22 de octubre de 2010

El FMI recomendó a la Argentina seguir "el ejemplo de Bolivia"

En su informe "Las Américas: Caluroso en el Sur, Más frío en el Norte", el organismo internacional advirtió que "en el caso de Argentina, por ejemplo, mejorar el acceso a los mercados internacionales exige avanzar en los esfuerzos para regularizar las relaciones con los acreedores". También recomendó "adoptar políticas macroeconómicas más prudentes y establecer instituciones que les permitan poner fin a las políticas fiscales procíclicas".
19/10/2010 16:09

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) El Fondo Monetario Internacional (FMI) reclamó "desacelerar la expansión del gasto con respecto a las altas tasas recientes". Y afirmó que "la demanda tiene que moderarse o podrían exponerse al riesgo de sobrecalentamiento, inflación y deterioro de la cuenta corriente. Las políticas de estímulo fiscal y monetario están impulsando la demanda y contribuyendo a elevar la inflación".

En el estudio, el Fondo sostiene que "en Argentina y Paraguay, por ejemplo, el fuerte crecimiento se apoya en los importantes vínculos comerciales intrarregionales con Brasil, un repunte de la agricultura luego de la sequía de 2009 y políticas sumamente estimulativas".

Y añade "las políticas de estímulo fiscal y monetario están impulsando la demanda y contribuyendo a elevar la inflación. En lo que va del año, los agregados monetarios crecen a un promedio anual superior al 20%, mientras que el gasto primario se está acelerando a niveles que superan el crecimiento tendencial en la mayoría de los países".

El organismo recomienda "para estos países sería conveniente adoptar políticas macroeconómicas más prudentes y establecer instituciones que les permitan poner fin a las políticas fiscales procíclicas y aislar sus economías de las oscilaciones bruscas de los precios de las materias primas".

Además, pide seguir los pasos del gobierno de Evo Morales, al asegurar que "el ejemplo de Bolivia es ilustrativo, ya que muestra que una gestión cuidadosa de los ingresos generados por los productos energéticos es perfectamente compatible con un gasto social correctamente focalizado y genera importantes réditos en términos de estabilidad".

"En el caso de Argentina, por ejemplo, mejorar el acceso a los mercados internacionales exige avanzar en los esfuerzos para regularizar las relaciones con los acreedores", dice el FMI.
En su informe regional "Las Américas: Caluroso en el Sur, Más frío en el Norte", presentado en Bogotá, el FMI mantiene las previsiones de crecimiento para América Latina -de 5,7% en 2010 y 4% para el año próximo- que auguró en sus "Perspectivas de la Economía Mundial" publicado durante su reunión anual en Washington a comienzos de mes.

El contexto más favorable sigue siendo para la mayoría de los países sudamericanos, cuya previsión de crecimiento se estima en 6,3% este año y 4,1% el próximo.

Pero a la par les advierte de los riesgos de un "estímulo excesivo" de la demanda y del crédito que, afirma, podrían llegar a "niveles insostenibles".

"Para la mayoría de los países de América del Sur, lo más importante es evitar que la demanda y el financiamiento, de por sí positivos, creen riesgos debido a posibles excesos", sostuvo también el economista jefe para el Hemisferio Occidental del FMI, Nicolás Eyzaguirre.

"Aunque la fuerte recuperación de la demanda interna ha sido beneficiosa, permitiendo a estas economías recuperar el potencial, su expansión rápida y continua podría provocar sobrecalentamiento, inflación y aumento de los déficits en cuenta corriente", señala también el informe.

Por ello, el FMI considera "esencial" que dichos países "retiren a tiempo las políticas de estímulo, asegurando al mismo tiempo que la combinación de políticas monetarias y fiscales no exacerbe la entrada de capital".

En este sentido, señala como "primera línea de acción inmediata" en la mayoría de los países la política fiscal con énfasis en "desacelerar el crecimiento del gasto público".

A juicio del FMI, esto permitirá que la política monetaria "juegue un papel secundario" y que las tasas de interés "regresen a niveles neutrales de manera más gradual de lo que se requeriría en otros casos".

19 de octubre de 2010

¿Libertad de expresión?

