Betty Tejada Soruco
Muchos países han estado sometidos a políticas empobrecedoras siendo ricos. Si no, ¿cómo se explica el último lugar en la escala de la pobreza del hermano país de Haití, que produjo el 60% de café y el 65% de azúcar para el mercado europeo en el siglo XVIII? ¿Y cómo se explica que en pleno siglo XX la capitalización de las empresas bolivianas haya sido diseñada en nuestras narices para empobrecernos y enriquecer a transnacionales? ¡Saqueo total! ¿Cuándo es el momento oportuno para nosotros?
Bolivia vive hoy un momento de bonanza económica extraordinario y los economistas del país tienen la tarea de pensar en economía de Estado, no en ‘economía del compincherío’ (Prats) para favorecer a un puñado de amigos y especular tan irresponsablemente.
Hoy, las economías privada, comunitaria, estatal y cooperativa se amalgaman de manera natural al calor de la dinámica económica que debe cumplir un rol social fundamental.
Gracias a la estabilidad macroeconómica, a las reservas fiscales, a los depósitos públicos en la banca privada (cooperativas, bancos mutuales, fondos financieros privados), por valor de $us 3.711 millones en 2005, éstos prácticamente se han triplicado y la tasa de interés crediticio ha disminuido notablemente para sectores como vivienda y crédito de consumo.
La recaudación tributaria del primer semestre se situó en Bs 9.686 millones, 7,3% por encima de lo previsto para ese periodo. El incremento de excedentes o impuestos es imprescindible para la optimización de servicios que hacen a los derechos fundamentales, como salud y educación. Ahora les toca a las alcaldías incrementar su universo contribuyente modernizando sus sistemas de catastro. En Santa Cruz, por ejemplo, hay más de un 60% de evasión impositiva inmobiliaria que no puede seguir sin cobrarse.
El incremento del Impuesto Directo a los Hidrocarburos un 24%, gracias a los extraordinarios precios de los hidrocarburos y una política fiscal responsable, incrementará en 2011 aún más el presupuesto de las gobernaciones; el extraordinario precio de la soya en el mercado internacional, la determinación gubernamental de industrializar nuestra materia prima y garantizar la inversión privada externa e interna son realidades óptimas. Éste es momento de reproducir y distribuir.
De acuerdo con el informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, sobre el Índice de Desarrollo Humano (IDH), Bolivia subió del puesto 113 –que ocupaba en 2009– al 95. Es decir, escalamos en un año 18 posiciones en el IDH (La Prensa, 05/11/2010).
Los que antes nos daban recetas, como el FMI, recomiendan al hermano país de Argentina que apliquen nuestras políticas de redistribución.
Éste es el momento en que Bolivia debe dar un salto espectacular en materia económica, social y ambiental. Insistimos, hay que cambiar el estado mental, acabar con el mal vivir cortando de raíz la estructura que sustenta la ilegalidad, la especulación, lo inhumano.
No podemos perder el tren teniendo boletos para todos. Sería un autogol imperdonable en este momento de bonanza, donde la especulación de alimentos básicos es poco más que una traición al país.
* Parlamentaria
Muchos países han estado sometidos a políticas empobrecedoras siendo ricos. Si no, ¿cómo se explica el último lugar en la escala de la pobreza del hermano país de Haití, que produjo el 60% de café y el 65% de azúcar para el mercado europeo en el siglo XVIII? ¿Y cómo se explica que en pleno siglo XX la capitalización de las empresas bolivianas haya sido diseñada en nuestras narices para empobrecernos y enriquecer a transnacionales? ¡Saqueo total! ¿Cuándo es el momento oportuno para nosotros?
Bolivia vive hoy un momento de bonanza económica extraordinario y los economistas del país tienen la tarea de pensar en economía de Estado, no en ‘economía del compincherío’ (Prats) para favorecer a un puñado de amigos y especular tan irresponsablemente.
Hoy, las economías privada, comunitaria, estatal y cooperativa se amalgaman de manera natural al calor de la dinámica económica que debe cumplir un rol social fundamental.
Gracias a la estabilidad macroeconómica, a las reservas fiscales, a los depósitos públicos en la banca privada (cooperativas, bancos mutuales, fondos financieros privados), por valor de $us 3.711 millones en 2005, éstos prácticamente se han triplicado y la tasa de interés crediticio ha disminuido notablemente para sectores como vivienda y crédito de consumo.
La recaudación tributaria del primer semestre se situó en Bs 9.686 millones, 7,3% por encima de lo previsto para ese periodo. El incremento de excedentes o impuestos es imprescindible para la optimización de servicios que hacen a los derechos fundamentales, como salud y educación. Ahora les toca a las alcaldías incrementar su universo contribuyente modernizando sus sistemas de catastro. En Santa Cruz, por ejemplo, hay más de un 60% de evasión impositiva inmobiliaria que no puede seguir sin cobrarse.
El incremento del Impuesto Directo a los Hidrocarburos un 24%, gracias a los extraordinarios precios de los hidrocarburos y una política fiscal responsable, incrementará en 2011 aún más el presupuesto de las gobernaciones; el extraordinario precio de la soya en el mercado internacional, la determinación gubernamental de industrializar nuestra materia prima y garantizar la inversión privada externa e interna son realidades óptimas. Éste es momento de reproducir y distribuir.
De acuerdo con el informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, sobre el Índice de Desarrollo Humano (IDH), Bolivia subió del puesto 113 –que ocupaba en 2009– al 95. Es decir, escalamos en un año 18 posiciones en el IDH (La Prensa, 05/11/2010).
Los que antes nos daban recetas, como el FMI, recomiendan al hermano país de Argentina que apliquen nuestras políticas de redistribución.
Éste es el momento en que Bolivia debe dar un salto espectacular en materia económica, social y ambiental. Insistimos, hay que cambiar el estado mental, acabar con el mal vivir cortando de raíz la estructura que sustenta la ilegalidad, la especulación, lo inhumano.
No podemos perder el tren teniendo boletos para todos. Sería un autogol imperdonable en este momento de bonanza, donde la especulación de alimentos básicos es poco más que una traición al país.
* Parlamentaria
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