Ubaldo Padilla Pérez
Acababa de llegar a un hotel sin estrellas en Santa Cruz de la Sierra, cuando en la recepción, el dueño y recepcionista a la vez, asistía a uno de los tantos programas de TV que hacen ver a la gente, lo que no es.
En directo, desde Madrid España; un empresario denunciaba al gobierno de Evo Morales por “perseguirlo políticamente” y por quitarle su colección de autitos que guardaba en su garaje de la calle 24 de septiembre, desde donde otro contacto en directo mostraba “al pueblo” en vigilia apoyando al empresario y en contra del gobierno.
En ese momento me animé a interrumpirlo para pedirle mi llave. Con la mirada desorbitada me atendió diciendo “¿vio al pobre hombre como le están quitando sus cosas?, este gobierno pronto nos va a quitar a todos, todo; están haciendo igual que en Cuba”. Ante una sonrisa mía se irritó y me dijo “¿a usted le gustaría que le quiten lo que le costó ganar en toda su vida?”. Entonces aproveché que el hombre hizo una pausa para respirar, le corté la palabra y le dije: a ver amigo, vamos por parte:
PRIMERO: “ese pobre hombre” como usted lo llama, tiene un patrimonio de 50 millones; según El Deber más de 500 inmuebles y otros tantos a nombre de sus hijos y otros familiares.
SEGUNDO: nadie le quitó nada; en todo proceso o juicio, la LEY aquí y en China, Hoy y en los siglos pasados prevé la aplicación de medidas cautelares de orden personal (detención preventiva), de carácter real (anotación preventiva de bienes) o incautación en caso de flagrancia; son medidas de precaución nada más, no son definitivas; por lo menos hasta que un JUEZ en sentencia diga si es inocente o culpable de lo que se le acusa.
TERCERO: acabo de pasar por la calle 24 de septiembre donde está ubicado el garaje con los autitos de colección y no había la gente en vigilia que ahora muestra la televisión; si usted quiere vamos en este momento y encontraremos en el lugar a 2 policías, unas 20 personas y al equipo de la televisión levantando sus cables.
CUARTO: ¿Cómo en Cuba?; es cierto allá hay muchas carencias, especialmente las colecciones de autos, ropa fina, y artículos de lujo; pero ningún niño anda pidiendo comida por las calles, todos están en sus escuelas; cada familia tiene techo seguro; todos los hospitales están bien equipados y son gratuitos para el pueblo; trabajo tienen todos; la esperanza de vida al nacer es superior en 10 años a la nuestra; la delincuencia no se campea como aquí, no porque no haya que robar sino porque su sistema no produce delincuentes; los precios de los alimentos no suben cada día (mas bien bajan) y aunque racionado hay lo necesario PARA TODOS y los cubanos a pesar de su pobreza, ayudan con miles de médicos a otros pueblos supuestamente más ricos y se dan el lujo de recibir a miles de estudiantes de todo el mundo y los devuelven luego con profesión y sin cobrar un solo centavo.
Ahora respiré yo y esperé que el hombre dijera algo. En ese mismo momento se le había hecho trizas la imagen de dios que él tenía de la televisión; no tenía argumentos y apenas atinó a decir “es que yo no sabía esas cosas”; entonces cobra valor la propuesta del padre Gregorio Iriarte que plantea incorporar en el currículo de la escuela la materia de análisis crítico de los medios , que equivaldría a vacunar al pueblo contra la impostura; claro que de manera conjunta habría que tomar otras medidas legislativas para regular por ejemplo la propiedad de los medios masivos de comunicación.
Acababa de llegar a un hotel sin estrellas en Santa Cruz de la Sierra, cuando en la recepción, el dueño y recepcionista a la vez, asistía a uno de los tantos programas de TV que hacen ver a la gente, lo que no es.
En directo, desde Madrid España; un empresario denunciaba al gobierno de Evo Morales por “perseguirlo políticamente” y por quitarle su colección de autitos que guardaba en su garaje de la calle 24 de septiembre, desde donde otro contacto en directo mostraba “al pueblo” en vigilia apoyando al empresario y en contra del gobierno.
En ese momento me animé a interrumpirlo para pedirle mi llave. Con la mirada desorbitada me atendió diciendo “¿vio al pobre hombre como le están quitando sus cosas?, este gobierno pronto nos va a quitar a todos, todo; están haciendo igual que en Cuba”. Ante una sonrisa mía se irritó y me dijo “¿a usted le gustaría que le quiten lo que le costó ganar en toda su vida?”. Entonces aproveché que el hombre hizo una pausa para respirar, le corté la palabra y le dije: a ver amigo, vamos por parte:
PRIMERO: “ese pobre hombre” como usted lo llama, tiene un patrimonio de 50 millones; según El Deber más de 500 inmuebles y otros tantos a nombre de sus hijos y otros familiares.
SEGUNDO: nadie le quitó nada; en todo proceso o juicio, la LEY aquí y en China, Hoy y en los siglos pasados prevé la aplicación de medidas cautelares de orden personal (detención preventiva), de carácter real (anotación preventiva de bienes) o incautación en caso de flagrancia; son medidas de precaución nada más, no son definitivas; por lo menos hasta que un JUEZ en sentencia diga si es inocente o culpable de lo que se le acusa.
TERCERO: acabo de pasar por la calle 24 de septiembre donde está ubicado el garaje con los autitos de colección y no había la gente en vigilia que ahora muestra la televisión; si usted quiere vamos en este momento y encontraremos en el lugar a 2 policías, unas 20 personas y al equipo de la televisión levantando sus cables.
CUARTO: ¿Cómo en Cuba?; es cierto allá hay muchas carencias, especialmente las colecciones de autos, ropa fina, y artículos de lujo; pero ningún niño anda pidiendo comida por las calles, todos están en sus escuelas; cada familia tiene techo seguro; todos los hospitales están bien equipados y son gratuitos para el pueblo; trabajo tienen todos; la esperanza de vida al nacer es superior en 10 años a la nuestra; la delincuencia no se campea como aquí, no porque no haya que robar sino porque su sistema no produce delincuentes; los precios de los alimentos no suben cada día (mas bien bajan) y aunque racionado hay lo necesario PARA TODOS y los cubanos a pesar de su pobreza, ayudan con miles de médicos a otros pueblos supuestamente más ricos y se dan el lujo de recibir a miles de estudiantes de todo el mundo y los devuelven luego con profesión y sin cobrar un solo centavo.
Ahora respiré yo y esperé que el hombre dijera algo. En ese mismo momento se le había hecho trizas la imagen de dios que él tenía de la televisión; no tenía argumentos y apenas atinó a decir “es que yo no sabía esas cosas”; entonces cobra valor la propuesta del padre Gregorio Iriarte que plantea incorporar en el currículo de la escuela la materia de análisis crítico de los medios , que equivaldría a vacunar al pueblo contra la impostura; claro que de manera conjunta habría que tomar otras medidas legislativas para regular por ejemplo la propiedad de los medios masivos de comunicación.
3 comentarios:
Entonces, estimado amigo, vayase a Cuba y viva como cubano.
mejor sigue chupando los huevos de roca y deja de opinar.
ximeno costas
entonces anomino nos quedamos en bolivia y vivimos como bolivianos?
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