Mario Iván Paredes Mallea
¿Para qué?
Vividos estos tiempos ¡qué especiales son!Tiempos de tensión, de cólera, de comprensión, de construcción. Tiempos muy otros. Y no podían serlo menos, pues vivimos el nacimiento de algo y el inicio de la muerte de otro algo.
Con pretexto de la promulgación de la Ley contra el racismo y toda forma de discriminación, por estos días se están dando a conocer quienes son, todavía, los que andan en son de continuar cultivando ideas y comportamientos que hicieron un daño inmenso a este país.
La mayoría de los propietarios de medios de comunicación, muchos periodistas comprometidos con la derecha política y no tan pocos periodistas despistados, se manifestaron de diferentes formas en contra de dos artículos de la mencionada Ley.
No es propósito nuestro analizar el contenido de ambos artículos. Pero lo que sí merece la pena meditar es la relación que existe entre el contenido de los dos artículos y las reacciones de los mencionados en párrafo anterior.
Su argumento concentrado en una frase política dice que quieren “libertad de expresión”.
¿Libertad de expresión?, ¿para qué? ¿Para contribuir en la continuación del proceso de colonización de las mentes de los bolivianos?
¿Libertad de expresión?, ¿para qué? ¿Para tener la libertad de decir, de todas las formas posibles, su desprecio por los de piel morena o por los de piel clara?
¿Libertad de expresión?, ¿para qué? ¿Para utilizar de las formas más elementalmente banales el idioma castellano? Y, así, ¿contribuir en el empobrecimiento del uso del idioma entre la gente de este país?
¿Libertad de expresión?, ¿para qué? ¿Para continuar distorsionando las noticias?
¿Libertad de expresión?, ¿para qué? ¿Para continuar ocultando las noticias?
¿Libertad de expresión?, ¿para qué? ¿Para continuar manipulando las noticias?
¿Libertad de expresión?, ¿para qué? ¿Para continuar denigrando con las noticias?
¿Libertad de expresión?, ¿para qué? ¿Para continuar ensalzando con/en las noticias a quienes son sus aliados políticos?
¿Libertad de expresión?, ¿para qué? ¿Para denigrar a sus enemigos políticos?
¿Libertad de expresión?, ¿para qué? ¿Para hacer de la mujer un ridículo instrumento de sus obscenidades?
¿Libertad de expresión?, ¿para qué? ¿Para hacer del diferente motivo de burla, de desprecio y de menosprecio?
¿Libertad de expresión?, ¿para qué? ¿Para acudir al expediente más fácil de hacer bromas y chistes sobre la base de lo que mata moralmente a este país, es decir, el racismo?
¿Libertad de expresión?, ¿para qué? ¿Para acudir al recurso grotesco de hacer del sexo motivo de permanente burla y sarcasmo?
¿Libertad de expresión?, ¿para qué? ¿Para continuar alimentando nuestras mentes con ideas que están destruyendo las condiciones de reproducción de la vida en el planeta todo?
¿Libertad de expresión?, ¿para qué? ¿Para continuar alienando las mentes de la gente de este país, hasta el grado de desarrollar, in crescendo, la ilogicidad, el irracionalismo y la anticientificidad?
¿Libertad de expresión?, ¿para qué? ¿Para continuar con el desarrollo de aquellas palabras y conceptos que sirvieron durante siglos al objetivo de justificar la explotación inmisericorde de la fuerza de trabajo de la gente que trabaja en este país?
¿Libertad de expresión?, ¿para qué? ¿Para continuar haciendo creer que es lo mismo jerarquía eclesiástica que religiosidad popular?
¿Libertad de expresión?, ¿para qué? ¿Para continuar introduciendo en nuestros corazones el veneno del individualismo sobre la solidaridad entre los humanos?
¿Libertad de expresión?, ¿para qué?
Ellos dicen que nosotros queremos cerrar sus medios de comunicación. Nosotros deberíamos decir: “si quieren ese tipo de libertad de expresión, ¡sí, eso queremos!”
No queremos periodistas que hacen de la profesión un instrumento de lucha en contra de la humanidad.
Deseamos que se desarrollen las facultades mentales, síquicas, espirituales, morales, éticas, estéticas, artísticas para ponerlas en función y al servicio de la humanidad toda.
Siempre va a ser bueno cualquier momento para comenzar a cambiar todo. Y ahora va llegando el tiempo de emprender el cambio del uso de las palabras, de las imágenes, de las ideas hechas comunicación.
¡Basta de improperio, de mentira, de desfachatez, de desvergüenza, de hipocresía!
Queremos libertad de expresión pero para que se luche con espadas brillantes, no con envolturas engañosas.
Queremos libertad de expresión para que se enfrenten los adversarios mostrándose tal cual son, y no como lo muestran aquellos maquillajes que ocultan los verdaderos rostros.
Queremos cambios de verdad, no parodias.
Santa Cruz, 10 de octubre de 2010

