Max Murillo Mendoza
Los que sucedió en estos días en Cochabamba con el ex fiscal César Cartagena Miranda, que goleó e intentó matar a su esposa, y luego maltrató a su propia hija quedando después enmanillado y preso en una celda de Quillacollo, es un ejemplo claro de quiénes manejan nuestra famosa “justicia boliviana”. Y era además demasiado evidente que la Mafia del mundo Judicial se movilizaría para encubrir las fechorías de este aboganster. Sabe demasiado, por lo que mejor encubrirle y realizar todos los esfuerzos “judiciales” necesarios para acallar el caso. La maquinaria gansteril está en proceso.
Pero este incidente que puede parecer una anécdota más de un machista y acosador sexual cualquiera, es en realidad la punta del iceberg de la maquinaria colonial y real del mundo judicial boliviano. Todos los que tenemos que hacer trámites y más trámites cotidianamente sentimos y palpamos que nada ha cambiado del sofisticado engranaje “legal”, que sólo sirve para esquilmar y robar legalmente a los ciudadanos. La tardanza típica, el vuélvase mañana, que falta un documento más, una trámite más hasta el infinito, pues es ese sofisticado engranaje legal que necesita ser “aceiteado” con coimas, para que siga su marcha. Y no hay más remedio porque no existe lugar alguno para reclamar, no existe instancia alguna para denunciar esta irracionalidad. Los aboganster tienen licencia para matar legalmente.
Lo más interesante del asunto es que muchos de estos personajes son ahora masistas, como el propio Cartagena. El mundo judicial se convirtió en masa al masismo. Claro, los negocios son los negocios y pues hacerse masista no es problema para el mundo del hampa. Y el triunfalismo de Evo, cristiano y revolucionario, cree que realmente se “convirtieron” y con sus discursos magistrales “cambiaron” hacia el cambio. Ya no distingue la realidad, sino las apariencias y los magníficos asuntos del poder. Entonces pues, el mundo judicial navega otra vez en sus aguas. Sus negocios están a buen recaudo y nada tienen que temer por ello. La practicidad y la velocidad de sus movimientos como hampa judicial ha sido efectivo, sus resultados son elocuentes y evidentes: nada ha cambiado. El discurso aguanta todo, como el papel.
Esta maquinaria judicial colonial, sigue vigente. Mientras las cúpulas del MAS se enseñorean con los Cambios y las Macro Estructuras del Desarrollo, la cotidianidad del ciudadano común no ha cambiado. En el mundo “legal” seguimos con las colas largas y antidiluvianas en las ventanillas de trámites, cuando eso se puede resolver por internet. Seguimos, para cada trámite, contratando aboganster porque su sello es lo que vale, más que nuestros trámites. Y seguimos coimeando en cada ventanilla para “acelerar” los procedimientos “legales”. Es decir, el abuso, la coima, el aceiteo, la tardanza a las calendas griegas y la extorción son ejercicios cotidianos, tan cotidianos como los discursos de Cambio y Vientos Nuevos.
Espero sinceramente que pase ya la euforia de los discursos, de la borrachera triunfalista y poco objetiva frente a la realidad. Y entonces podamos enfrentar lo cotidiano, aquello con lo que los ciudadanos tenemos que lidiar, para resolver nuestros asuntos estructurales, institucionales y familiares. Y realmente por fin podamos enfrentar como colectivos aquellas taras mentales, grupales y coloniales que hoy por hoy se protegen desde adentro del propio MAS.
Cochabamba, 24 de Agosto de 2010.
Los que sucedió en estos días en Cochabamba con el ex fiscal César Cartagena Miranda, que goleó e intentó matar a su esposa, y luego maltrató a su propia hija quedando después enmanillado y preso en una celda de Quillacollo, es un ejemplo claro de quiénes manejan nuestra famosa “justicia boliviana”. Y era además demasiado evidente que la Mafia del mundo Judicial se movilizaría para encubrir las fechorías de este aboganster. Sabe demasiado, por lo que mejor encubrirle y realizar todos los esfuerzos “judiciales” necesarios para acallar el caso. La maquinaria gansteril está en proceso.
Pero este incidente que puede parecer una anécdota más de un machista y acosador sexual cualquiera, es en realidad la punta del iceberg de la maquinaria colonial y real del mundo judicial boliviano. Todos los que tenemos que hacer trámites y más trámites cotidianamente sentimos y palpamos que nada ha cambiado del sofisticado engranaje “legal”, que sólo sirve para esquilmar y robar legalmente a los ciudadanos. La tardanza típica, el vuélvase mañana, que falta un documento más, una trámite más hasta el infinito, pues es ese sofisticado engranaje legal que necesita ser “aceiteado” con coimas, para que siga su marcha. Y no hay más remedio porque no existe lugar alguno para reclamar, no existe instancia alguna para denunciar esta irracionalidad. Los aboganster tienen licencia para matar legalmente.
Lo más interesante del asunto es que muchos de estos personajes son ahora masistas, como el propio Cartagena. El mundo judicial se convirtió en masa al masismo. Claro, los negocios son los negocios y pues hacerse masista no es problema para el mundo del hampa. Y el triunfalismo de Evo, cristiano y revolucionario, cree que realmente se “convirtieron” y con sus discursos magistrales “cambiaron” hacia el cambio. Ya no distingue la realidad, sino las apariencias y los magníficos asuntos del poder. Entonces pues, el mundo judicial navega otra vez en sus aguas. Sus negocios están a buen recaudo y nada tienen que temer por ello. La practicidad y la velocidad de sus movimientos como hampa judicial ha sido efectivo, sus resultados son elocuentes y evidentes: nada ha cambiado. El discurso aguanta todo, como el papel.
Esta maquinaria judicial colonial, sigue vigente. Mientras las cúpulas del MAS se enseñorean con los Cambios y las Macro Estructuras del Desarrollo, la cotidianidad del ciudadano común no ha cambiado. En el mundo “legal” seguimos con las colas largas y antidiluvianas en las ventanillas de trámites, cuando eso se puede resolver por internet. Seguimos, para cada trámite, contratando aboganster porque su sello es lo que vale, más que nuestros trámites. Y seguimos coimeando en cada ventanilla para “acelerar” los procedimientos “legales”. Es decir, el abuso, la coima, el aceiteo, la tardanza a las calendas griegas y la extorción son ejercicios cotidianos, tan cotidianos como los discursos de Cambio y Vientos Nuevos.
Espero sinceramente que pase ya la euforia de los discursos, de la borrachera triunfalista y poco objetiva frente a la realidad. Y entonces podamos enfrentar lo cotidiano, aquello con lo que los ciudadanos tenemos que lidiar, para resolver nuestros asuntos estructurales, institucionales y familiares. Y realmente por fin podamos enfrentar como colectivos aquellas taras mentales, grupales y coloniales que hoy por hoy se protegen desde adentro del propio MAS.
Cochabamba, 24 de Agosto de 2010.
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