4 de diciembre de 2009

Los Registros Civiles, fábricas de muerte civil y de viacrusis

Por: Omar Quiroga Antelo

Cuando la oposición política en Bolivia propuso que se registrará la gente para votar con el sistema biométrico, me alegré que pueda suceder aquello, sin embargo, admito que no creía que se pueda hacer en tan corto tiempo. La realidad fue que se logró registrar a más de 5 millones de personas en tiempo record. Todo un éxito!!.

Eso me llevó a imaginar que el Registro Civil e Identificación Personal, debían dar ese salto cualitativo. Tener una sola base de datos de todos los bolivianos y bolivianas.

Cuando pensaba en aquello, me transporté en mi imaginación y recordé una amarga experiencia que me sucedió en el año 2000, más precisamente el 17 de abril de aquel año.

Resulta que dos días antes (15 de abril), nació mi preciosa hija a la que le pusimos el nombre de Aramí (que en su significado simbólico en idioma guaraní, significa Cielito), a quien por exigencia del seguro privado teníamos que tenerla registrada y con certificado de nacimiento para asegurarla. El lunes iniciamos el correteo para el bendito trámite. Primero conseguimos el Certificado de Nacido Vivo. Después conseguí a los dos testigos. Elegimos un registro civil y nos dirigimos a realizar el trámite.

Llegamos y nos atendió muy amablemente una señora. Le entregamos los documentos necesarios, certificado de nacido vivo, carnet del padre y la madre y carnet de los testigos.

Ella inició su labor, llenando el libro de registro o de partida de nacimiento. Una vez concluido el llenado, le pedí que me lo facilitara para darle una leída a los datos asentados. No fue más para que la señora se enoje y me responda de mala manera diciéndome que ella era abogada y que por lo tanto, no podía equivocarse. Le dije que solo quiero constatar que la información esté bien y que era un derecho que yo tenía. No le quedó otra alternativa que darme el libro. A la entrada nomás se había equivocado, en vez de colocar “noviembre” como mes de nacimiento de mi esposa, le puso “octubre”. Le mostré el error. Peor, se enojó mucho más, diciendo que ella solo escribe lo que ve en el carnet. Le mostré el carnet y al darse cuenta de su error, no le quedó otra alternativa que reconocer que se equivocó. Pero dijo, eso se arregla así, en vez de “X” de octubre, se le agrega un palito y se hace “XI” de noviembre, y listo.

Después encontré otro error, que consistía en la fecha de asiento de la partida, pues decía “6 de abril de 2000”. Le hice notar que era un error y nuevamente su prepotencia le llevó a contestarme que eso era lo de menos, que no importaba, cualquier fecha se puede inscribir una persona, dijo. Pero señora le dije, quiere decir que ya sabíamos que mi hija iba a nacer el 15 de abril y la inscribimos 9 días antes, es decir el 6 de abril??. Bueno, esto se resuelve así, manifestó, e inmediatamente en vez de “6” le agregó el 1 y lo convirtió en “16”, así de fácil!!!.

El final de esta historia es que al momento de reclamar los certificados, me salió con que no tenía formularios y por eso no me los entregaba. Que tal!!. Sabe, le dije, vine a sacar ese bendito papel que es el que me piden y usted me sale con el cuento de que no tiene formularios. Si me hubiera dicho antes, ni siquiera empezaba el trámite y buscaba otro Registro Civil. No hay problemas me dijo, vaya nomás a otro lado. Claro, le dije, después que me amarró llenando el libro, me dice esto.

Y de estas historias hay muchas. Personas que les han cambiado el nombre por error del notario o notaria. A quienes les han cambiado las fechas de nacimiento, a quienes les cambian el nombre de sus padres, en fin, una serie de errores inauditos. Así por ejemplo, un amigo me comentaba que a su prima le cambiaron el nombre de Jimena a JINMENA y mi hermana lleva el nombre de FAGNY en vez de Fanny, todo por el error de un bendito notario. De estos casos hay muchísimos.

¿Quién les hace algo a estas personas?. ¿Alguna vez han respondido por las barbaridades que han provocado?. ¿Algún notario o notaria ha entrado a la cárcel por cometer este tipo de atrocidades?.

Por eso, considero que el padrón electoral en este momento se constituye en la base de datos más confiable que tenemos. Por supuesto que aún deben haber errores, pero considero que si nos han registrado la cara con una fotografía, las huellas dactilares de todos los dedos, nuestra firma y además nuestros datos, es un buen comienzo para que se consolide una sola base de datos en el país.

Ah, y si en el Órgano Electoral no saben, si se denunció que hay personas que tienen 2 y hasta 30 carnets, con este sistema es fácil darse cuenta de la suplantación de identidades, pues la huella dactilar es única o muy difícil que se repita, por lo que aquellas personas que osaron registrarse más de una vez, serían descubiertas ipso facto. Sin embargo, no escuché hasta ahora casos de estos que haya denunciado la Corte. ¿Será que no saben para que sirven las huellas dactilares digitalizadas?.

Se debe aprobar una ley del registro civil en el que se contemple sanciones como la misma cárcel para los notarios y notarias que conscientes o inconscientemente cometan errores u omisiones en el registro de ciudadanos y ciudadanas. Este registro debe ser integral, único, confiable y útil para hacer otros trámites como sacar el carnet de identidad, el brevet de conducción, cobro de bonos, etc. Si ya se ha invertido tanto dinero en este sistema, sería una verdadera pena que se mande a la basura todo este esfuerzo.

Santa Cruz de la Sierra, 4 de diciembre de 2009.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estupendo testimonio. Como ese existen miles. Es tiempo ya de cambiar esos mecanismos truculentos, respaldados por una veneración malsana y colonial al entramado de leguleyos, notarios y tinterillos.