El indio en la prensa

Por: Miguel García Angelo
Una de las últimas producciones intelectuales más desafiantes, no solamente a la historia boliviana intencionalmente mal contada y recreada desde las diferentes instituciones sociales hasta las producciones propias de la intelectualidad nacional y escrita aperiodísticamente en los diarios del país desde la Guerra Federal de 1899 hasta nuestros días, y sugestivas para repensar y seguir profundizando el nuevo Estado Boliviano, fue presentado el libro “El indio en la prensa: representación racial de la prensa boliviana con respecto a los levantamientos indígenas/campesinos (1899-2003)”, del pensador social Yuri F. Tórrez en la ciudad de Cochabamba.
El libro de Tórrez describe la concepción y práctica racista y discriminatoria que reflejaron periódicos nacionales desde 1899 hasta el 2002; veamos los siguientes ejemplos: “…Ponga término a los salvajes excesos en que se ejercita el carácter feroz del indio aimará...” reflejaba el periódico cochabambino El Heraldo un 27 de enero de 1899; “…será una guerra de civilización y la barbarie, entre razas progresistas o refractarias… hoy tiene como sombra negra, como terrible amenaza, a su indiada aimará…” se escribía en el periódico chuquisaqueño El Correo del Plata un 18 de febrero de 1899; “… una medida de represión enérgica, se impone atajo al desborde sanguinario de los indios; ya un distinguido publicista boliviano, ha dicho entre otras cosas lo siguiente: Hay una época del año en que la Municipalidad se preocupa de hacer envenenar a los perros y arrojarlos puente abajo, sería una medida muy eficaz, si se hiciera con los indios otro tanto…” reflejaba el periódico paceño La Reforma un 15 de marzo de 1921; el artículo Don Demetrio Canelas y los alzamientos indigenales, publicado en el periódico La Razón, de La Paz, un 21 de agosto de 1927 decía “… la raza indígena está evidentemente en una condición degradante. La libertad no ha sido aún conquistada para ella. El régimen de la propiedad rural, asimila al indio en Bolivia al siervo de la edad media. No tiene, por tanto, independencia y soberanía económica. Tampoco tiene cultura…”; “…No es posible permitir que abusando de la ignorancia de nuestros campesinos se los lleve a extremos censurables. La ansiedad de la raza indígena, es explotada con fines políticos, confundiendo un problema social con un elemento más de acción proselitista…” describía el periódico también paceño La Noche un 27 de julio de 1947; también, un 24 de noviembre de 1979, en el periódico de Cochabamba Los Tiempos, en el artículo de Manuel Zanzetenea se describía que “… una mayoría de los escritores coincide en que para incorporar al indio a la civilización moderna se precisa plantear el asunto desde el punto de vista económico...” Finalmente, ya llegando a la actual década, en la columna editorial del periódico paceño La Prensa (un 5 de octubre de 2000), se escribía que “…en Bolivia, la modernización no ha sido suficiente para transformar del todo al agro… también se encuentra en la innegable carga racista de los sublevados y en sus utopías de regreso a un imaginario paraíso pre-capitalista e incluso pre-colonial. Idealizar el pasado es una típica reacción en contra de los incesantes y casi crueles – darwinistas – mutuaciones de la sociedad moderna…”; otra editorial de fecha 8 de octubre de 2000, titulada El Mallku plantea una guerra racial en el periódico El Diario de La Paz muestra que “…en cambio el móvil de la insurrección aymara es muy distinto y, a la vez, más grave. No persigue fines económicos, sino que plantea una guerra racial a partir de las posiciones de su líder Felipe Quispe, un ex terrorista del Ejercito Guerrillero Tupac Katari, quien proclamó la expulsión de los ´blancos´ del país y que ha llegado la hora de la venganza aymara después de 500 años de esclavitud…”.
Todas las citas descritas anteriormente son apenas una pincelada de la riqueza de información histórica que presenta el libro de Tórrez. Casualmente, o mejor dirían los holistas que la historia no es lineal por lo que los hechos siempre se repetirán, estas últimas semanas Bolivia debate la Ley contra el Racismo y toda forma de Discriminación, ya promulgada por cierto, y como si la historia refrescase la memoria nacional, en particular a quienes son periodistas y dueños de medios de comunicación, y que hoy en día cuestionan dicha ley les dijese que el indio en la prensa es también un sujeto – y no objeto - pleno del derecho a la comunicación y a la información.

18 de octubre de 2010

¿Libertad de expresión sin disidencias?

Soledad Antelo (Santa Cruz)
Octubre 15th, 2010 on 11:17 am

Después de varios días de huelgas de “hambre” y marchas de periodistas y empresarios de la comunicación, es indudable que la demanda de “libertad de expresión” trasciende las aspiraciones de un gremio determinado, para proyectarse como una bandera de la oposición, tan venida a menos últimamente en la región y en Bolivia.
Tal reconocimiento se evidencia, incluso, en la torpeza del periódico El Día de Santa Cruz, cuyo director instruye poner el siguiente e inquietante título:
Rechazo: Estados Unidos se suma a la recolección de firmas
Un despistado lector podría imaginar al Congreso de Estados Unidos reunido en pleno, junto al Presidente Barack Obama, tratando el espinoso asunto que, a juzgar por los deseos de don Cayetano Llobet, debería formar parte de la agenda mundial de la primera potencia… Pero no, sólo se trata de “un periodista de”, que afirma ser comunicador. Así continúa la “noticia”:
Un periodista de Estados Unidos se sumó ayer a la recolección de firmas que se realiza en los nueve departamentos en rechazo a dos artículos de la ley antirracismo que cierra medios de comunicación y que pretende encarcelar comunicadores.
“Mi nombre es Carlos R. Fernández comunicador en los Estados Unidos por 25 años, en Washington, vamos a empezar a recolectar firmas de los bolivianos que radicamos aquí”, dice en una carta que ayer fue leída en el piquete de huelga de hambre en Santa Cruz.
Claro está, hay que hacer bulla, mostrar un masivo apoyo de todo lado: es la humanidad ofendida que se levanta contra el masismo totalitario que pretende encarcelar a cuanto comunicador opositor encuentre.
Para lograr no sólo un efecto de bola de nieve, se involucra incluso a la jerarquía católica. Ésta, fiel a su tradición, muestra una vez más su opción no precisamente por aquellos a quienes el Señor consideró sus favoritos; hoy, sus vicarios (al menos en sus altas esferas) parecen estar en desacuerdo con los preferidos de Jesús, en nombre de la libertad de expresión. Que en ese mismo nombre se silencie por la vía de la omisión cualquier expresión contraria de sacerdotes y monjas comprometidas con los humildes, puede ser asunto interno de la Iglesia.
Pero no lo es la actitud de periodistas y comunicadores que pretenden absoluta coincidencia y alineamiento con la postura de los dueños de los medios de comunicación en su oposición a la Ley contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación.
Resulta entonces contradictorio, por decirlo de una manera suave, que esos periodistas y comunicadores –a quienes les asiste el derecho de confundir sus intereses con los de sus patrones– se vean en la necesidad de ningunear, primero, y luego hostilizar, a sus colegas que dicen estar de acuerdo con la necesidad de sancionar el delito del racismo y la discriminación.
Por esa vía, se deja en la oscuridad del silencio a las voces que se han propuesto aportar a la reglamentación de la ley. Por supuesto, para muchos intelectualistas de micrófono, la voz de campesinos, de trabajadores en radios comunitarias, de sindicatos de medios alternativos y del círculo de periodistas mujeres, por citar sólo algunos, no sólo que no existe, sino que debe ser silenciada, en nombre de la libertad de expresión.
No en vano han anunciado la pronta defenestración de Boris Quisbert, Ejecutivo de la Federación de Trabajadores de la Prensa de La Paz. Su delito: estar de acuerdo en sancionar los delitos. El fácil expediente de la polarización, expuesta de manera trágicamente magistral por George W. Busch, es aplicada ahora en este caso: o estás con “la libertad de expresión” o con el “totalitarismo” y la ley “mordaza”.
Manipulación más, manipulación menos, el llamado cuarto poder pierde día a día credibilidad. Pareciera no haberse dado cuenta que de nada sirvió todo su aparato, sus campañas, sus dineros, sus especialistas sesudos y toda su parafernalia, a la hora de convencer al pueblo de qué es bueno y qué es malo para el país.
Por supuesto que los colegas periodistas tienen derecho a formar parte de las filas opositoras al proceso de cambio. Pero, por favor, no nos timen con aquello de “libertad de expresión”; que la tienen hasta hartarse.
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17 de octubre de 2010

