4 de septiembre de 2009

Tuto en su mala hora

Soledad Antelo, periodista
Diversos medios noticiosos dan cuenta de la deserción en masa de los senadores de Podemos; cual ratas cuando se hunde el barco, huyen despavoridas ante la mirada impotente de don Tuto Quiroga. El delfín del Gral. Bánzer atina a decir que eso siempre ocurre, que ahora “se necesita renovación”.
Las frases de efecto, en su mayoría plagiadas, ya no abundan en la boca del otrora jefe indiscutido de la oposición de derecha. Todavía recuerdo que, ingresando el planeta y la región a una crisis cuya espiral cada vez se hacía más profunda, escuché al entonces presidente Jorge Quiroga hablar de un pequeño bache en la carretera, que obligaba al auto [de la economía] a desacelerar un poquitito para no sufrir mucho el impacto. Así minimizaba una crisis que, con el tiempo, se tornaría implacable, arrastrando al mundo capitalista a una debacle de la que aún no se recupera, ni él, ni la economía.
Eran los tiempos en los que la prensa nos vendía la imagen de un emprendedor, amante de su país, “de familia”, desinteresado y con una excelente formación académica. Educado en las mejores universidades de Estados Unidos, joven, era el estereotipo del patriota que Bolivia necesitaba. Nada nos decían de sus vínculos con la banca financiera internacional, de sus amistades con los halcones del gobierno de Estados Unidos, ni de su admiración por el desquiciado de Busch…
Con esa imagen vendida, todo podía achacársele, menos incapacidad, al menos, para las finanzas. Salió entonces con otra, también de antología, afirmando que a los bolivianos no nos quedaba otra que quedar eternamente agradecidos a California que, teniendo a sus puertas gas muy barato de Rusia, estaba dispuesta a comprarnos el energético. Nos aconsejaba el Lic. Quiroga que hiciéramos rapidito el negocio, que muy pronto, el gas pasaría a ser una fuente de energía obsoleta, que por culpa de malos bolivianos (en alusión a Evo Morales, claro está), mañana tendríamos que comernos nuestro gas por mezquinos y faltos de visión.
Pasó el tiempo, la crisis se agravó; Bolivia recuperó sus recursos naturales y, gracias a ello, hoy podemos respirar con cierta tranquilidad ante la crisis mundial que azota a todos los países de la región.
Jorge Quiroga terminó su gobierno sin pena ni gloria; algunos nostálgicos banzeristas y no pocos amigos en Norteamérica pensaron que su gestión fue demasiado corta para lucirse como un estadista, y que había que prepararle el camino para un retorno próximo. Siguió al pie de la letra las instrucciones en inglés, y lo primero que hizo fue oficializar su nuevo nombre. Desde entonces, “Tuto” hasta en la papeleta de voto. También cambió de sigla. Dejó la Acción Democrática Nacionalista que dirigiera su mentor el ex dictador Hugo Bánzer y creo Podemos.
Fiel a su estilo, robó los colores, los símbolos y banderas de una organización política de la izquierda chilena; sin rubor alguno, como cuando plagió palabras de John F. Kennedy en su toma de posesión, desató una campaña tiñendo de rojo paredes, papeles y pantallas de televisión y se enfrentó a Evo Morales en el 2005.
Sus encuestas, que procuraban torcer la preferencia ciudadana, anunciaban en el peor de los casos un “empate técnico” que se resolvería con una alianza con Unidad Nacional de Doria Media, para ser ungido presidente por acuerdos en el Parlamento, siguiendo la tradición y buenas costumbres de la política boliviana.
Pero vino la sorpresa y le llegó su mala hora.
Desde entonces, cuantas veces ha abierto la boca, lo ha hecho para hablar de Chávez, chavismo y Venezuela. Carente de ideas, intentó alzarse con el santo y la limosna, aceptando el desafío que hiciera Evo Morales en diciembre del 2007 para impulsar por primera vez un Referendo Revocatorio. Así le fue.
¿Cómo querrá reciclarse don Tuto en estos tiempos de cambio?
Es probable que, ahora que sus adláteres le dan de beber una sopa de su propio chocolate, recuerde la frase de su ex camarada Mauro Bertero: “La vida en la política es demasiado corta para cambiarse de camiseta a cada rato”.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que pesimo que escribes hermano... dedicate a otra cosa...

Anónimo dijo...

es pesimo lo escrito porque no te gusto? no seria mejor que tu anonimo te dedicaras a otra cosa en vej de leer articulos que no te van a gustar porque dicen la verdad?.

choquechan

Anónimo dijo...

Al primerito o primerita que ha comentado: Cómprate un burro y hazte patear. Es evidente que quien escribe el artículo que se cuestiona es una mujer y no se le puede ni debe decir "hermano", por tanto, quien lee tan pésimamente no merece otra cosa que dedicarse a convivir con asnos para ilustrarse un poquitín por lo menos.

Hank