Serie personal: MITOS CRUCEÑOS
“La producción de soya es el motor del desarrollo cruceño y genera empleos y divisas para el país”.
“La producción de soya es el motor del desarrollo cruceño y genera empleos y divisas para el país”.
Por: Omar Quiroga Antelo
El presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Reinaldo Díaz, dijo recientemente “Nosotros como sector generamos más de 400 millones de dólares en divisas para el país cada año, creamos más de 140 mil empleos directos e indirectos y lo más importante, con nuestra producción, los bolivianos se alimentan con diferentes productos”, El Diario, 23 de junio de 2007.
Quiero partir de esta afirmación, pues no es la primera vez que se la menciona públicamente. También se complementa la información afirmando que se cultivan aproximadamente 1 millón de hectáreas que producen 2 millones de toneladas de soya.
La pregunta que inmediatamente se me viene a la cabeza al escuchar esta afirmación es: ¿A quiénes benefician los 400 millones de dólares de divisa que supuestamente entran al país?. La otra ¿Realmente son 400 millones los que ingresan y se quedan en nuestro país?.
Veamos algunos datos técnicos que nos pueden ayudar a desentrañar lo que realmente ocurre en la actividad agrícola con relación a este cultivo.
Si consideramos que los costos de producción para cultivar una hectárea de soya alcanzan a los 200 dólares aproximadamente, para cultivar un millón de hectáreas se necesitan 200 millones de dólares. Pero, ¿en qué se gastan esos recursos?. De la estructura de costos de producción que maneja ANAPO, se sabe que el 55% corresponde a costos en agroquímicos y que se sepa, el 80% de los mismos se los compra fuera de nuestras fronteras. También se necesita diessel y maquinaria los cuales significan un 25% del costo de producción. El primero es subvencionado por el Estado y se lo debe importar desde la Argentina y la maquinaria en su mayoría se la adquiere del Brasil. Luego, solamente el 20% significa mano de obra. Si además consideramos que se emplean 5 empleos por cada 2.500 hectáreas de soya cultivada, concluiremos que se generan 4.000 empleos directos en esta actividad y suponiendo que el efecto multiplicador signifique un 1.000% adicional de empleos indirectos, el total de empleo generado sería de aproximadamente 40.000 empleos, muy por debajo de los 140.000 empleos que menciona el presidente de ANAPO.
Ahora bien, si para producir una hectárea de soya se invierten 200 dólares, se producen como promedio 2 toneladas de soya por hectárea que a un precio de 200 dólares, significan un ingreso bruto de 400 dólares por hectárea y si deducimos los costos, concluiremos en que se genera una utilidad de 200 dólares por hectáreas, lo que significarían 200 millones de dólares para toda la superficie producida. De esta ganancia, ¿quiénes se llevan la mayor parte?. Se sabe según datos de ANAPO que el 60% de la superficie cultivada de soya está en manos de brasileros y menonitas, otro 13% en manos de japoneses y rusos y un escaso 27% en manos nacionales, ya sean estos grandes, medianos o pequeños productores. Por tanto, concluiremos que al menos el 73% o se va del país o se queda en manos extranjeras. O, ¿dígame alguien si los brasileros y menonitas invierten su dinero en Bolivia?.
Si consideramos que el 80% de los costos de producción significan insumos y maquinaria que hay que adquirir en otros países y si el 73% de las ganancias está en manos extranjeras, queda demostrado que solamente un escaso 23,5% del negocio, es decir, solamente 94 millones de dólares circulan en Bolivia. Y, ¿a costa de qué?. De la degradación acelerada de nuestros suelos debido a las malas prácticas que se realizan y al extremo monocultivo, tema motivo de otro artículo.
La Paz, 13 de julio de 2007