La oligación de rendir cuentas

Escribe: aníbal jerez Lezana

Si es tu plata, es decir, si es nuestra plata la que administra el Presidente con sus Ministros, los Gobernadores con sus Secretarios, los Alcaldes con sus Oficiales Mayores y demás poderes y servidores públicos, ellos ESTÁN OBLIGADOS A RENDIR CUENTAS de por qué tomaron esa decisión y como gastaron la plata; legalmente es obligatorio hacerlo con suficiente respaldo, lo contrario sería una GESTIÓN MUDA y penalmente un INCUMPLIMIENTO DE DEBERES.
Eventualmente se conoce -de alguna autoridad pública superior- la organización de actos formales preparados a la medida más de un acto promocional de la imagen del político que de la obligación y responsabilidad legal de la rendición de cuentas, son típicos actos litúrgicos con un solo protagonista, el informante del alto cargo publico como el que reza la misa y los otros alaban lo que dice el señor, los invitados que generalmente son llevados previamente seleccionados solo escuchan, aplauden y reciben algún folleto en el mismo acto; como todo es preparado, colorido y hasta con comida, no esta en el libreto que el ciudadano pueda ejercer su derecho de hacer preguntas incomodas, de criticar, de exigir razonamientos y argumentaciones por decisiones tomadas, el acto con el nombre de “rendición de cuentas” se convierte en una acción de “rendición de cuentas” vertical, unilateral y solo para fines publicitarios.
El acto de la RENDICION DE CUENTAS es una obligación de todo gobierno ante el pueblo y un derecho del ciudadano, debe ser un acto amplio y de dialogo critico, un acto de hacer preguntas por parte de los ciudadanos o sus representantes y recibir amplias respuestas de la autoridad pública, obviamente con argumentos y respaldos suficientes en información y documentación de por qué decidió esos proyectos y como gasto los recursos administrativa y legalmente, si no lo hace de esa manera, los ciudadanos están en su derecho de dudar de la probidad del servidor público, está en su derecho de cuestionar la gestión y de usar otras vías incluso las coercitivas para lograr acceder a la información de una rendición de cuentas. Y esta obligación es nueva ?, no es nueva, esta obligación ya esta establecida hace veinte años en la vieja Ley SAFCO –ley de administración y control gubernamental- la misma que en su Art. 1 inciso c) establece que uno de los objetos de la ley es “lograr que todo servidor público, sin distinción de jerarquía, asuma plena responsabilidad por sus actos rindiendo cuenta no solo de los objetivos a los que se destinaron los recursos que le fueron confiados, sino también de la forma y resultados de su aplicación”; si Ud. conoce algo parecido, probablemente sea ciencia ficción.
La obligación de rendir cuentas de la gestión pública, es decir de transparentar la gestión, ha sido fortalecida en la nueva Constitución Política del Estado, veamos: El Art. 21 numeral 6 establece que los bolivianos y bolivianas tienen los siguientes derechos: Acceder a la información, interpretarla, analizarla y comunicarla libremente, de manera individual o colectiva, el Art. 24 precisa que toda persona tiene derecho a la petición de manera individual o colectiva, sea oral o escrita, y a la obtención de respuesta formal y pronta con el solo requisito que la identificación del peticionario.
Afirmando el concepto, el Art. 232 de la CPE establece que la Administración Pública se rige – entre otros- por los principios de legalidad, transparencia, honestidad y responsabilidad, al mismo tiempo establece que son obligaciones del servidor público rendir cuenta sobre las responsabilidades en el ejercicio de la función pública. La Ley No. 004 en su Art. 4, entre otros establece el principio de LA TRANSPARENCIA, que consiste en la práctica y manejo visible de los recursos de Estado por las servidoras y servidores públicos y el Art. 235 numeral 4 indica que es obligación del Servidor Público rendir cuenta sobre las responsabilidades económicas, políticas, técnicas y administrativas en el ejercicio de la función pública.
Las causas de la opacidad o gestión poco transparente y falta de rendiciones de cuentas están en la deficiente cultura y ética de responsabilidad por parte de los servidores públicos, además de la permisibilidad de los ciudadanos que estimulan lo incorrecto. Lo indicado y citado es por demás suficiente para que un servidor público conozca la dimensión de sus obligaciones y el riesgo del incumplimiento de sus deberes -acción de hacer o no hacer haciendo, negarse o retardarse a cumplir con sus deberes asignadas a los cargos-, delito que está plenamente tipificado en el Código Penal y en la Ley Marcelo Quiroga.
Ni tan difícil que fuera la obligación y el desafío, los ciudadanos esperan una voluntad política efectiva de transparencia de los políticos en función de gobierno principalmente de las Máximas Autoridades Ejecutivas, luego su gestión debe asumir como una política de Estado la transparencia y la rendición de cuentas adecuando su estructura técnico organizacional, su personal debe ser reeducado en el pleno servicio público y toda la entidad debe organizar su plataforma de control interno previo y posterior, de tal manera que la transparencia para los ciudadanos, para la Contraloría y para los órganos de fiscalización e investigación sea un atributo sobresaliente e inherente a la gestión pública; con seguridad se fortalecerá la democracia y se revalorizara la gestión pública.

