agro-combustibles, frente a la crisis mundial de los combustibles fósiles; o a mono cultivos para la exportación altamente dependientes de los paquetes transgénicos..
-Se está produciendo un fenómeno migratorio campo-ciudad. Estamos expulsando a las poblaciones rurales de modelos en los que no pueden competir con el poder agro industrial transnacional; las tierras se están extranjerizando (brasileros, colombianos, argentinos, colombianos, mejicanos, están adquiriendo tierras en Bolivia).
-Los ingresos mayores de las instancias de control de bosques y tierras provienen de multas a desmontes ilegales, (30.484.182) y se generan precisamente en áreas de expansión agrícola, demostrando con ello la fuerte influencia del modelo en las distorsiones de institucionalidad estatal (rentista).
-Asentamientos humanos sin mayores perspectivas de desarrollo puesto que ocurren en tierras no aptas para la actividad agrícola (reservas forestales) y sin ningún tipo de apoyo para realizar gestión de recursos, apropiadamente, son parte de los efectos de este modelo. Si no veamos lo ocurrido con el Chore, con bajo Paraguá, con el Valle de Tuca Vaca.
Frente a ello se plantea entonces la necesidad de responder:
Primero: ¿A qué estrategia (agrícola, alimentaria) responde este modelo agro industrial?, ¿Dónde lo situamos, más allá de sus cifras de exportaciones?
Segundo: ¿A qué elementos obedece la crisis del modelo agrario y cómo influyen estos en la seguridad alimentaria de los bolivianos?
Tercero: Dónde se inserta la demanda de la ampliación de la frontera agrícola y cuál es el plan de seguridad alimentaria, para los bolivianos, a largo plazo que la respalda?
Y Cuarto: Cuál de estos problemas resuelve la nueva Ley del sector,[6] apoyada únicamente por la CSUTCB y algunas de las instituciones sectoriales de la agro industria cruceña.
Según Josette Sheeran, directora ejecutiva del programa Mundial de Alimentos de la ONU, la creciente demanda de países como India y China y el uso de granos para producir biocombustibles. "Está llevando a una nueva fase de hambre en el mundo, lo que denominamos nuevos hambrientos son personas que tienen dinero, pero no llegan a poder comprar comida", "Unos precios más altos de los alimentos incrementarán el descontento social en una serie de países que son sensibles a las presiones inflacionarias y dependen de las importaciones”.[7]
"

SE podría decir que la crisis alimentaria y agrícola en el mundo esPero en realidad, esta crisis también es el resultado de muchos años de políticas destructivas que socavaron las producciones nacionales de alimentos, y obligaron a los campesinos/as a producir cultivos comerciales para compañías multinacionales y a comprar sus alimentos de las mismas multinacionales (o a otras…) en el mercado mundial.
[1] http://www.fao.org/DOCREP/003/X9808S/x9808s04.htm
[2] http://www.fao.org/kids/es/revolution.html
[3] . Reuters, Bruselas 6 de marzo del 2008, ONU prevé más hambre en el mundo por inflación alimentaria,
[4]
[5] Tripp y Louwaars (1997)
[6] Villegas P, CEDIB, Los transgénicos y la modificación genética de la política agraria en Bolivia
[7][7]http://www.elconfidencial.com/cache/2008/03/06/87_preve_hambre_mundo_inflacion_alimentaria.html

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