Periodistas que rechazan una ley que no la leyeron

Por Antonio Peredo Leigue
Periodista y ex senador del MAS


No se tiene vergüenza por las torpezas cometidas, sólo cuando las descubren; debemos tener el valor de disculparnos públicamente por la torpeza antes que nos la enrostren. De la misma manera, la vergüenza no es ni puede ser tan simple, que sólo la sintamos por nuestros errores y groserías; sentimos vergüenza por lo que hacen nuestros semejantes, aquéllos a quienes nos sentimos más ligados de una forma o de otra.
Del mismo modo que nos avergonzamos porque uno de nuestros funcionarios muestra fotos íntimas de otra persona para acusarlo de ¿faltas a la moral?, sentimos vergüenza por los periodistas que se lanzan contra una ley que ni siquiera leyeron. Concretamente se trata de la “Ley contra el Racismo y toda forma de Discriminación” promulgada el viernes pasado; específicamente, los dueños de los medios de comunicación y los periodistas reclaman contra los artículos 16 y 23.
Veamos esos artículos: “Artículo 16.- Prohibición de restringir el acceso a locales públicos”, que tiene tres parágrafos con normas para que estos locales estén obligados a exponer afiches y cualquier otra forma de publicidad contra el racismo. En cuanto al artículo 23, se trata de incorporar un artículo al Código Penal, con el siguiente texto: “Se elevarán en un tercio el mínimo y en un medio el máximo, las penas de todo delito tipificado en la Parte Especial de este Código y otras leyes penales complementarias, cuando hayan sido cometidos por motivos racistas y/o discriminatorios descritos en los artículos 281 bis y 281 ter de este mismo Código. En ningún caso la pena podrá exceder el máximo establecido por la Constitución Política del Estado”.
Puede pensarse que, en el texto final de la ley, los artículos que empresarios y periodistas al unísono condenan, han cambiado de número. Puede ser, pues el artículo 17 dice: “(Medios masivos de comunicación) El medio de comunicación que autorizare y publicare ideas racistas y discriminatorias será pasible de sanciones económicas y de suspensión de licencia de funcionamiento, sujetos a reglamentación”. En cuanto a la otra indicación, se halla en el artículo 25, como una incorporación al Código Penal, con este texto: “(Difusión e incitación al racismo o la discriminación). La persona que por cualquier medio difunda ideas basadas en la superioridad o en el odio racial o que promuevan y/o justifiquen el racismo o toda forma de discriminación por los motivos descritos en el Art. 281 Bis y 281 Ter o incite a la violencia o la persecución de personas o grupos de personas fundados en motivos racistas o discriminatorios, será sancionado con la pena privativa de libertad de uno a cinco años. La sanción será agravada en un tercio del mínimo y en una mitad del máximo, cuando el hecho sea cometido por un servidor/a o autoridad pública. Cuando el hecho sea cometido por un/a trabajador/a de un medio de comunicación social, o propietario del mismo, no podrá alegarse inmunidad ni fuero alguno”.
Vale decir: no se trata de los artículos 16 y 23, sino de 17 y 25 y es la misma numeración del proyecto. No es que haya sido error de un momento, sino que desde que estaba en discusión en la Cámara de Diputados, se usó tales números y se los siguió usando después de la promulgación de la ley. Los periódicos extranjeros y los organismos internacionales se refieren al tema usando esa numeración.
Cuando alguien se toma el trabajo de leer esos dos artículos, la primera impresión que tiene es que, quienes protestan, no los leyeron y, por tanto, no saben contra qué protestan. Rectificación: en realidad, sí lo saben, pues están protestando contra el gobierno. Al menos, así lo dicen los periodistas de El Alto; sí, de El Alto de La Paz que han declarado, al presidente Evo Morales, enemigo de esa ciudad. Que el director de un periódico opositor se sume a una huelga de hambre y que la Asociación Nacional de la Prensa (ANP), que reúne a los empresarios, esté en tal campaña, es de esperar. Pero, que lo hagan los periodistas de El Alto, llama a una reflexión profunda.
La primera cuestión es ver si tienen la razón de su parte. Más allá de la numeración de artículos, atendamos a los textos referidos a los medios de comunicación y a los periodistas. El primero dice: “El medio de comunicación que autorizare y publicare ideas racistas y discriminatorias será pasible de sanciones económicas y de suspensión de licencia de funcionamiento, sujetos a reglamentación”. ¿Consideran acaso, los periodistas, que el medio en que trabajan debe tener libertad para publicar ideas racistas y discriminatorias? Esperemos que no sea eso lo que defienden. Pensemos que, más bien, se trata de defender la libertad de expresión, sea cual fuese la forma en que se exprese. Pero entonces, la libertad no tiene límites, lo cual es un contrasentido. Si es así no debiera haber leyes; que cada cual haga lo que se le antoje. Es un absurdo.
Pasemos al otro artículo, el 25, en el que un parágrafo establece: “La persona que por cualquier medio difunda ideas basadas en la superioridad o en el odio racial o que promuevan y/o justifiquen el racismo o toda forma de discriminación por los motivos descritos en el Art. 281 Bis y 281 Ter o incite a la violencia o la persecución de personas o grupos de personas fundados en motivos racistas o discriminatorios, será sancionado con la pena privativa de libertad de uno a cinco años. La sanción será agravada en un tercio del mínimo y en una mitad del máximo, cuando el hecho sea cometido por un servidor/a o autoridad pública. Cuando el hecho sea cometido por un/a trabajador/a de un medio de comunicación social, o propietario del mismo, no podrá alegarse inmunidad ni fuero alguno”. Es decir, se castiga la difusión de ideas basadas en el odio racial, la justificación de formas de discriminación y la incitación a la violencia o la persecución por motivos racistas. Quienes lo hagan tendrán de 1 a 5 años de cárcel y, si son funcionarios públicos, de un año y medio a siete años y medio de prisión. En el caso del propietario de un medio de comunicación o un periodista, no podrá alegar inmunidad ni fuero alguno. Uno tiene que preguntarse: ¿cuándo tuvieron fuero o inmunidad los periodistas?, ¿acaso un periodista no está sometido a las leyes?
Otra cosa distinta es la libertad de expresión. Es el derecho a difundir sin restricciones las ideas, siempre que éstas no estén en contra de la sociedad, cuando no inciten al odio, en tanto sean de consenso o confrontación racional. La libertad de expresión supone el privilegio de mantener reserva sobre la fuente de información. La libertad de expresión es el derecho de todos y, en el caso de los periodistas, el deber de orientar la opinión pública. ¿Cuál de estas facetas de la libertad de expresión se vulnera con los artículos señalados en la Ley contra la Discriminación?
Pero, claro, como estamos en democracia, los poderes derrotados en seis consultas públicas realizadas en cinco años, encuentran un nuevo pretexto para ponerle trabas, obstaculizar el proceso de cambio.
Una publicación local, más allá de toda sospecha de apoyar al gobierno, incluye un largo artículo del sociólogo francés Michel Weiviorka, quien dice, en un párrafo: “Las herramientas que tienen las democracias para luchar contra tales prácticas (de discriminación y racismo) son desiguales, así como la forma en que las encaran. Las democracias corren el riesgo de que se las enfrente con sus propias reglas de funcionamiento, sobre todo cuando sus textos fundamentales prohíben toda traba a la libertad de expresión”. Tal parece que el analista está refiriéndose a lo que ocurre en Bolivia pero, por supuesto, el señor Weiviorka desconoce la realidad de nuestro país. Termina el artículo diciendo: No hay fundamento entonces para exonerar a los medios de comunicación de toda responsabilidad en la evolución del racismo (y la discriminación), como si tan solo lo repercutieran o lo vehicularan; tampoco se les puede imputar una mayor responsabilidad, como si funcionaran con total independencia, fuera de las relaciones sociales.
Es así: los medios de comunicación son responsables, pues sus propietarios aprueban o rechazan, disponen o prohíben, lo que se publica en su medio. Y son también responsables los periodistas, pues a ellos les corresponde el cuidado y el ejercicio responsable de la libertad de expresión. Y habrá que insistir: no es de ellos toda la responsabilidad. Por eso, son dos artículos que se refieren a éstos; el resto de la ley se refiere a la sociedad en su conjunto y, cuando se trata de servidores públicos, con más dureza.
Nos da vergüenza, por todo lo señalado, que tanto empresarios de los medios como los mismos periodistas digan: Estamos de acuerdo con la Ley contra el racismo, pero no nos prohíban incitar a hacerlo o publicar sus expresiones.
No es vergüenza ajena. Siento vergüenza propia de que esto esté ocurriendo en mi país, promovido por mis colegas.

8 de octubre de 2010

Comandante Che Guevara, tu luminosa vida

Un día más pasará y recordaremos el día de tu muerte. Sin embargo, para nosotros, los quijotes de estos tiempos, tu muerte y tu vida son tan luminosas como ninguna. Hablar de tu muerte es hablar del fin de tu singular vida. Hablar de tu muerte es hablar de tu nacimiento a la vida por siempre.
Pero ¿cómo llegaste a nacer cuando morías?, o mejor ¿cómo llegaste a vivir, para no morir nunca más?
Pues sencillamente porque viviste como un ser humano revolucionario; porque fuiste esencia combinada de práctica virtuosa de inteligencia y voluntad, las dos cualidades más importantes del espíritu humano.
Porque hiciste del cultivo de la inteligencia una silenciosa y permanente práctica de vida.
Porque no estaba en tus propósitos ser un hombre mediocre.
Porque forjaste tu voluntad con delectación de artista, como vos mismo lo dijiste.
Porque la combinación multifacética de tu inteligencia y de tu voluntad se expresaron en un profundo sentimiento de amor, en amor dado a los otros y las otras.
Porque te entregaste a la humanidad por medio de una causa.
Porque quién como vos y los tuyos que padecieron tanto y sin quejarse en las selvas y montañas.
Quién como vos pudo haber manifestado su inteligencia en situaciones tan difíciles durante tus recorridos y combates por las montañas de Bolivia.
Quién como vos pudo haber creado un estilo de vida, sencillo y austero, que ahora son muestra de los caminos estrechos y anchos de una vida mejor.
Quién como vos pudo habernos mostrado cómo tratar al enemigo: con piedad cuando es prisionero, con firmeza y valentía cuando se es prisionero de ellos.
Quién como vos para demostrar absoluta valentía frente a la muerte segura.
Quién como vos para dar cariño infinito a los niños y niñas.
Quién como vos para dar amor profundo y extenso a la mujer amada.
Quién como vos para dar todo sin esperar nada a cambio.
Comandante Guevara, tu luminosa vida, ilumina todavía las nuestras.
Deja que tu inmenso sol y tus varias estrellas iluminen nuestras acciones.
Pero seguro practicarás, como vos lo hacías, libertad para ser como nosotros queremos ser.
Y estarás en paz con nosotros porque no serás un jefe, sino un compañero, un amigo.
Invertirás en tu vida pasión y trabajo, y no dinero como lo hacen los otros.
Y tu ganancia será la felicidad de los demás, y no el sufrimiento de los de abajo.
Compartiremos, como lo hiciste siempre en los montes, hasta la más insignificante de las porciones de lo poco de alimento que tengamos.
Y nos prestarás tus ojos y tu bella y tierna mirada, para que en ellas se reflejen la pureza de nuestros sentimientos y de nuestros pensamientos.
Y compartiremos tus luminosas palabras, dichas con sincero amor, no para ganar simpatías, sino para comenzar a cambiar el mundo en uno mejor para todos.
Y trataremos de luchar como vos lo hiciste: sin desmayos ni descansos, sin temores ni vacilaciones, con arrojo y decisión; siempre con la fe puesta en la victoria final.
Y reconoceremos y enderezaremos sincera y honestamente nuestros errores, con la lealtad del convencido, que así… también se puede triunfar.
Además, vos dijiste en una oportunidad que todos los días la gente se arregla el cabello, ¿por qué no el corazón?
Y nos esforzaremos por hacer lo que tantas veces recomendaste: estudiar, estudiar y estudiar.
Y veremos que es el trabajo y no la ociosidad la fuente de la riqueza de las naciones.
Por lo que, nos miraremos con unos ojos entre los trabajadores de la ciudad y del campo, y miraremos con otros a los ociosos de todas las variedades.
Estimularemos a los trabajadores y combatiremos a los ociosos.
Pero tendrás que enseñarnos otra vez a combatir a los poderes que sojuzgan a los humanos.
Y, si llegado el caso, tendremos las manos seguras para empuñar el arma redentora.
Y tendremos que tener preparadas nuestras manos para que sean firmes, seguras y precisas al momento de apretar los gatillos, cualesquiera que sean ellos.
Montados en un caballo, en un tanque o en un tractor; en paz o en la lucha, estaremos en combate, no para morir, sino para vencer.
Siempre, en combate, no para morir, sino para vencer.
Mario Iván Paredes Mallea
La Paz, 8 de octubre de 2010

7 de octubre de 2010

Karl Popper, los periodistas y el racismo

Por Juan Carlos Pinto Quintanilla: (Octubre 2010)
Karl Popper (1902-1994), filósofo y sociólogo, considerado uno de los mayores defensores teóricos del liberalismo; en un texto sintético que comentaremos a continuación, expone sus conceptos sobre la violencia y los medios de comunicación. En este camino, es por demás ilustrativo reflexionar la reacción generada en algunos periodistas sobre el tratamiento del racismo en los medios de comunicación frente a una normativa por demás liberal, que busca fundamentalmente construir socialmente la equidad en la convivencia, en una sociedad como la nuestra dañada social pero también emocionalmente por los prejuicios que arrastramos.
En una primera provocación, Popper propone borrar la distinción entre informar y educar, argumento con el que alguna prensa pretende avalar su “neutralidad” en la información, siendo que toda transmisión de información es también un proceso educativo. La forma en la que se organiza la información, el énfasis con el que se menciona, y todavía más en televisión donde gestos, ademanes y posturas; están expresando no sólo un estilo de dar información, sino una expresión ideológica de quienes tienen “el privilegio” de hacer uso de los medios de comunicación. Definitivamente es un poder cotidiano, disfrazado de información, que se puede ejercer en función del mercado donde lo importante es “generar audiencia” aún a costa de escenificar un show de la violencia, del escarnio y del atropello a la dignidad humana.
Los medios de comunicación y sus comentaristas, en realidad no han inventado la violencia y la discriminación existente en la sociedad, sin embargo, las amplifican y recrean para naturalizarlas a través de los espacios comunicacionales. Por eso el insulto y la diatriba que han generalizado y naturalizado la discriminación en sociedades como la nuestra, son la expresión histórica y afectiva de la forma en la que hemos convivido desde la colonia; asumiendo que “existen inferiores” a los que se puede atropellar porque no tienen ninguna defensa, y también porque en definitiva representan el alter ego que el comunicador-dominador quiere negar en su propia identidad.
En una mirada muy liberal, Popper nos dice que la civilización es la lucha contra la violencia, pues sólo existe progreso civil cuando se combate contra la violencia para instaurar la paz entre las naciones, dentro las naciones y especialmente en cada casa. De esta manera, se debe poner freno a la violencia (y también a la forma en la que se naturaliza entre nosotros) que nos destruye como sociedad y realizar el más importante de los ideales liberales que es el de que todo poder debe estar limitado por otros poderes. Es falso, nos dice, que el liberalismo haya defendido la libertad incontrolada de hacer lo que se quiera, pues si “hago algo que pone en peligro a los demás, entonces debo ser privado del derecho de hacerlo”. De esta manera por ejemplo, “no puedo conducir un auto a la velocidad que quiera por el lado que prefiera” pues esa actitud representa un peligro para los otros y para sí mismo. Entonces es necesaria una ley precisa que estipule que se debe conducir por la izquierda como en algunos países o por la derecha como en otros.
“Toda libertad debe ser limitada. No existe libertad que no tenga necesidad de ser limitada”, nos dice este liberal defensor de la libertad de expresión como principio de la Democracia; todavía más, se pregunta “¿cuál es la diferencia entre la forma en que el ciudadano común puede expresar su libertad y la que tienen los artistas o profesionales de los Medios de Comunicación? ¿Existe diferencia?. Es necesario ver si con su modo de expresarse ponen o no, a otros en peligro. Se trata siempre del mismo principio: nuestra libertad, cualquiera que sea, está limitada por la nariz de nuestro vecino. Es el principio más simple que podamos imaginar y es hipócrita invocar la libertad, la independencia o el liberalismo para decir que no se pueden introducir limitaciones frente a poderes peligrosos como los medios de comunicación”. En definitiva el anteproyecto de ley contra el racismo y la discriminación, que es de corte liberal y se encuentra hoy en cuestión; nos interpela como memoria y como reto de transformación, para reflexionar precisamente sobre los grandes temas que nos han construido hasta ahora como sociedad enfrentada, racista y discriminadora. Hoy, la reacción enarbola la libertad de expresión como frente político, y no terminar de explicar que en esta historia sólo algunos de ellos han sido dueños de la palabra y la escritura, para hacer una justificación de las diferencias y una denigración de la mayoría plurinacional de este país.
Sin embargo, no existe la pretensión de acallar a los medios y sus periodistas, sino de poner en ejecución lo que la propia Constitución estipula como entrar en un proceso de autorregulación, que permita también proponer una reglamentación propuesta en el defenestrado artículo 16. En este tema, Popper va mucho más allá de lo que propone el proyecto de ley, cuando escribe que “…en el caso de la autorregulación, debería crearse un Instituto donde estén registrados todos los periodistas, que serían partícipes de una serie de cursos de sensibilización sobre el poder que tienen y el peligro que pueden representar. De esta manera algunos de ellos descubrirían aspectos ignorados de su profesión y podrían empezar a considerar de manera distinta la sociedad y su rol. Añadiría que en un momento posterior, deberían pasar un examen para ver si son conscientes de las ideas fundamentales. Superado el examen deberían prestar juramento y prometer tener siempre presente estos peligros y actuar en consecuencia de modo responsable…”. Quizás sea precisamente en esta actitud proactiva, donde el anteproyecto de ley tiene sus mayores deficiencias, en tanto que más allá de lo sansionatorio y el enunciamiento de lo educativo, no se termina de proponen acciones que permitan la construcción de la interculturalidad, como encuentro y convivencia entre los diversos, a partir de esta ley. Nos referimos por ejemplo al hecho de que los medios deberían estar obligados a educar en la interculturalidad en un porcentaje de toda su programación, además de que los mensajes que apoyen esta medida producidos por el Comité contra el Racismo y la Discriminación, constituido en la ley, tendrían ante los medios la obligatoriedad de su transmisión.
En definitiva, con el liberal Popper concluimos que en la posibilidad de seguir reconstruyendo la democracia y su sentido de encuentro, debemos ir adelante contra las trabas señoriales que no sólo se han inscrito institucionalmente en la forma de ser Estado en este país, sino también en los habitus e ideologías de los ciudadanos de a pie, con poder representativo o no, y que sin embargo ejercen el poder de la discriminación cotidianamente, haciendo que la posibilidad de ser una sociedad más de encuentro que de enfrentamiento sea una tarea más difícil. A quienes piensan que una ley como esta, nos enfrenta, no terminan de asumir que demasiado tiempo en Bolivia, se ha escondido y naturalizado la discriminación y el racismo, y es tiempo de enfrentarlo como un mal social; no a las personas sino a la forma en la que estas piensan y que daña la posibilidad de la convivencia entre la plurinacionalidad que somos.
Nos queda la letra y la palabra que inscribe los deseos de una nueva historia, pero lo que verdaderamente revolucionará su sentido es la praxis personal y colectiva que en la vida cotidiana haga el esfuerzo para construir la comunidad de vida que queremos ser…